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En días recientes se han publicado una importante cantidad de cifras sobre el comportamiento de la inversión en el país en el futuro inmediato. Lo mismo se informa sobre el notable ingreso de inversión extranjera directa (IED), que acerca de las considerables inversiones por cuenta de una parte importante de las mayores empresas del país. Más recientemente, destaca la presentación por la administración federal de su programa para el sexenio en materia de inversiones en infraestructura. Son cifras cuantiosas que pueden inducir a pensar en un cambio en una materia que es sustancial para propiciar un crecimiento sostenido, significativo y relevante, de la economía del país.

Los integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios informaron hace pocos días al Ejecutivo Federal que en este año las empresas de las que son dueños o en las que tienen una participación accionaria determinante invertirán un total de 27 mil millones de dólares, lo que calificaron como una cifra récord. Es una cantidad sin duda importante, aún cuando representa el 11 por ciento de la inversión realizada en el año 2012. ¿Cuál fue el tamaño de la inversión realizada por estas firmas en años pasados y cuánto representa la diferencia? Más importante: ¿Cuál será su aporte a la creación de nuevos empleos y a la ampliación de la capacidad de producción de las firmas que dirigen? Dado que también se han realizado en el año algunas adquisiciones y fusiones entre compañías que involucran grandes cantidades de capital.

Con la IED también existen preguntas sobresalientes. Se sostiene que en 2013 existirá una entrada de IED de un monto muy superior al de años previos. La estimación de la administración federal es de alrededor de 40 mil millones de dólares. Las cifras mayores previas de ingreso de IED se producen en 2001 y 2007, con casi 30 mil y 31 mil 500 millones de dólares en cada año. La cifra de nuevas inversiones es particularmente elevada en el año 2001 con 22 mil 900 millones de dólares. Sin embargo, en ese año se realizó, entre otras, la venta de Grupo Banamex-Accival a Citicorp por un monto de 12 mil 500 millones de dólares. Algo semejante sucede en el año 2013, cuando se ha realizado recientemente la venta del Grupo Modelo a la empresa Anheuser-Bush InBev , operación valuada en alrededor de 20 mil 100 millones de dólares. Sin duda el efecto del ingreso de IED cuando se trata de realizar nuevas inversiones, construir nuevas plantas, contratar personal, realizar contratos con proveedores del país que antes no surtían a esa firma es radicalmente distinto a cuando se compra una empresa que esta operando. En estas circunstancias incluso es posible que se realicen operaciones de racionalización de las inversiones, ajustes de personal y otras sinergias que no necesariamente impactan de manera positiva el nivel de empleo y la capacidad de producción.

Con el programa de inversión en infraestructura las dudas son de otra naturaleza. Como se observa en la gráfica adjunta, la inversión pública equivale en años recientes al 5.3 o al 5.7 por ciento del PIB. Frente a estas cifras ¿cuál es la diferencia de lo anunciado por la administración federal? ¿Cuánto crecerá la inversión pública como proporción del PIB para modificar de forma sostenida el coeficiente de inversión? 4 billones de pesos es una cifra enorme que sin embargo no necesariamente implica una modificación en la dinámica de la formación de capital en el país. Suponiendo un gasto proporcionalmente distribuido a lo largo de los seis años del gobierno actual, ello implica 0.67 billones de pesos por año, lo que equivale al 4 por ciento del PIB en 2012. La cifra en los años siguientes se agrega en su totalidad a la inversión realizada por el sector público o en gran parte es la suma de acciones que se han estado ejecutando en años recientes y que se presentan en conjunto en este momento. La composición del programa que se dibuja en términos generales permite sostener que en parte es la continuidad de inversiones en curso y que por tanto no implican un aumento relevante en la inversión pública como proporción del PIB. En este punto se encuentra el verdadero problema. Mientras no exista un incremento significativo del coeficiente de inversión la economía del país no alcanzará un crecimiento sostenido importante.

Académico del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

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