Es de preverse que este año continuará el prurito presidencial por avasallar más espacios e instituciones desde su coto de poder. Hay diversos campos y escenarios donde habrá confrontación y donde, de acuerdo a las tendencias, es posible aventurar resultados. Esto, sin considerar el papel que jugará la sociedad organizada.

Con el gasolinazo y la actualización de algunos servicios gubernamentales la famosa cuesta de enero se extenderá hasta marzo, dañando más a las familias pobres.

El presidente doblegará al Banco de México e intentará lo mismo con el INE.

De cara a 2024, continuarán los cambios en la administración pública. Unos floreros sustituirán a otros. En el Senado de la República se buscará derrocar a Ricardo Monreal, “el traidor”, como lo llama AMLO. Seguirán las pugnas y vendettas al interior de Morena: los Ultra Extremistas vs los Morenos Puros y los Neo Morenos, por tener cargos en el gobierno federal y en los estados.

Con firmas o sin ellas, se llevará a cabo la consulta de ratificación de mandato, ya sea la formal, organizada por el INE, o la “patito”, organizada por AMLO y Morena.

Las elecciones del 5 de junio en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, serán un tablero de ajedrez donde se midan el presidente, la oposición y la sociedad organizada. Aun cuando se prevé el triunfo de Morena en hasta 5 estados, la oposición peleará fuertemente en 3; veremos actuar por primera vez a la versión mexicana de los Comités de Defensa de la Revolución Bolivariana –la 4T-, con una estructura de 220 personas por casilla, generando agitación política en aquellas localidades donde los votos les sean adversos, con el fin de cancelar los resultados o lograr una nueva elección, si así les conviene. Su propósito es manchar las elecciones, señalar al árbitro y movilizar a la población ante supuestos fraude. Se verá la eficacia, o no, de la alianza PAN, PRI, PRD. En caso desfavorable, el PRI tiene la opción de romper la alianza, venderle su amor a AMLO, y regalarle los votos que requiere para la aprobación de la Reforma Eléctrica. En caso de resultar triunfadora la Alianza habrá que ver qué gana el PAN. Se verá la mano del narco en las elecciones, a favor de Morena y sus partidos satélites. Continuará el clientelismo electoral vía programas sociales.

La Guardia Nacional y las fuerzas armadas seguirán en tareas que los alejan de sus objetivos propios (garantizar la seguridad interior y la seguridad nacional), favoreciendo la impunidad del crimen organizado y brindándole las condiciones para que expanda su mercado interno.

Seguirá el “Menguele” mexicano, el doctor Hugo López Gatell, a cargo de la lucha contra la pandemia, por lo que se puede garantizar que habrá 4ª, 5ª, 6ª o más olas de Covid; mantendremos el liderazgo mundial de mortalidad y estaremos entre los cinco países con más muertos por Covid.

La pregunta no es cuánto creceremos en este sexenio, sino cuánto tiempo llevará la recuperación del desastre que está generando este gobierno.

El autoritarismo del presidente lo llevará a tomar medidas antidemocráticas, a descalificar críticos y a manipular conciencias; a generar un escenario tendencial poco favorable para la salud económica y política del país.

A López Obrador se le acaban los pretextos y son inocultables los pésimos resultados de su gestión. De acuerdo a ello, es muy probable que este 2022 la sociedad engañada pague caro las mentiras e ineficiencias de este gobierno.

Periodista y maestro en seguridad naciona

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