El video que el excandidato a la Presidencia de la República publicó en sus redes sociales el fin de semana pasado, ha causado todo tipo de reacciones tanto en el llamado círculo rojo de la política, como en la sociedad en general. Las palabras del hijo pródigo del panismo han sido tema de conversación en una simple sobremesa, hasta las oficinas de la Fiscalía General de la República.

No es para menos, este país se había caracterizado por tener alternancias a modo, sin daños colaterales entre la administración saliente y la entrante, teniendo planchado el camino para los actores involucrados en donde la omisión y complicidad disfrazada de cortesía, brinda impunidad a todo aquel que cometa actos de corrupción, sin olvidar el respectivo pago económico o político, para aquellos que con cerrar los ojos, daban un infame carpetazo a delitos que no sólo imprimían las arcas de la nación, sino que como en el caso de Anaya, violentan la soberanía nacional. Hoy el también exdiputado se ve obligado a permanecer en el país para comparecer ante la justicia mexicana, es claro que su discurso se ha desgastado con la ciudadanía, misma que se mofa constantemente de sus publicados donde se esfuerza por mostrar empatía, pero termina exhibiendo su ignorancia de la realidad que vivimos millones de mexicanas y mexicanas.

No es para menos, su penúltimo material audiovisual en el cual anuncia su pretensión de salir del país, comparándose con Benito Juárez o Francisco I. Madero, denota lo ajeno que es a la historia de México, ya que ninguno de los mencionados se exilió por recibir sobornos millonarios a cambio de promover y aprobar una reforma constitucional que desmantelaba la industria energética nacional, en cambio ambos salieron de territorio nacional con el fin de reorganizarse en sus respectivas luchas por la democracia. Habiendo mencionado lo anterior solo me queda una duda respecto a esta atípica situación, ¿será que Anaya tiene una obsesión con López Obrador? Tomando en cuenta que desde el periodo electoral de 2018 culpándolo de todas sus desgracias y al mismo tiempo busca aplicar la estrategia del presidente al intentar recorrer los municipios de la República Mexicana esto ver si suma simpatizantes.

Lo único que espero es que Anaya no piense que montando este teatro podrá generar el respaldo que AMLO tuvo en el no tan lejano 2005 en el desafuero impulsado por la derecha mexicana, ya que mientras el “Cerillo” pretende cruzar la frontera, Obrador se quedó en el país, fue por su propio pie a la Cámara de Diputados donde se defendió de manera ejemplar y posteriormente acudió al Zócalo ha recibir el respaldo masivo que recibió por parte de un pueblo que durante 3 elecciones seguidas le mostró su incondicionalidad en las calles y en las urnas.

Esperemos que la Fiscalía cumpla el anhelo de muchos y lleve tras las rejas a este cómico ilustre personaje, aunque ver preso a Felipe Calderón sea el deseo de las mayorías.

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