Es curioso para mucha gente, pero ahora el confinamiento comienza a verse como un recuerdo que se va acomodando en nuestro pasado y deseamos en verdad que así sea, a pesar de que el riesgo de la enfermedad del Covid seguirá presente como muchas otras que forman parte ya de lo adverso para la humanidad.
Como un recuerdo personal de esos días de confinamiento, las oportunidades de tomar fotografía eran muy pocas, y un día de otoño las mariposas monarca realizaron su paso por esta ciudad en su larga y maravillosa travesía, que nos habla de la enorme fortaleza de los seres vivos en afán de supervivencia ante la necesidad de migrar hacia climas más amables para ello.
Volaban a gran altura y no era sencillo capturar imágenes nítidas que pudieran reunir la calidad que uno busca como fotógrafo, pero a fuerza de intentarlo una, otra y otra vez, algunas de ellas me regalaron un testimonio de su vuelo y su paso para maravillarme de nuevo con su diseño y con la historia que escriben con sus alas año tras año, en su migración desde Canadá hasta el centro del país en una pequeña región de Michoacán y el Estado de México. Suena sencillo, pero son tres generaciones de estos insectos las que se requieren para concluir su viaje de ida y vuelta entre Canadá y México.
Decidí recientemente elaborar un montaje digital de algunas de esas capturas para recortarlas y colocarlas en un fondo de nubes, como un reconocimiento a lo más valioso de su vida, que es su tránsito por las alturas, ya que el viaje significa el gran esfuerzo de vida junto con su maravillosa metamorfosis y la propia recompensa de arribar a su destino.
Me invita pensar en todo lo que los seres humanos debemos afrontar a lo largo de nuestro viaje por la vida y donde el destino es la oportunidad de llegar a una vejez digna, que en muchas ocasiones se ve frustrada por múltiples circunstancias.
El vuelo es la metáfora del trabajo cotidiano, que, en nuestra fragilidad, es una de las mayores fortalezas para arribar a un destino mejor, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.
@GerardoProal
