AMLO niega y contradice cualquier información que califique de corrupto a su gobierno. En 2019 el Inegi, dio a conocer que, durante el primer año del mandato de López Obrador, por actos de corrupción los mexicanos perdieron 12 mil 770 millones de pesos.

Para el año 2020, Transparencia Internacional, determinó que México fue el peor evaluado de la OCDE (37 integrantes) en el índice de percepción de corrupción; ocupó el lugar 124 de 180 países; siendo el penúltimo en el grupo del G-20, después de Rusia. México fue ubicado al nivel de Pakistán, Kirguistán, Kenia y Bolivia. Evidenciaron corrupción en el marco de la emergencia sanitaria por el Covid, así como en la falta de sanciones en las redes de corrupción que son del conocimiento de la opinión pública, tras revelaciones periodísticas.

En el tercer año de gobierno, World Justice Proyect (WJP) ubica a México entre los peores evaluados en corrupción. De acuerdo con el más reciente informe de esta organización internacional independiente, que anualmente realiza un análisis para fortalecer el Estado de Derecho en el mundo, en materia de corrupción México se ubica en el lugar 135 de 139 naciones evaluadas, sólo por debajo de países como Uganda, Camerún, Camboya y República Democrática del Congo.

Ante esta lamentable información, López Obrador se defendió sin éxito alguno, expresó su desgastada frase: yo tengo otros datos. Para luego manifestar (solo es su palabra): “Yo sí puedo garantizar que en México ya no existe la corrupción que había hace poco y la gente la percibe de esa forma, también, de acuerdo con nuestros datos, para ser honestos”. Luego acusaría de mala evaluación de México, según él, “depende de la fuente de información y había que ver qué opinión tiene la gente”.

No podían faltar las excusas por parte de López Obrador, quien, según su dicho (no tiene prueba alguna que lo acredite), argumentó que anteriormente los legisladores recibían sobornos, asegurando que: “no puede ser que haya más corrupción ahora que antes”.

Los estudios de distintos organismos han denunciado la existencia, persistencia y fortalecimiento de la corrupción en los tres primeros años de la 4T. López, sin embargo, se resiste, se molesta, niega lo evidente. No puede ocultar la entrega de contratos multimillonarios sin licitación, la corrupción de su familia y allegados, las dádivas de dinero a millones de beneficiarios, la violación constante de la Constitución, la persecución penal de sus enemigos, etcétera.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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