La cultura del esfuerzo resulta fundamental para el progreso individual y colectivo, así como el desarrollo de una nación se sustenta en la mejora de la infraestructura humana y material, en los avances en el conocimiento, ciencia, tecnología e innovación, lo que se impulsa en una educación de calidad. Resulta esencial en toda labor, asumir el compromiso y el propósito de hacer las cosas bien, más y mejor, en todo ámbito.

La cultura del esfuerzo se puede gestar desde la niñez en el ambiente familiar, en esta etapa los padres tienen una labor relevante en la que el buen ejemplo, los valores fundamentales y las primeras enseñanzas que inculcan a los hijos constituyen las raíces del ser que podrá forjarse para bien de sí mismo y de la consecución de metas y del futuro al que aspira en beneficio de su país y del mundo.

Otra contribución primordial en la cultura del esfuerzo debe llevarse a cabo en el sistema educativo, en el cual la persona adquirirá conocimientos y continuará su formación, sumándose a la generada en su ambiente familiar, lo cual podrá extenderse hasta los estudios universitarios. En la travesía por el sistema educativo y en la vida familiar, se habrán de integrar en el educando una variedad de atributos y valores que serán significativos en la forma que habrá de insertarse en las actividades socioeconómicas de su preferencia, la cultura del esfuerzo debe ser perenne y constructiva.

En el proceso educativo el educando deberá ser evaluado en sus aprendizajes y según las enseñanzas impartidas por los maestros, de acuerdo a los planes y programas de estudio, así obtendrá las calificaciones que correspondan, lo que también permitirá que las autoridades educativas y gobiernos conozcan de los avances y desempeño de las instituciones, así como de los maestros y autoridades responsables. Los gobiernos y las instituciones tendrán que diagnosticar sobre los logros y los rezagos nacionales en educación, estableciendo los ajustes pertinentes para elevar la calidad de la educación y la competitividad de los recursos humanos en el entorno global, todo ello con impacto en el desarrollo del país. Los recursos humanos bien preparados son cruciales para impulsar el desarrollo socioeconómico de cualquier nación y para disminuir la pobreza.

Quienes se han formado en las licenciaturas y en los posgrados que imparte la Universidad Autónoma de Querétaro, en su mayoría se han integrado al ejercicio de su profesión, a la práctica, docencia e investigación; algunos egresados han creado empresas o despachos de actividad profesional, han mejorado su calidad de vida y han contribuido para que otros también lo hagan. Frecuentemente los egresados participan en labores de servicio social, en apoyo de comunidades y grupos vulnerables, en asociaciones civiles, consejos ciudadanos, fundaciones, educación, cuidado de los recursos naturales y del medio ambiente, haciéndolo de forma gratuita e incluso entregando apoyos económicos.

La educación en México ha brindado la oportunidad para que muchos estudiantes de escasos recursos puedan alcanzar una mejora en su situación socioeconómica, beneficiando a su familia y a su comunidad y al país; queda mucho por hacer.

Ex Rector de la UAQ.
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