Justo en temporada de Serie Mundial, el presidente Andrés Manuel López Obrador le cantó el segundo strike a su otrora operador estrella, Gabriel García Hernández, y lo dejó al borde de su eliminación de la novena de la 4T y del equipo electoral de Morena.

La designación del depuesto coordinador de los programas para el Bienestar como el encargado del Plan Agua Saludable para la Laguna es prácticamente un destierro de la operación política del partido oficial, de aquí y hasta 2024.

El eterno senador con licencia lo hizo otra vez y quiso aprovecharse de los hilos que le quedan en la repartición de recursos de programas sociales para construir estructuras electorales e impulsar a sus propios candidatos, principalmente en plazas que Morena ya tiene muy trabajadas y en las que ven una muy segura victoria: Oaxaca, por ejemplo.

Apenas el fin de semana, García Hernández había sido anunciado como delegado del CEN de Morena en tierras oaxaqueñas, con la responsabilidad de operar para su partido la elección de gobernador que se llevará a cabo en 2022, y con la tarea de impulsar la candidatura de la cantante y también senadora Susana Harp, familiar del multimillonario Alfredo Harp Helú.

La decisión de aterrizar en ese estado se tomó en acuerdo con el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, quien con la colaboración del exjefe de los superdelegados ve también en la entidad un botín seguro para su equipo de trabajo.

El equipo que ganó entidades como Baja California, Guerrero y Nayarit sumaría ahora a sus filas a quien consideran el mayor conocedor de los programas sociales y, sobre todo, de su padrón, algo que resulta invaluable en uno de los estados en los que mejor se han operado esos recursos.

El problema para los estrategas de Morena y para su dirigente, Mario Delgado, es que no han considerado que entre las razones que llevaron a López Obrador a destituir a García como coordinador de los programas de Bienestar está el hecho de que el funcionario nunca pudo construir un censo confiable de beneficiarios, lo que a la postre contribuyó a que Morena perdiera escaños importantes en el Congreso y la mitad de las alcaldías de la CDMX.

Tampoco consideró este grupo morenista que el actual gobernador de Oaxaca, el priísta Alejandro Murat, es quizá el mandatario con mejor relación con el Presidente, considerado para integrarse al gabinete federal cuando termine su encargo, y para convertirse además en un candidato a la Presidencia para competir contra Claudia Sheinbaum.

La cercanía del Ejecutivo Federal con el gobernador oaxaqueño abre también la posibilidad de que el tricolor repita en la administración estatal, con un candidato palomeado desde Palacio Nacional, el cual se comenta podría ser el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Francisco Ángel Villarreal, encargado de mantener la estabilidad política en el estado mediante la relación con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

La designación de Gabriel García para liderar un proyecto en el estado de Coahuila —en el que en las últimas elecciones locales el PRI aplastó a Morena para llevarse carro completo— es una nueva manera de amarrarle las manos, de la misma forma en que se le puso un alto a los negocios que el funcionario planeó en su momento con los empresarios Alejandro del Valle y Carlos Cabal Peniche, el primero detenido y el segundo todavía con una orden de aprehensión.

mario.maldonado.
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