Han pasado dos semanas desde la “renuncia” del Director del Instituto Querétaro del Transporte y la inmediata sustitución por un político profesional, Gerardo Gabriel Cuanalo Santos, un perfil vigente durante 20 años en la política queretana, quien ha ocupado diversas responsabilidades, siendo la más alta la de diputado federal en 2015. De formación economista, no es propiamente un experto en el tema de transporte público, sin embargo, todo parece apuntar que, desde el palacio de la Corregidora, se requiere a una persona con habilidad para la negociación, concertación y acuerdo, si es que va en serio lo de revocar la concesión a las principales empresas que, hasta la fecha brindan el servicio de manera deficiente.

El tema del transporte público ha sido un fracaso desde el gobierno de José Calzada, quien estrenó su sexenio con el “camionazo” heredado de Francisco Garrido, cuyo gobierno aumentó las tarifas como despedida, mismas que se mantuvieron casi todo el sexenio tricolor, hasta la introducción del fracasado Red Q, sistema que produjo el paulatino retraso en las rutas, debido a que volvió infructuoso para los operadores dejar de percibir dinero en efectivo. No obstante, el gobernador Francisco Domínguez usó como estandarte dicho desperfecto durante su campaña, para luego anunciar su desaparición a partir del 1 de octubre de 2015; el resultado fue mucho peor, un sistema denominado QroBús, que incluyó la desaparición total de rutas, la fusión de otras, el  aumento en las tarifas, y por si fuera poco, la supuesta obligatoriedad de una tarjeta que no ha terminado de penetrar en su totalidad.

Sin lugar a dudas, el problema se ha agravado, porque aunado a los problemas existentes, se ha añadido la variable de la deteriorada seguridad pública que azota a la capital queretana y sus alrededores, como respuesta gubernamental a esa llamarada, se introducirán “alcancías”. Por si fuera poco, el sindicato de transportistas amaga con dejar de prestar el servicio a las 8 de la noche en colonias con altos índices delictivos. Desde este espacio somos empáticos y nos solidarizamos con los operadores, quienes trabajan en condiciones muy adversas, sin embargo, la respuesta no está en lesionar el derecho de la ciudadanía a tener un transporte público de calidad. El llamado de atención es para el gobierno en turno, quien está a muy buen tiempo de dar solución a un problema que se viene arrastrando desde hace 12 años.

Experiencia local en un sistema de transporte más eficiente y barato lo hay, como en la ciudad de México, donde el Metrobús logró eliminar el uso de dinero sin la necesidad de vincular la tarjeta a un usuario, ¿por qué la necesidad de seguir teniendo padrones de beneficiarios con tarifas subsidiadas?

Twitter: carlosfcps / FB: Carlos Velázquez

Google News