El pasado proceso electoral del mes de junio demostró diferentes realidades para las y los ciudadanos del estado de Querétaro, entre esos escenarios destacan la habilidad y oficio político que tiene el Partido Acción Nacional en nuestra entidad, que supo sacar provecho de todas las prebendas que significa tener el control del gobierno local, la mayoría en la actual legislatura y el dominio de municipios importantes como lo es Querétaro, San Juan del Río, Corregidora y El Marqués.

Del otro lado de la moneda exhibió la incapacidad de la actual dirigencia ejecutiva morenista, donde Jesús Méndez exhibió su carencia de cualquier clase de virtud política y sacó a relucir sus dotes clientelares que hicieron que Morena en Querétaro tuviera un descalabro vergonzoso en toda la extensión de la palabra, sumado a esto la inclusión de Mauricio Ruiz a una delegación ejecutiva, fue un acto que solo vino a sumar mayor inestabilidad a un partido que hasta hace 11 meses tenía francas posibilidades de triunfar en los diferentes cargos que se disputaron a mitad de este año, entre ellos la gubernatura.

Un par de consecuencias relevantes de la pésima designación de candidaturas es la derrota absoluta en cada uno de los distritos locales, donde la militancia y los simpatizantes decidieron no respaldar a quienes con mucha parafernalia pero poca o nula identidad e ideología, se ostentaron como candidatos o candidatas de Morena, sin entender que la mística de nuestro partido es que es un movimiento, donde las imposiciones  le generan a un pequeño sector un inmediato sabor a triunfo, pero que al poco tiempo solamente tienen un agrio sabor a derrota.

Hoy todos aquellos personajes que se paseaban con bocinas y su chaleco guinda han hecho poco o nada para reestructurar el partido del presidente en Querétaro, inclusive parte de su dirigencia ha preferido apostarle a la simulación.

Ligado a lo anteriormente mencionado es que en la próxima legislatura local solamente se tendrá cinco representantes populares, ninguno de ellos pertenecientes a las filas de Morena, inclusive hay algunos casos donde se espera que defiendan poco o nada el proyecto de la cuarta transformación nacional, consecuencia normal del actuar opaco de quienes con la facilidad de un plumazo manipularon los nombres que figuraban en las candidaturas para contender por un cargo de representación.

Morena hoy se ve obligado a darle vuelta a la página (sin dejar de exigir rendición de cuentas, en todos los aspectos) y regresar a las calles, a los barrios, a los espacios de reflexión y debate donde el Proyecto Alternativo de Nación fue creado, el retorno a las bases genera esperanza no solo para las elecciones del 2024, sino para la indispensable defensa y consolidación de todo aquello que la 4T representa.

Esto sumado a las labores de representantes como Gilberto Herrera y Ofelia del Castillo, es la principal apuesta de todas y todos aquellos que vemos en el proyecto encabezado por el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador, una verdadera opción de transformar la vida pública de México.

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