En los últimos días se han suscitado varios cambios políticos a nivel nacional, que van desde la instalación de las dos cámaras del poder legislativo, la toma de protesta de una gobernadora, hasta la renuncia y permuta de funcionarios de primer nivel, me refiero al Consejero Jurídico de la Presidencia de la República, así como a la persona titular de la Secretaría de Gobernación, sobre esta última quisiera centrar la atención.

Pese a que se ha pretendido menospreciar el cambio, en esta área del gobierno es un asunto relevantísimo y de trascendencia nacional, en razón de lo que dispone la Constitución, puesto que, en caso de ausencia total del Presidente de la República, es el titular de Gobernación quien lo debe sustituir temporalmente. Asimismo, la ley orgánica de la administración pública federal le confiere una larga lista de atribuciones que van desde cuestiones sustanciales como la conducción de la política interna, hasta aspectos operativos como la regulación de los juegos de apuestas y verificación de contenidos en revistas impresas.

Lo más repetido en la narrativa de analistas y comentaristas respecto de la SEGOB es que, fue una dependencia que tuvo mucho poder y que fue el pase previo a la presidencia de al menos 5 ex mandatarios. Lo anterior, fue cambiando paulatinamente durante el siglo XX, ya que es verdad que fue una dependencia con competencia en casi todos los temas, al grado de invadir atribuciones de otras áreas, situación que obedeció a que simplemente no existía el marco normativo que le quitara responsabilidades como las de organización de las elecciones o más recientemente las de inteligencia civil.

Una máxima en el ejercicio de cargos públicos refiere que el cargo no hace a la persona, sino la persona al cargo. Lo podemos ver en la titularidad de la Unidad de Inteligencia Financiera o de la Coordinación del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado, con poco personal y recursos escasos se han vuelto piezas claves en la conducción de temas prioritarios para el actual gobierno. El paso de Olga María Sánchez Cordero Dávila por la Secretaría de Gobernación, ya ha sido histórico, porque si bien no concluyó el sexenio, cosa que solo han logrado Mario Moya Palencia y Manuel Bartlett Díaz, pasará a la historia como la primera mujer que ocupó la titularidad del cargo, en un momento en el que la paridad apenas empieza a cristalizarse. Frente a la serie de descalificaciones de quienes la han reducido a un objeto ornamental siempre se impondrá su intelecto y prestigio personal que la sostienen por sí misma independiente al designio de cualquier elemento ajeno a su propia obra y virtud.

Twitter: @carlosfcps / Facebook: Carlos Velázquez

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