Una vez que el INE y el IEEQ, validen las candidaturas de las cuatro diputaciones ferales, las dieciocho planillas ayuntamientos, las 15 fórmulas de diputados locales, las candidaturas a gobernador del estado y las listas de representación proporcional en legisladores y ayuntamientos, el próximo 5 de abril a media noche, iniciará la cuenta regresiva hasta el 7 de junio en que los ciudadanos deberemos expresar en favor de tal o cual candidatura y en favor de tal o cual partido político e incluso por primera vez en algunas posiciones en apoyo a candidaturas ciudadanas independientes.
Del 5 de abril y hasta el 7 de junio será el momento de los candidatos y de los partidos políticos, no así, de los gobernantes en funciones quienes deberán abstenerse de aplicar recursos públicos materiales y humanos en favor de alguna candidatura, porque si lo hicieren, incluso pudieran ser sancionados con la propia privación de su libertad.
Pero más allá de la amenaza de sanciones legales, debe el funcionario gubernamental por convicción propia, y si en efecto tiene espíritu democrático, abstenerse de violentar la ley y realizar únicamente lo que le está permitido en materia de seguridad pública, salud, protección civil y demás rubros permitidos en los dispositivos legales correspondientes.
Nuestro estado de Queretaro tiene en su historia, y como tradición en su pasado reciente, que los gobernantes son respetuosos de los procesos electorales y no violentan la norma electoral vigente, por lo que no veo el por qué en estas elecciones debiera suceder lo contrario, a pesar de que lo que más quisieran es que los candidatos de sus partidos fueran los triunfadores.
Aún cuando en días recientes, previos al inicio de las campañas, se dieron diversos actos de inauguración de obras, de entrega de materiales o becas escolares de diversa índole, de manera profusa y prácticamente, como si el próximo 5 de abril se fuera ya a acabar su administración o incluso como si se les fuera acabar el mundo, obviamente para hacerse parecer como un gobierno realizador y con resultados, esperando que eso beneficie al candidato del partido por el que llegaron al ejercicio del poder político.
Pero si nos remontamos al año de 1997 en que, como ahora se renovaron los poderes legislativo y ejecutivo estatal, así como los ayuntamientos, con un gobernador muy bien acreditando socialmente, no le fue posible que el candidato a gobernador recibiera la estafeta y por primera ocasión, fuera de un partido distinto del que había emanado quien ahora es senador de la República, Enrique Burgos García y a pesar de que también el candidato del PRI, Fernando Ortiz Arana era lo mejor.
Para las elecciones del 2003 se dio la elección donde coincidieron un gobierno panista de buenos resultados y, a la vez, un candidato con potencia, que ya había presidente municipal dos años anteriores en la figura de Paco Garrido, logrando derrotar en su segundo intento a quien era en su momento el mejor contendiente que tenía el PRI en la figura de Fernando Ortiz Araña.
Ya en las elecciones del 2009, a pesar de que el gobernador Paco Garrido y su gobierno estaban calificados con porcentual superior al 80, no fue posible que el candidato panista Manuel González Valle se levantara con el triunfo en esa contendiendo, por una secuela de errores partidistas que se tuvieron y de la propia campaña.
Hoy la historia se sigue escribiendo y como panista que soy, espero que el próximo 7 de Junio, la alternancia llegue para quedarse y nuevamente con el panista Pancho Domínguez, volvamos a instalarnos en la Casa de la Corregidora, sede del Poder Ejecutivo y para ello, recorreremos junto con él este camino que es promisorio y esperanzador, para seguir construyendo una patria ordenada y generosa y una vida más digna para todos.
Consejero y diputado federal del PAN.