El año se acabó, llegó diciembre con lluvia y tráfico navideño. Estos factores han hecho un desastre en la ciudad; he escuchado comentarios acerca de las largas horas que la gente tarda en transportarse a su hogares o trabajos, esto, además de estrés, ha provocado muchísima ansiedad en la gente. Ansiedad que muchas veces pasa desapercibida al inicio, pero que después va escalando, provocando problemas más graves en la salud de las personas.

Como la semana pasada, te contaré acerca de un artista que vivía con ansiedad y depresión crónica; sin embargo, su arte ayudó a darle visibilidad a estos trastornos y mostrar que no estamos solos, a veces sólo falta voltear a ver a nuestro alrededor para darnos cuenta de que hay muchas más personas que necesitan ayuda.

Edvard Munch, artista noruego, conocido por su estilo expresionista y por su obra El grito (la cual ha inspirado a una de las franquicias de películas más famosas de Hollywood), es uno de los artistas que han marcado hito en la historia del arte, no sólo por su técnica artística, sino también por su vida. Al igual que Van Gogh, Edvard Munch padecía de trastornos de ansiedad y depresión. El artista usaba su arte para darle sentido a sus episodios de ansiedad y poder lidiar con sus emociones, aunque fueran sentimientos que se generaban en momentos abrumadores, con la ayuda de su pintura pudo transferirlos y dejarlos en sus lienzos. En uno de los diarios del artista relata que durante un episodio de ansiedad vio cómo el cielo se tornaba rojizo, como coágulos de sangre, y escuchó un grito, un grito que provenía de la naturaleza. Este episodio lo marcó tanto que lo representó en Desesperación (1892), una pintura clave para entender el camino que lo llevó a crear su pintura más famosa; la pieza muestra los colores rojizos tan particulares de la visión del artista, de igual manera se muestran dos figuras masculinas que caminan por el muelle alejándose de un hombre con sombrero y rostro largo, que dirige la mirada hacia el horizonte del lago. El hombre es el artista y su postura representa toda esa desesperación que vivió durante su ataque de ansiedad, esa desesperación que lo obligó a detenerse e intentar respirar hondo para poder controlar las emociones tan abrumadoras que paralizaban su cuerpo, las figuras del fondo enmarcan aún más la desesperación del artista, puesto que mientras él sufre sus dos amigos caminan sin percatarse de nada. Dejando de lado la destreza artística, la pintura nos grita la desesperación de un ataque de ansiedad, éstos pueden ser tan abrumarnos que a veces el cuerpo no reacciona y empieza a fallar. Esta pieza es una antecesora que más tarde se evocaría El grito, el cual nos muestra ese grito estremecedor que le provoca desesperación, incomodidad y ansiedad.

Como nos han demostrado estos dos artistas, la ansiedad y la depresión son trastornos que han existido siempre, sólo que no existía un conocimiento claro acerca de estas enfermedades, en ese entonces el arte era el único refugio, un refugio que ayudaba y sigue ayudando a tantos artistas para seguir adelante y poder procesar emociones que pueden ser muy abrumadoras. Pero, ¿tú qué opinas? ¿crees que el arte ayuda con la ansiedad?


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