Siempre anhelada una asociación regional desde que la doctrina centralista sobre franquicias hizo sentir a las foráneas que no eran tomadas en cuenta y más, cuando en la paradoja, sus marcas crecían en la llamada “cuna de la franquicia”, Guadalajara; este viernes, la Asociación de Franquicias de Jalisco, conocida como “Franjal”, cumple su primer año de organización dedicada a la búsqueda de unión y sinergia entre los negocios jaliscienses, asegura el ente.

Dos damas fundadoras, Gabriela Zavala, en la dirección, y Laura Belén, en el paso legal y comercial, fijan precedente en el liderazgo femenino para estos gremios de franquicias, que se extienden por el país, unos con la formalidad del caso, como Afrasín de Sinaloa, Afranor de Sonora y la Red Mexicana de Puebla; y otros, sólo “hechizos” con los que se busca sorprender, como los anunciados en Morelia y Querétaro e incluso, en Monterrey.

Gabriela Zavala, con años dentro del ámbito de la franquicia tapatía, en su despacho, “franquicia tu negocio”, informó en su calidad de fundadora de Franjal, que al año de actividad inicial han logrado sumar unas 68 marcas a su membresía, yo contabilice desde su página apenas la mitad. Pero ella asegura que en 2025 podrían contabilizar unas 120 firmas de 300 que se estiman estarían integrando la cantera jalisciense, la segunda con mayor fuerza en el plano nacional.

Para el primer aniversario de la Asociación de Franquicias de Jalisco, se han ocupado por entregar reconocimientos hasta en seis categorías, como parte de la celebración, pero pienso que se quiso correr, que no ha alcanzado esa robustez como para dar valía a dicha iniciativa. Todo a su tiempo; primero, filosofía, intención y directriz palpable de este ecosistema tapatío que se pretende. No se percibe. Se deberá redoblar el esfuerzo en el número de socios, pero en una convocatoria que llame convencidas a aquellas marcas ícono de Jalisco que aún no deciden pertenencia entre franquicias y consultorías locales.

Cuando se hizo el anuncio de la formación de Franjal, se habló de crear un Observatorio de Franquicias en convenio con el CUCEA de la Universidad de Guadalajara, en eso quedó. El dejar nuevamente en terceros la propagación de pensamiento sin la localía y realidad tapatía, resulta delicado. ¿Para qué entonces una asociación de Jalisco? Cuando habría decenas de experiencias que podrían aquilatarse dentro de la propia comunidad de franquicias tapatías en el seminario que anunciaron como parte de su celebración.

¿Premiar o mejor resolver con políticas consensuadas los retos y desafíos que deberá tomar la franquicia en Jalisco para su renovación en tiempos tan demandantes como los actuales? Dejemos ya el tráfico de agrupaciones de “comprimido efervescente” y recordemos lo que movió a su creación, el que cada localidad tuviera voz y respuesta a sus propios requerimientos, que se les tomara en cuenta.

Jalisco y sus franquicias han forjado historia y tienen frente a esta asociación la gran oportunidad de catapultar innovación, su adaptabilidad a otros mercados y reforzar liderazgo, por algo siempre diré que se trata del “Guanatos Power”.

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