Como era de esperarse, López Obrador escenificó otro ridículo –de los muchos que lo han caracterizado-, debido a su particular necedad de defender lo indefendible: su fracasada invención de “abrazos, no balazos”, negando la realidad de millones de mexicanos.

Vaya papelón el de hace unos días, cuando fue interpelado por el periodista Jorge Ramos, quien, con cifras en mano, exhibió al tabasqueño, a pesar del extraviado y recurrente monólogo del jefe del ejecutivo quien, por cierto, no reconoció nada.

Aquí un fragmento de la entrevista que, aunque extenso, no tiene desperdicio.

-Esta es la quinta mañanera a la que he asistido y quisiera preguntarle sobre su sexto año, y cómo va a dejar el país. México, usted lo sabe, es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo y por eso es preocupante, señor presidente, la filtración de datos de muchos de mis compañeros en esta sala de prensa, por el peligro al que se arriesgan, y el contexto es el siguiente: Presidente, usted va a dejar un país sumido en la violencia, son datos (…) tengo los datos, los datos son los datos, muchos vienen de su propio gobierno y lo que dicen los datos es que, desde que usted llegó al poder, ha habido más de 166 mil muertos; 4 mil 892 feminicidios, 43 periodistas, señor presidente, de acuerdo con Artículo 19, 43 periodistas asesinados en este sexenio, y miles de desaparecidos que, desafortunadamente, han vuelto a desaparecer ahora de las listas oficiales (…) Yo sé que usted ha dicho últimamente que hay una tendencia a la baja, pero esta es la realidad, señor presidente, los datos son los datos. Y, si comparamos su gobierno con otros gobiernos, el número de muertos en su gobierno es mucho mayor, como se lo había mencionado. En su gobierno han muerto 166 mil, más que con Peña Nieto, más que con Felipe Calderón. Entonces, la pregunta es la siguiente: ¿Si está dispuesto a reconocer, con la realidad, con los datos, que su estrategia de militarización, lejos de traer más paz, ha traído más violencia?, ¿Qué ha fracasado abrazos no balazos?, y ¿qué le recomendaría al próximo presidente o presidenta para tratar de resolver un problema que usted, desafortunadamente, no ha podido resolver?”

-Bueno, pues que respeto mucho tú punto de vista, pero no lo comparto porque yo tengo, pues, una visión distinta y tengo otros datos, también- respondió López Obrador.

-Los datos son de su gobierno, señor presidente, insistió el reportero.

-Sí, sí, pero ahora te los voy a mostrar de manera distinta.

Y vinieron más mentiras y triquiñuelas oficiales negando la acción imparable del crimen organizado.

Una vez más, un presidente que no asume —a pesar de los hechos— su lamentable fracaso en seguridad, su gran responsabilidad en esta tragedia nacional.

Insensatez, que podría ser criminal, del líder de la desastrosa Cuatro T.

¿Qué necesita para aceptar lo que pasa?, ¿cuántos muertos más?

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