No cabe duda que las filiaciones políticas, algunas veces, llegan a negar la realidad como condición de pertenencia y beneficios particulares, sobre todo cuando se trata de una candidatura presidencial. Este es el caso de Claudia Sheinbaum, quien, al igual que su jefe de campaña, no tiene empacho en asegurar que “vamos bien, vamos muy bien, el país va muy bien y va ir mejor”.

La candidata, reconocida por seguir el guión presidencial al pie de la letra, ante las vicisitudes que encara López Obrador y el oficialismo en general, difundió un video donde afirmó:

“… quiero decirles que no se dejen llevar por todas estas noticias falsas, trending topics, que suben en las redes sociales basados en bots, que les llaman. Ya lo denunció nuestro presidente del partido y lo vamos a seguir haciendo; lo vamos a seguir haciendo porque en realidad se compran estas tendencias en las redes sociales y no significan absolutamente nada. Vamos bien, vamos muy bien, el país va muy bien y va ir mejor”.

Si no significan absolutamente nada, ¿por qué dedicar tiempo y recursos a eso que no significa absolutamente nada?

Además de las acusaciones al presidente por, supuestamente, haber recibido dinero del narcotráfico en 2006 y la resolución de la Suprema Corte en cuanto a la inconstitucionalidad de la reforma eléctrica lopezobradorista, se siguen acumulando malas noticias para el país, mismas que no pueden taparse con maniobras electorales, aunque estas incluyan cambios constitucionales.

Sí, la agenda pública acumula desgracias y ya no basta la demagogia de Palacio Nacional para distraer opiniones públicas.

A la violencia e inseguridad generalizadas, se añade la crisis por la falta de agua –que podría ser emergencia nacional-, y la reducción presupuestal para Conagua; el crimen organizado y su influencia en los próximos comicios, así como los asesinatos de candidatos partidistas, independientemente de los funcionarios ejecutados; las protestas de transportistas por asaltos, atentados y extorsiones; el creciente drama de desaparecidos, junto con las agresiones impunes de criminales y el desprecio de las madres buscadoras por parte de autoridades; la creciente migración forzada; la farsa de la farmaciototota que se añade al fracaso del sistema de salud; el crecimiento del huachicol (sí, el que ya no existía); en fin, lo que padecemos y parece negar, evadir o de plano desaparecer el oficialismo, comenzando por el presidente y siguiendo por su candidata.

A esto, recientemente, se sumó la declaración del empresario Carlos Slim en cuanto a que el accidente en la Línea 12 “no es una cosa de origen”, por lo que se deduce que es de mantenimiento, lo cual apunta a la ex irectora del metro Florencia Serranía, y a la propia Sheinbaum.

Cada día avanza más la realidad y revela el verdadero rostro de los gobiernos morenistas. La gente no está feliz ni vamos bien. La realidad grita a pesar de que los déspotas se tapen los ojos y hagan oídos sordos.

Google News