Con el interés de captar el voto de católicos –al no pertenecer a esta religión-, Claudia Sheinbaum participó en la presentación del documento denominado “Compromiso por la Paz, estrategias de política pública para la paz”, de la Conferencia del Episcopado Mexicano, aunque firmó en desacuerdo y sólo rubricó aquello que coincide con la fallida estrategia lopezobradorista, o sea, más de lo mismo.

Sucedió lo que se esperaba: siguiendo la línea impuesta por el presidente -a la que se debe-, evitó reconocer la grave realidad de inseguridad nacional y sorteó el evento para continuar con las mentiras que escuchamos sobre seguridad, y que ella repite campaña. Esa mezcla de justificaciones y distracciones ante los miles de muertos y el innegable crecimiento del crimen organizado.

Ahora bien, antes de recuperar sus disensos, hay que retomar la profundidad y amplitud del reporte de interés.

Se trata de un texto de particular importancia, tanto por su diagnóstico como por el conjunto de propuestas que contiene, mismas que –como afirma-, “se han construido desde la escucha amplia y el diálogo entre más de 160 instituciones y la identificación de 300 buenas prácticas”; además de haber recogido “la mirada de veinte mil personas en más de mil foros y conversatorios…”.

Además, convoca sabiendo que “es el inicio de un proceso largo encaminado a revertir la violencia y la descomposición social que vivimos. Se trata de una Agenda de Estado, que nos implica a todas y todos, con el único interés de vivir en paz y poder ejercer plenamente nuestros derechos”.

Al igual que López Obrador, Sheinbaum mostró su cerrazón mental y, contra lo evidente, expuso:

  • “No comparto la evaluación pesimista del momento actual”.
  • “Tampoco coincido con la visión de ‘Prevalecen el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre’. No coincido con la ‘descripción del problema’ en el Tema de Seguridad en…”
  • “…No coincido con algunas propuestas que suponen que no hay ‘datos confiables’ en el Sistema Nacional de Seguridad. También no estoy de acuerdo con las referencias a una supuesta militarización o militarismo en el país…”.
  • “Tampoco coincido en la visión que se presenta en torno a la Guardia Nacional o a algunos organismos autónomos”.

Estas son algunas, pero hubo más discrepancias.

La invitaron, al igual que a los otros candidatos presidenciales, Xóchitl Gálvez y Álvarez Máynez, para que aprovechará el análisis y se comprometiera con México en un necesario cambio de rumbo en materia de seguridad ante el inocultable fracaso de la Cuatro T; sí, por ser el sexenio más sangriento de la historia.

Pero, paradójicamente, concluyó su intervención manifestando: “continuemos siempre son el diálogo”, pero, ¿cuál diálogo?, si el presidente y el oficialismo sólo se escuchan a sí mismos.

¿Cuántos muertos y desaparecidos más hacen falta para que rectifiquen la fracasada e irresponsable ocurrencia de “abrazos, no balazos” ?, ¿Cuántos más?

Ante la violencia y la derrota lopezobradorista, Sheinbaum mantiene la encomienda de palacio, y ofrece más de lo mismo.

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