Cuanálo, Rivera, Murguía, Casillas, Cabrera & Guerra parece el nombre de un despacho de abogados o consultores. En realidad son los apellidos de nuestros nuevos diputados federales. Cuatro panistas y dos priístas, que pasaron a mejor vida.

En el caso de los “azules”, una negociación política y el voto de una sociedad que no encontró mejor opción... les colocó, en la solapa el “pin” y en la cartera la “charola” de diputados federales.

Cuanálo ha sido funcionario municipal y diputado local; Rivera, alcalde, con un intento fallido de repetir; Murguía viene desde el priísmo. Trabajó con Enrique Burgos, y luego con Paco Garrido.

Casillas, el polémico y alegre panista, es un caso especial. Ni los escándalos, lo han bajado de la nómina pública. Fue diputado local en Guanajuato, y diputado y funcionario municipal en Querétaro.

Cabrera, el único priísta que pasó el corte de las urnas, fue subsecretario de Gobierno en el sexenio de Calzada. Y Guerra “de panzazo” llegó a la Cámara Baja.

Estos diputados ya son influyentes, y a partir de hoy pagarán casi todas sus cuentas con el dinero de los mexicanos.

Gozan de un “seguro de gastos médicos mayores” que cubre beneficios de 5 a 15 millones de pesos, y de 14 beneficios más, que no tiene ningún mexicano.

Los queretanos y todos los legisladores federales, tienen ya comodidades: ¿pero tendrán mínima sensibilidad?

¿Entenderán que son “mexicanos de primera”, privilegiados políticos, en un país de 50 millones de pobres?

Las bancadas del PRD y la de Movimiento Ciudadano anunciaron que renunciarán a dichos seguros.

Los diputados de Morena no realizarán viajes al extranjero con recursos públicos, no aceptarán bonos, regalos o privilegios económicos, y donarán la mitad de su dieta para un fondo de educación.

¿Qué harán los nuestros,?

Su convicción política, su compromiso con ciudadanos presionados por una economía fallida, los hará renunciar a los privilegios económicos de ser diputados federales, para estar lo más parejo posible con un ciudadano común.

Vea cómo le va a un diputado.

Además de la dieta mensual de 73 mil 910 pesos los legisladores reciben a sus cuentas personales otros 74 mil 558 pesos, sin obligación de comprobar y otros 73 mil pesos de “gastos funerarios”. También reciben “atención dental gratuita”.

Además tienen el derecho a 40 días de aguinaldo, del que la Cámara cubre el pago del ISR.

Incluso a fin de año se hacen devoluciones del ISR, por el concepto de “Aportaciones al Fondo de Ahorro”. Ahí, los diputados pueden “guardar” de sus dietas el 8, 10 o 12 por ciento, y al final la Legislatura aportará una cantidad igual al monto ahorrado por cada legislador.

Una vez al año, los legisladores reciben otros 58 mil pesos para que puedan financiar sus informes de labores, que no requieren comprobación alguna.

Para los diputados que viven a menos de 300 kilómetros, se les da ayuda de 3 mil 540 hasta 12 mil pesos. Más su tarjeta “IAVE ilimitada” para que no paguen casetas; a los que viven más allá de los 300, se les dan 40 mil pesos mensuales para sus boletos de avión.

Agregue otros 2 mil 780 pesos en vales de alimentos, y 170 pesos para que compren botanas en cada sesión.

Hay 2 estéticas dentro de la Cámara, donde se atienden... gratis.

En la pasada Legislatura las fracciones recibieron más de 3 mil 500 millones de pesos, cuyo destino está en la opacidad.

¡Sí! Es un despacho de asesores, muy, muy caro.

Los beneficios económicos de ser diputados los convierten en los asesores mejor pagados del país.

Exijámosles como tales. Como lo que ganan. Por productividad. Como le exigirían a usted, si ganara eso.

Lo menos que tienen son carencias para trabajar. Pues que trabajen. Que trabajen fuerte y con responsabilidad. A nuestros carísimos asesores, les pagamos hasta la peluquería.

Periodista

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