Una afectación económica a las personas del campo, así como desajustes en la fauna es lo que genera la sequía total de cinco presas en la entidad, indicó Enrique Uribarren, presidente del Observatorio Ciudadano para la Protección Ambiental de Querétaro.

“Hay una afectación económica para las personas del campo que dependen directamente de esa actividad, que hoy no la podrán desarollar y una consecuencia para nosotros como ciudadanos que esos productos que llegaban a satisfacer las mesas de necesidad de cada uno de nosotros. Al no estar tenemos que recurrir a otros lados y por lo tanto encareciéndose esos bienes que se producen”, explicó.

Lo anterior, porque la mayoría de infraestructuras son creadas para ganado o agricultura; lo que afecta de manera más fuerte y en primer lugar a agricultores y ganaderos.

“La mayoría con presas para siembra y el cultivo, lo que implica que no se va a generar los cultivos que generalmente se desarrollaban”, subrayó.

Añadió que la ciudadanía en general también se ve impactada al no llegar los productos de alimentación, se recurre a otros lados y esto genera un encarecimiento.

En términos ambientales, añadió, hay cambios en los comportamientos en las migraciones de aves y a los ciclos naturales de especies que llegaban a estas presas.

Reconoció que la única forma de recuperar estas presas es a través de la precipitación pluvial, pero debido al cambio climático las lluvias también se han desfasado.

Las presas secas en su totalidad son: San Rafael en Huimilpan, Jesús Maria ubicada en El Marqués, La Llave en San Juan del Río, Centenario en Tequisquiapan y La Venta en Pedro Escobedo.

Además, la de El Coto y Constitución de 1917 en San Juan del Río, y San Ildefonso en Amealco están en una situación crítica por la baja acumulación de agua.

“Considerando que la alimentación de estas presas es la precipitación, si no hay lluvia no hay manera. Hay que esperar una”, explicó.

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