El gobierno de Estados Unidos impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de México, Canadá y la Unión Europea, los cuales respondieron que aplicarán la misma medida, en igual magnitud, abriendo una guerra comercial.
La administración de Donald Trump va a gravar desde hoy al acero, con un tasa de 25%, y al aluminio, con 10%, medida que se hace bajo el argumento de “seguridad nacional”.
Esta decisión afecta la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), admitieron el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, y el titular de Economía, Ildefonso Guajardo.
En conferencia desde París, Francia, el funcionario mexicano dijo que el daño que causará la medida es de 4 mil millones de dólares, por lo que en represalia se impondrán aranceles en la misma magnitud.
El tiempo que durará esta aplicación dependerá de la vigencia de las medidas de Estados Unidos. Dijo que los productos que gravará México en represalia serán aceros planos (lámina caliente y fría, así como tubos), manzanas, uvas, arándanos, quesos, piernas y paletas de cerdo, embutidos, preparaciones alimenticias y lámparas, principalmente.
La decisión de Estados Unidos es una “medida proteccionista” que “afecta y distorsiona al comercio”, por lo que México la “reprueba”, por considerar que claramente es “un mensaje político de dureza”.
Con esta imposición la renegociación del TLCAN “se tensa”, comentó por separado en entrevista de radio con Carlos Loret de Mola.
“Claramente las cosas se tensan, les hicimos ver [a EU] que era totalmente ilógico lo que se estaba poniendo en la mesa... La respuesta fue: ‘no se preocupen, a lo mejor va a ser corto, porque vamos a seguir dialogando’. Bueno, pues será tan corto, o tan rápido o tan lejano como las posiciones sean lógicas y constructivas en la renegociación del TLCAN”, expuso.
Guajardo comentó que la respuesta mexicana fue tomada con total cuidado, buscando influir en legisladores que pueden presionar a Trump y que no habrá afectaciones porque son productos que podrán traerse de otros países.
La canciller canadiense, Chrystia Freeland, junto con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, informaron que impondrán aranceles contra productos estadounidenses —por 12 mil 800 millones de dólares— y en los próximos días darán a conocer la lista.
La decisión de la Casa Blanca “atenta contra la relación de amistad que, sin duda alguna, ha tenido Canadá con Estados Unidos, desde que participamos al lado en la Segunda Guerra Mundial”, dijo Trudeau.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que “es un mal día para el comercio mundial. La Unión Europea no puede quedarse sin reaccionar”. Incluso, desde hace dos semanas el bloque presentó a la Organización Mundial del Comercio una lista de productos estadounidenses a los que se sancionará a partir del 20 de junio con impuestos, entre ellos motos, pantalones de mezclilla y alimentos, cuyo efecto será de 3 mil 270 millones de dólares, monto que es menor al daño que esperan.
El vocero del Fondo Monetario Internacional, Gerry Rice, expresó: “Estamos ante una guerra comercial proteccionista en la que todos perderán”. Pidió trabajar constructivamente para reducir las barreras y resolver las diferencias comerciales.
En conferencia telefónica, el secretario de Comercio de EU, Wilbur Ross, dijo que el diálogo para la modernización del TLCAN está tomando más tiempo de lo previsto y “no hay fecha precisa en la que puedan concluirse”, por lo que, “con base en la seguridad nacional” y sin garantías de resolución positiva de las pláticas, el gobierno de EU apostó por los aranceles.
Sin embargo, dijo, “las pláticas van a continuar”, y agregó que “habrá que esperar cómo reaccionan” los países afectados para saber cuáles serán los siguientes pasos.
AR