La estrategia nacional de ciberseguridad debe ser colaborativa, en la que fabricantes, empresas y gobierno participen, dijo Raquel Gatto, asesora regional de políticas de Internet Society (Isoc).
“Los procesos que llevan a una regulación, en confianza o ciberseguridad, deben pasar por procesos transparentes, inclusivos y por un diálogo multisectorial, donde las partes interesadas y distintos sectores deben estar en la mesa para esa discusión y toma de decisiones de políticas públicas”, recomendó Gatto.
Como parte de esta seguridad colaborativa, cada parte debe reconocer su responsabilidad para normar el ecosistema.
“La seguridad colaborativa significa que muchas cosas que hacemos afectan a otros usuarios de internet conectados en otro lugar”, dijo Christian O’Flaherty, director de desarrollo regional de Isoc.
Por ejemplo, si se instalan muchas cámaras de vigilancia y no se les incluye algún tipo de seguridad, estos dispositivos pueden ser usados para afectar a otros, mencionó el directivo.
Un ataque de este tipo sucedió cuando ciberdelincuentes usaron videocámaras para enviar miles de mensajes que tiraron servicios como Whatsapp, Twitter y Messenger, entre otros, en octubre de 2016.
Gatto subrayó que no sólo una ley o la autorregulación solucionarán todos los temas de seguridad y confianza en internet, pues “todos deben aportar para construir un marco robusto y valioso que funcione”.
La representante de Isoc consideró que no se debe tener “alergia” a la regulación, y es el momento de tomar decisiones en el tema y armonizar las reglas entre todos los países.
O’Flaherty comentó que, al tratarse de un tema nuevo, todas las regiones están aprendiendo y América Latina debe aprovechar la ocasión para avanzar en temas de seguridad y no esperar a que sea resuelto por otras regiones.
El directivo alertó que los países deben ser cuidadosos al regular la red, porque “por obligación nada se resuelve en internet”.
Raquel Gatto explicó que existen cuatro dimensiones que deben considerarse al abordar la ciberseguridad: los usuarios, redes protegidas, contar con tecnología confiable y seguridad desde el diseño.
La protección debe centrarse en los usuarios, quienes deben tener el poder de decidir sobre la seguridad, aseguró la asesora.