“Ya te urgía ponerte un traje.” Mientras trabajaba al frente de una empacadora de carne en Saltillo, su vestimenta cotidiana había dado un giro de 180 grados respecto a lo que los abogados están acostumbrados; ahora solía llevar jeans todos los días. Cuando José Zozaya se puso de nuevo ese atuendo clásico, algo cambió en él. Fue en ese semestre, mientras daba clases en Saltillo, lo que no sólo lo convenció de estar siempre involucrado en la Academia, sino que le hizo ver qué tanto le agradaba el uniforme de los abogados. Un uniforme que lograba verse diferente en él.
El presidente, gerente general y representante ejecutivo de Kansas City Southern de México tiene ocho años al frente de la empresa ferrocarrilera. Antes de eso “yo no sabía nada de Kansas City”, me confiesa desde su oficina en Montes Urales, en Lomas de Chapultepec. Advierte que él no sabía tanto de ferrocarriles, que para eso tiene a la gente adecuada. “Es bueno saber qué es lo que uno no sabe”.
Fueron sus habilidades y trayectoria lo que lo pusieron en la mira de los headhunters y después de la compra de las acciones de TFM por parte de KCSM ésta contrató a quien había sido director jurídico de ExxonMobil México. Aún no sabían los directivos que sus habilidades de gestión y negociación le serían útiles años más tarde.
La empresa es la segunda con más kilómetros de vías concesionadas por el gobierno federal (después de Ferromex) y la segunda que mueve más carga en el país (también después de Ferromex). Sus vías recorren principalmente el noreste del país, aunque llegan a Lázaro Cárdenas en el Pacífico y Veracruz, Puerto Altamira, y Matamoros en el Golfo.
Como es una empresa que también cuenta con servicios ferroviarios en Estados Unidos, tiene la habilidad de transportar de un país a otro “sin costuras”, es decir, con ciertas facilidades por ir sobre las vías de la misma empresa.
Pero en febrero de este año la Cámara de Diputados propuso algunos cambios a la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario. Por ahora no han sido aprobadas, pero de hacerse facilitaría el uso de las vías para trenes de pasajeros de otras compañías. En lugar de que esto signifique más negocio para KCSM (en Estados Unidos sí tienen servicio de pasajeros), se podría colapsar el tránsito. Según la postura de la misma Asociación Mexicana de Ferrocarrileros, los trenes de pasajeros sobre las vías de carga no son algo factible. Además, implicaría un cambio al contrato de concesión, que está acordado hasta 2027 para el uso exclusivo de tales vías para las concesionarias. Es decir, las habilidades de negociación propias de un abogado como José Zozaya ahora se ponen a prueba, pues él también está al frente de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles.
Quizá es hora de que alguien que sepa usar un traje se ponga a cabildear. “Una vez le dijo un amigo a mi esposa: ‘A tu esposo le combina hasta el reloj’. Lo dijo en broma, pero sí trato de combinar el reloj”. ¿Podrá este abogado que combina hasta el reloj llevar a buen puerto a los ferrocarrileros y a la propia Kansas City Southern de México?
Un joven vaquero
En medio de la sierra, viviendo con personas extrañas para él, el joven José Zozaya pasaba sus veranos de secundaria trabajando en las minas de la empresa que dirigía su padre, un reconocido ingeniero minero estadounidense. Allí pasaba un mes completo, sin ver a sus familiares “para que me hiciera hombrecito. Creo que sí me ayudó”.
Periódicamente tomaba muestras con una pala en las bandas transportadoras de mineral que enviaba al laboratorio. O bien, ayudaba en los almacenes. “Lo que sí aprendí fue que yo no quería ser ingeniero minero. Eso me quedó muy claro”.
Este señor, de vestimenta impecable, de niño trabajó también de vaquero en el rancho de sus primos en Chihuahua. “Eso me fascinaba”. Sin embargo, José Zozaya sintió el llamado de los trajes. “Debes saber combinar la corbata adecuada, la camisa y todo el juego. Los zapatos, el calcetín y el reloj”.
José Zozaya no sólo vivía desde niño entre el mundo rural y el citadino, sino también entre dos naciones: México y Estados Unidos. “Mi padre era de El Paso, Texas, así que aprendí a interactuar con ellos”. Aunque se refiere a “ellos” como los estadounidenses, el mismo José Zozaya no toma tan en serio las supuestas diferencias entre las dos nacionalidades.
Si se trata de notar lo que nos hace diferente en el plano de dirección empresarial, lo atribuye, más que a la cultura, a la historia y circunstancias de nuestros países.
“En México venimos de una sociedad de empresas familiares. Cuando la empresa es familiar el estilo gerencial es diferente”. En cambio, “yo no conocía a nadie de KCSM. Averiguaron y me encontraron. Eso te permite verme aquí. Tomar decisiones fuera de un conflicto de intereses. Eso te permite tener un liderazgo diferente”.
Más allá de la nacionalidad
José Zozaya ha sido el primer mexicano que dirige KCSM, pero también el primero en haber dirigido la American Chamber of Commerce of Mexico, la asociación de empresas estadounidenses que representan el 70% de la inversión directa en México.
No es casualidad.
El presidente de KCSM parece estar más allá de la nacionalidad. Es quizás eso lo que lo facilita para negociar y llegar a acuerdos. Es finalmente por lo que decidió estudiar Derecho al salir de la preparatoria. “Para ser diplomático tenías que ser político y para ser político tenías que ser abogado”. Así lo creía entonces y ahora lo recuerda con cierta gracia, como si admitiera un poco de ingenuidad en aquellos años.
Dice no ser experto en el tema de la relación entre México y Estados Unidos, incluso cuando su experiencia en empresas y cámaras parece contradecirlo. Quizás sin proponérselo estaba preparándose para un puesto que requería confianza de ambas partes de la frontera. “Queremos que la gente relacione más a Kansas City Southern de México por ser una empresa mexicana”. Pronto lanzarán una campaña para lograrlo, aunque está consciente de que el nombre será difícil posicionarlo como algo nacional.
Cuando se negocia, una de sus habilidades más preciadas, se establece una relación de confianza. Confianza para que las partes hagan (o dejen de hacer) lo que se haya acordado. José Zozaya se ha ganado la reputación de ser un tipo de confianza. Desde joven, en sus primeros empleos formales, ya tenía que mantener un grado de secrecía muy particular.
Aun como auxiliar de un alto funcionario del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, fue testigo de la relación Iglesia-Estado que entonces se mantenía en secreto. Su jefe directo se encargó de la visita del Papa y de la visita de la Madre Teresa. “Era algo que poca gente creería, pero la Madre Teresa vino a México a petición del presidente Luis Echeverría Álvarez”.
Esa discreción para él significó buscar ser diferente y de esa manera destacar. La moneda de la confianza siempre está a la baja; son pocos quienes cuentan con esta divisa y eso hacía diferente a José Zozaya. El que no destacaba demasiado de joven en la escuela, al salir al mundo laboral quiso voltear las cosas: “Y quizá por lo mismo, por ser tan tranquilo durante la secundaria y preparatoria, me quedó esa ansiedad de: ‘ya no voy a ser así’”.
Sin conocer a nadie en KCSM, llegó a esa posición. Por medio de un headhunter. Es decir, por méritos propios. “Yo era un joven tranquilo. No era el líder del salón, ni el más desordenado, ni el más callado. No era el líder del grupo”.
—¿Qué lo empujó a una posición más protagónica?
—Creo que fue mi formación de abogado. Te hacen sentir y puedes y debes ser líder. Te va creando el gusto por eso. No lo haces por ser reconocido, sino porque haces lo que te está gustando, donde crees que puedes aportar.
El peso de los trenes
Esa secrecía mencionada más arriba también estuvo presente en mi plática con José Zozaya. El tema del cabildeo prefirió no tocarlo para no mover las aguas. Actualmente la asociación busca justamente no moverle y que no se aprueben los cambios en la ley que afectarían no sólo el negocio de las ferrocarrileras, sino, según la asociación, la reputación del gobierno federal al echar para atrás un contrato de concesión.
El papel de José Zozaya y el modo en que cabildea no lo conoceremos a detalle. Es verdad que las ferroviarias no han incrementado considerablemente los kilómetros de vías en los últimos años (solo ha crecido 12% a 14% desde la privatización en 1997), pero justamente la concesión no les permite hacerlo. Aun así, el sector mueve casi 27% de toda la carga del país, especialmente de la pujante industria automotriz, minera, industrial, entre otros.
KCSM dice que invertirá 143 millones de dólares en locomotoras y vagones, además de darle mantenimiento a la red ferroviaria que le corresponde. También, una doble vía que se construye en Nuevo Laredo hasta el puente internacional ferroviario en Laredo, Texas. En los últimos 16 años, la empresa de José Zozaya ha invertido 3 mil millones de dólares.
Cuando se trata de hacer algo que le guste a José Zozaya es justamente lo que hace actualmente: negociar, cabildear. Y otro tema que le apasiona: el comercio internacional. No podría estar en mejor momento. Lo que para otros sería una posición muy estresante, para él es algo que le gusta. “Cuando uno hace lo que le gusta, eso no es trabajo”.
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Hay un momento en el que José Zozaya se quita el traje de presidente o director general: cuando desempaca los trenes a escala que tiene en su oficina. Me los muestra con orgullo. Después de cabildear, negociar, ceder, presionar, argumentar, buscar acuerdos, imponer y dar entrevistas, es capaz de colgar esa coordinada corbata y el saco impecable para sentarse en el suelo y acomodar uno de esos trenes a escala con el logo de KCS.