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Una tarjeta de crédito puede sacarte de apuros o puede meterte en un infierno en el que todo aquel que ya se endeudó no quiere volver a pasar. El infierno de las deudas es tortuoso, sin embargo, la parte positiva de un plástico es muy grande. Puede salvarte de una emergencia médica o ayudarte a comprar algún objeto a meses sin intereses o a un precio preferencial. Pero en la realidad, la gente todavía tiene miedo de ellas. Así lo encontró una encuesta de ComparaGuru.com y Feebbo, la cual arrojó que 48% de los encuestados aseguró no tener una tarjeta de crédito porque le da miedo endeudarse.
El miedo suele venir ante lo desconocido. Según un estudio realizado por Banamex, por lo general, la gente tiene poco conocimiento del significado y funcionamiento del crédito en general. Concretamente respecto a las tarjetas de crédito, el análisis encontró que entre mayor nivel de escolaridad y de conocimiento, ésta comenzaba a encontrar ventajas de su uso. En este ejercicio predominó la desconfianza y el miedo hacia el crédito, sin embargo, todos coincidieron en que sabiéndolo usar es positivo.
Ya que conocimiento es poder, hay ciertas cosas que no debes dejar de lado antes de contratar una tarjeta de crédito.
1. No es una extensión de tu sueldo, es un medio de pago. Suena muy básico, pero la realidad es que es muy sencillo traspasar la línea y comenzar a utilizarla erróneamente.
De acuerdo con la Primera Encuesta sobre Cultura Financiera en México realizada entre Banamex y la UNAM, la principal ventaja de usar un plástico que la gente encontró, sobre todo aquellos de menor nivel socioeconómico, fue la disponibilidad de poder realizar una compra cuando no hay dinero. Si alguien la utiliza una y otra vez cuando no tiene con qué pagar y no se preocupa por pagar sus deudas, el resultado será desastroso.
2. Es verdad que tu tarjeta de crédito te regala días de financiamiento gratis. Esto sucede si pagas a tiempo, es decir, si eres un totalero. Funciona así: si tu fecha de corte es el 25 del mes y haces una compra al día siguiente, tendrás 50 días para pagar libres de interés. Así que esto representa una gran ventaja.
3. La fecha de pago es inamovible. Si tu fecha de corte es el 14 del mes, tienes que pagarlo ese día, ni un minuto después. Hay quienes se quejan porque lo pagan al siguiente día y porque les están cobrando intereses, pero la realidad es que son sistemas automatizados que registrarán ya un pago a destiempo, explica Ángel González, director general de la Organización Nacional de la Defensa del Deudor.
4. El mínimo es un monstruo. En tu estado de cuenta viene una cifra que se denomina “pago mínimo”; esta es una cifra que, si la pagas, te exime de pagar intereses moratorios, pero no de pagar los intereses.
“Se recomienda que si no puedes ser totalero por lo menos pagues el doble del pago mínimo, para evitar que los intereses se coman tu salario”, señala Paul Dávila Escobar, analista bancario de ComparaGuru. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que la deuda puede incrementarse hasta 500% para los que decidan liquidar sólo esta parte.
5. Ninguna tarjeta es gratis. El Costo Anual Total (CAT) es una cifra que suma la tasa de interés, la anualidad, comisiones y todos los gastos que te implicará el plástico.
Debes comparar, pero tampoco tienes que dejarte llevar sólo por esta cifra, porque al escoger una tarjeta de crédito tendrás que tener en cuenta para qué la vas a usar. Si piensas utilizar todos los puntos que te ofrece en las compras y esto realmente ofrece un beneficio, entonces no importa que escojas una tarjeta con CAT más alto porque valdrá la pena.
6. No se utiliza para todos los gastos. “A muchos se les olvidan los 500 pesos que gastaron con la novia en una comida, los 400 pesos del súper, el café del Starbucks y al final del mes ya no les alcanza para pagar el crédito”, explica Dávila. Así que escoge bien con qué vas a pagar antes de que vayas al próximo café. Se entiende que no quieras cargar efectivo, pero para eso están las tarjetas de débito.
7. Tu tarjeta de crédito puede ayudarte a tener un “buen currículum” crediticio (si la usas bien). Si no tienes historial usando crédito y algún día quieres pedir uno, tener un plástico en el que domicilies algunos pagos (y lo pagues en su totalidad al final del mes, por supuesto) te abrirá las puertas del crédito cuando lo necesites.
8. ¡Cuidado con los meses sin intereses! Es una realidad que no te cobran intereses pero cuando pagas a tiempo. Es una ventaja muy grande poder pagar las cosas a pagos, sin embargo, si te emocionas y comienzas una y otra vez a pasar el plástico para pagar varios artículos bajo esta modalidad seguramente vas a endeudarte. Los pagos de cada cosa serán pequeños, pero ya en suma se puede convertir en una cantidad impagable.
9. Revisa tu estado de cuenta. Puede parecer tentador dejar cerrado el sobre o no abrir el correo electrónico en tu bandeja de entrada, pero necesitas saber qué te está cobrando el banco. Según la Condusef, 57% de las quejas fueron hechas a causa de tarjetas de crédito, en una gran parte por consumos no reconocidos.
10. Disponer de efectivo en tu tarjeta de crédito va a costar muy caro. Este plástico no es para eso, así que no lo intentes si no quieres pagar entre 5% y 10% del monto que retires, según un recuadro elaborado por la Condusef.
Extra: una ex deudora —debía 120 mil pesos a los 23 años, hoy tiene casi 30 y ni una deuda qué pagar— ofrece varios consejos: “No uses tarjeta de crédito para cafés, ropas, salidas, etcétera. Úsala para vacaciones, boletos de avión, computadoras. Algo que quizá se pueda vender en un futuro. Nunca des el pago mínimo, paga siempre lo que gastaste y no menos, es lo justo. Nunca dispongas de dinero en efectivo y ten sólo una tarjeta, no muchas, como yo tenía. Para tener una tarjeta de crédito debes ganar bien, ser maduro, administrado y no un comprador compulsivo”.