El indicador de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) muestra que el crecimiento económico registrado durante el último año (1.1%) fue insuficiente para contener la precarización del mercado laboral y con ello del bienestar de la población. La inercia económica y social gestada durante el periodo 2007-2012 ha sido difícil de contener, afectando el crecimiento, el ingreso salarial y con ello la evolución del mercado interno.
En promedio, durante el 2013 el ITLP avanzó 4.0%. El motivo básico fue la caída del ingreso laboral de los trabajadores: a pesos constantes su retroceso fue 6.1% y en términos de la canasta alimentaria definida por el Coneval la contracción fue de 12%.
Si la comparación se realiza respecto a 2008 la disminución fue de 16.5% en términos de reales y 24.8% si se utilizan los precios de la canasta alimentaria. Todo ello resume que la política de incrementar salarios en función de la inflación esperada no tiene un impacto favorable para los ingresos laborales, particularmente cuando la inflación de alimentos y otros rubros estratégicos es superior.
No puede olvidarse que el ITLP mide la condición de quienes cuentan con un empleo, contabiliza la merma que sufre su ingreso. Evidentemente que la situación puede ser aún más delicada para quienes no cuentan con una ocupación laboral: 2.6 millones de personas en enero del 2014.
La evolución al alza del ITLP se encuentra condicionada por la situación que se vive en la parte urbana de México, es decir en donde hay mayor cantidad de población. La precarización de las ciudades tiene una profunda correlación con las dificultades que enfrentan las empresas del sector industrial y de servicios, el bajo crecimiento económico termina por incidir en los salarios y prestaciones que pagan a sus trabajadores.
El año pasado el ITLP urbano se elevó 4.6%. Respecto al 2008 la variación fue de 30.4% y de 13.4% si se toma como referencia el 2010. En la parte rural el avance de la precarización es menor (2.5% en 2013).
Un elemento que se debe considerar es que el aumento en el ITLP obligará a destinar más recursos para el combate de la pobreza, de otra manera la merma en el ingreso eliminará los beneficios marginales que reciben las personas que se encuentran inscritas en los programas de desarrollo social en los tres niveles de gobierno. Sin crecimiento y mejora en el mercado laboral no habrá presupuesto suficiente para abatir el rezago que implica la pobreza.
En el 2013 la precarización avanzó en algunas de las entidades que tienen mayor relevancia en términos económicos y sociales: Jalisco (10.2%), Colima (10.1%), Estado de México (9.1%), Michoacán (9.1%), Durango (8.2% y el Distrito Federal (7.4%).
Cuando la revisión se aplica respecto a las condiciones prevalecientes en 2008, se puede observar que a nivel nacional el ITLP creció en 23.3% (10.5% en referencia al 2010). A nivel estatal las cifras son preocupantes, respecto a lo que se tenía en 2008 once estados reportan una variación del ITLP superior al 30%: Baja California (82.2%), Nuevo León (71.8%), Tamaulipas (56.2%), Baja California Sur (55.4%), Quintana Roo (54.4%), Distrito Federal (51.3%), Sinaloa (43.1%) Sonora (39.8%), Colima (37.4%), Chihuahua (34.1%) y Estado de México (30.2%).
El hecho de que el ITLP aumente en entidades de mayor desarrollo industrial y de servicios muestra la necesidad de implementar estrategias integrales de desarrollo económico basadas en el fomento de cadenas productivas que permeen en regiones y sectores económicos afectados por la desaceleración económica.
La reactivación del mercado interno no ocurrirá sin la mejora en el ingreso de los trabajadores, cuestión que depende de elevar la productividad de las empresas. En los meses por venir parte de la tarea es lograr que la economía crezca, es paso esencial para abatir la precarización laboral que enfrenta el país.
Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.