Luego de 25 años de presencia en el país, la vinícola Freixenet de México apuesta sólo a la uva nacional en la producción de su finca de Ezequiel Montes, estado de Querétaro; razón por la cual, la empresa estima un crecimiento moderado para este año, aseguró Lluis Raventós, gerente y enólogo de la Finca Sala Vivé de Freixenet México.

La firma de origen español prevé un alza de entre 8 y 10% en 2013 en el país, con una producción de alrededor de 2 millones de botellas, dijo.

“Vamos a crecer lentamente. Hoy, hay más demanda que oferta, así que vamos a estudiar mercados y ver dónde queremos distribuir”, dijo.

Actualmente, Freixenet México comercializa sus vinos espumosos y de mesa en todo el país, y exporta aproximadamente 30% de su producción a los mercados de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y Reino Unido, principalmente.

Cultura del vino, para todos

La firma Freixenet llegó a México en 1987, cuando el señor Giusepe Ferrer estableció su finca en el municipio de Ezequiel Montes, Querétaro.

Pedro Ferrer comenzó el negocio en España hacia principios del siglo XIX. Posteriormente, el hijo de Ferrer y de doña Dolores Sala Vivé tomó las riendas de la empresa, y expandió la marca en España, Australia, Sudamérica y en Estados Unidos.

En México, “aterriza en la región de Querétaro, buscando también Centroamérica como zona potencial, considera también ir a Ensenada, Baja California, pero finalmente aterriza en Querétaro, a finales de los años 70”, comentó Raventós.

En los años 80, comenzó a plantar los viñedos y a construir la vinícola, que se inauguró oficialmente en 1987 con el nombre de Finca Sala Vivé, y los viñedos Doña Dolores, en honor a su madre.

“Los primeros años son muy duros, no hay técnicos, así que viene uno de España, y el negocio del espumoso no se conoce; además, enfrentan la crisis (económica) de los años 90”, agregó Lluis Raventós, gerente de la Finca Sala Vivé de Freixenet.

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