La economía mexicana tuvo un mejor desempeño al esperado durante el primer semestre de este año; sin embargo, expertos anticipan que la actividad se desacelere para la segunda mitad del año.
Un consumo privado más moderado y la contracción de la inversión pública van a reducir el ritmo de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, lo cual va a estar inmerso en un entorno de incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el inicio del proceso electoral rumbo a 2018.
Expertos consultados por EL UNIVERSAL destacaron que los factores de mayor riesgo son: una negociación del TLCAN no ventajosa para México, la incertidumbre financiera por el proceso electoral y un menor desempeño de la industria manufacturera estadounidense.
“El principal riesgo es que las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio no lleguen a buen puerto o que se descarrilen; eso tendrá un impacto negativo sobre las expectativas y la confianza, y resultará en menores niveles de consumo e inversión”, comentó el economista en jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano.
Destacó que la incidencia del proceso electoral será menor durante 2017, pues el mayor impacto se calcula que se dé en el primer trimestre del próximo año.
Luis Adrián Muñiz, analista económico de Vector Casa de Bolsa, comentó que la perspectiva es que la economía mantenga las tasas de crecimiento, aunque cada vez menores.
“Prevemos que al final del año se crezca cerca de 1.6%, y eso va a implicar que algunos sectores se desaceleren. El consumo privado es uno de los que lo harán más marcadamente, junto con la inversión fija bruta, por la incertidumbre de lo que va a pasar con el comercio entre México y Estados Unidos, y el gasto público, que está en plena consolidación fiscal”, dijo.
Alejandro Cervantes, de Banorte-Ixe, comentó que los altos niveles de inflación pueden mermar las decisiones de consumo de las familias.
En el primer trimestre, la economía creció 2.8%. Para el segundo cuarto de 2017, prevén una expansión de 1.8%, misma que se puede repetir en el periodo julio-septiembre, para cerrar el último tramo con un ritmo de 1.6%.
Significa que mientras en la primera mitad del año se creció a una tasa de 2.3%, para la segunda parte la expansión sólo será de 1.7%.
Mercado interno nulifica a Donald Trump. Pese a que las expectativas para la economía mexicana no eran favorables a principios de este año, la realidad es que la actividad tuvo un mejor desempeño.
Muñiz comentó que uno de los factores que contribuyeron al buen dinamismo fue el consumo privado, que aguantó el repunte inflacionario y el alza de las tasas de interés.
Otro tema fue la demanda externa. Las exportaciones, aunque se tardaron en jalar, comenzaron a reaccionar ante la depreciación acumulada del tipo de cambio, añadió el experto de Vector Casa de Bolsa.
“En la medida que haya incertidumbre sobre qué va a pasar con el TLCAN, muy probablemente algunos agentes económicos puedan anticipar exportaciones o puedan adelantar operaciones con Estados Unidos, exportar lo más que se pueda antes de que eventualmente hubiera alguna restricción”, agregó.
Sin embargo, el dinamismo de la demanda interna y externa puede tender a disminuir en la segunda mitad del año, porque se observa una moderación en el ritmo de crecimiento del consumo privado asociado al repunte inflacionario y a una desaceleración en la creación de empleo formal.
“A la misma consolidación fiscal, a la fortaleza del peso que merma el choque competitivo favorable al sector exportador, y a una moderación en el crecimiento de Estados Unidos, en particular en el sector manufacturero”, destacó Joel Virgen, analista económico de CitiBanamex.