Miguel Messmacher no tuvo tiempo para hacer ejercicio. La discusión y aprobación de la Ley de Ingresos de la Federación 2015 dejaron poco espacio para otra actividad y más cuando los mercados internacionales obligaban a cuadrar las cifras diariamente.

Llegó a fumar hasta dos cajetillas de cigarros al día, que incluso hizo reconocerle como un caso fallido de los objetivos del IEPS por tratar de inhibir el consumo de ciertos productos nocivos para la salud. Pero el estrés era mayor y había que contenerlo.

Hubo un gran villano durante esos días del análisis de los ingresos presupuestarios: el precio del petróleo, que implicó muchos cálculos, mucho lápiz y mucha goma de borrar.

Sin embargo, el subsecretario de Ingresos en Hacienda reconoció, en entrevista con EL UNIVERSAL, que se aprobó una Ley de Ingresos sólida y que será un buen sustento para el gasto del próximo año.

A pesar de que al día de hoy la volatilidad en los precios internacionales continúa y sus cotizaciones están a la baja, el funcionario afirma que no hay ninguna preocupación relevante, incluso si el barril mexicano llegara a cotizarse por debajo de los 79 dólares establecidos en la Ley de Ingresos.

Además de que la mezcla mexicana de exportación está blindada, Miguel Messmacher asegura que compañías internacionales e inversionistas siguen manifestando interés en la Ronda Uno, por lo que es poco probable que este escenario de volatilidad en el mercado afecte estos proyectos.

“La producción en México es algo que aguanta una disminución de precios como los que hemos observado y en ese sentido seguimos percibiendo bastante interés en ella.

“Tendríamos que tener una disminución mucho más fuerte en los precios para que observemos problemas en la Ronda Uno”, comentó.

Confió que a través del SAT y de las herramientas de que se le dotaron en la reforma hacendaria, se tendrá una mayor eficiencia en la recaudación tributaria, que podría compensar los vaivenes de los ingresos petroleros.

Añadió que otra herramienta para fortalecer los ingresos del gobierno es el nuevo Acuerdo Multilateral entre Autoridades Competentes mediante el cual México intercambiará información con 50 países, para así frenar la evasión fiscal.

Afirmó que en el tema del déficit fiscal y la deuda son instrumentos para reanimar la economía y que su uso será temporal. A partir de 2016, ambos componentes de la política fiscal ya no se incrementarán y en los dos últimos años de la presente administración federal disminuirán.

“Con esto vamos a evitar, y asegurar, que no se presente ningún problema como el que se ha llegado a mencionar de sobreendeudamiento”, afirmó.

¿Están satisfechos con la aprobación de la Ley de Ingresos? ¿Queda blindada o podríamos tener alguna sorpresa negativa?

—Lo que se terminó aprobado en el Congreso, es una Ley de Ingresos de la Federación responsable y donde se hizo una buena labor de evaluar el periodo económico entre el tiempo en que enviamos la iniciativa y en el momento de su aval. Creemos que es una ley bastante sólida y un buen sustento para el gasto del próximo año.

¿No queda muy supeditada a este entorno de volatilidad? Hay analistas que en el tema del precio del petróleo aseguran que no se trata de una racha temporal, sino de una tendencia

—Las diferencias en los precios que hemos llegado a observar con respecto a los 79 dólares por barril que se aprobó en el Congreso, son distancias que están cubiertas tanto por el lado del programa de coberturas como por los recursos de los fondos de estabilización. En ese sentido, no tenemos una preocupación relevante incluso cuando el precio llegara a estar ligeramente por debajo del nivel que se avaló.

La cobertura permitirá hacer frente cuando el precio baje de los 79 dólares; y cuando se acabe esa protección, tenemos los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros que permitirán cubrir el faltante.

¿Pero no creen que se quedó optimista este precio de 79 dólares considerando que el jueves de la semana pasada cerró en 77.30 y el viernes en 76.98, es decir, por debajo de lo presupuestado?

—Sí, pero también tenemos ajustes en el tipo de cambio que puede compensar estos efectos, ya que éste sirve como un estabilizador automático. Esto, junto con las coberturas y los fondos de estabilizació,n son fuentes que permitirán hacerle frente a ese faltante adicional en caso de que se materialice.

Antes de que se revisara a la baja el precio del petróleo de 81 a 79 dólares usted comentó que se le había encarecido a la Secretaría de Hacienda la cobertura del petróleo. ¿Con este menor precio, se hizo más onerosa la contratación?

—No, porque la cobertura sale más cara mientras más grande es el precio que estás cubriendo. Lo que había encarecido la cobertura no era tanto la disminución en el precio del petróleo del paquete, sino que bajó la cotización del spot en los mercados. Entonces, no habrá ningún gasto mayor para cubrir los 79 dólares.

En este contexto, ¿hay realmente algún mercado valiente que quiera blindar el precio del petróleo mexicano en 79 dólares como se aprobó en el Congreso?

—El proceso de la cobertura continúa y, como lo hemos hecho en años anteriores, cuando se concrete les daremos a conocer los detalles.

Muchos proyectos de la Ronda Uno están sujetos a una rentabilidad y a ciertos precios promedio en el petróleo, ¿no les preocupa que por esta volatilidad se puedan caer algunos de los planes de inversión hacia el país?

—Seguimos escuchando muchas manifestaciones de interés de participación de todo tipo de compañías e inversionistas en la Ronda Uno mexicana y obviamente esto es algo muy importante aquí.

Los yacimientos de México tienden a ser de menor costo comparado con otros proyectos que se observan en otros lugares del mundo. Por ejemplo, hay muchas empresas que desarrollaban proyectos de muy alto costo en el Ártico o en aguas ultraprofundas, abajo de sal en localidades muy alejadas y, en ese sentido, comparado con este tipo de proyectos es que la Ronda Uno se antoja atractiva desde el punto de vista de menores costos de producción.

En ese sentido, la producción en México es algo que aguanta una disminución de precios como los que hemos observado y en ese sentido seguimos percibiendo bastante interés en ella.

Pero evidentemente hay un riesgo...

—Obviamente, pero tendría que tener una disminución mucho más fuerte en los precios para que observemos problemas en la Ronda Uno.

¿Qué tan fuerte la disminución?

—Una caída muy dramática. Tendríamos que observar un desplome del tipo que observamos durante 2009.

Una de las variables más difíciles de estimar es el tipo de cambio. ¿No cree que sea muy peligroso depender de la paridad cambiaria, apostar a ella para compensar estos menores recursos por el menor precio del petróleo?

—El tipo de cambio de 13.40 pesos por dólar para el próximo año es consistente con lo que hemos observado en las últimas semanas y, en ese sentido, no es que parezca una depreciación o un ajuste exagerado. Lo que hemos visto en el tipo de cambio spot nos hace pensar que la adecuación que hicieron los diputados, y que ratificó el Senado, fue correcta y que es consistente con los valores que hemos observado y que prevén los mercados.

Una adecuación en el Congreso fue la de la eficiencia recaudatoria. Dígame, ¿cuáles serán las tareas adicionales de las autoridades fiscales y con qué herramientas contarán? ¿Veremos una fiscalización más recia en 2015 o qué elementos usarán para lograr este objetivo?

—Nosotros no propusimos ninguna modificación en el esquema tributario ni en el Código Fiscal de la Federación y, por lo tanto, con lo que se va a trabajar es con el fortalecimiento de las facultades que ya se le aprobaron al SAT desde la reforma hacendaria del año pasado. Ahí se establecieron facultades adicionales en materia de fiscalización y su implementación y aplicación es un proceso que se dará de manera gradual. Así que más que esperar cambios con respecto a lo que ya hace el fisco lo que vamos a ver es que siga con este proceso gradual que podrá darnos ganancias adicionales en recaudación.

¿Este Acuerdo Multilateral entre Autoridades Competentes que firmó México con 50 países también será una herramienta adicional y fuente de recaudación para la Ley de Ingresos del próximo año?

—La idea es que a través de este mecanismo nosotros podamos tener un intercambio de información financiera con todos los países participantes y fortalezcamos nuestras labores de fiscalización para asegurar que todos contribuyan con el pago de impuestos como es debido y como marca la ley.

Por supuesto que será una herramienta muy importante, así como tenemos el FATCA —Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas en el Extranjero, (FATCA, por su siglas en inglés) con Estados Unidos. Será un instrumento adicional para obtener información adicional para que no se den procesos de evasión fiscal.

¿Prevén una mayor intensificación en el trabajo de BEPS contra multinacionales que evaden impuestos y que esto pueda aportar a la Ley de Ingresos?

—Sobre el BEPS es algo en lo que estamos todavía trabajando, es un proceso que aún continúa y se tienen avances, pero aún no terminamos.

El crecimiento de los ingresos presupuestarios ha ido en menor proporción del incremento en el gasto y por ello se han tenido que compensar estos recursos a través del déficit. Hay algunos centros de estudios que consideran que éste será un sexenio de endeudamiento; otros, como el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, aseguran que el déficit no es como lo pintan las autoridades, sino más alto. ¿Se trata entonces de una administración que incurrirá en una mayor deuda?

—Este es un debate que se ha dado a escala internacional. Se tomó la decisión que para este año tuviéramos un déficit contracíclico motivado por la debilidad internacional que todavía se estaba observando. El endeudamiento se debe ver como un instrumento que sirve para cuando tienes choques negativos y quieres seguir políticas contracíclicas en momentos de debilidad, y la lógica es que cuando se fortalezca la economía ese déficit vaya desapareciendo y disminuya el nivel de la deuda. El uso del endeudamiento debe ser temporal y para cuando estás observando un crecimiento débil.

Cuando la economía ya esté más fuerte se tiene que revertir este endeudamiento y se nota en una disminución como porcentaje del PIB. Eso es lo que estamos proponiendo y lo que estaremos cumpliendo. Para 2016 ya no esperamos observar un incremento adicional en la deuda como proporción del PIB y para 2017 y 2018 lo que esperamos ver son reducciones.

Con esto vamos a evitar y asegurar que no se presente ningún problema como el que se ha llegado a mencionar de sobreendeudamiento.

Tuvimos en agosto un dato negativo en cuanto el IGAE, ¿éste en conjunto con la menor producción del petróleo y los menores precios del crudo no pueden ensombrecer el panorama económico y que pudiera tener un impacto sobre la Ley de Ingresos 2015?

—En general los datos mensuales tienden a tener volatilidad que se pueden observar por algún fenómeno particular y, por eso, no es extraño ver que de pronto un mes registre cierta volatilidad, pero luego eso se revierte en el próximo mes. Esto al final de cuentas no tiene un efecto sobre la tendencia general de la economía, por lo que el dato del IGAE de agosto hay que leerlo con cuidado. Hay varios elementos que parecen atípicos y la verdad parece prematuro sacar cualquier conclusión a partir de un sólo dato de información cuando la tendencia de la economía ha sido de aceleración. En ese sentido, hay que esperar a ver el resultado de septiembre y lo más probable es que sea un mes fuerte y revierta la debilidad de agosto y regresemos al patrón de aceleración que estábamos viendo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS