La ganancia que registró el poder adquisitivo en el último año puede revertirse por las alzas a las tarifas de la energía eléctrica, de los precios de los combustibles, el impacto por la depreciación del tipo de cambio y el aumento de los insumos, de acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento (IDIC) y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Ese “efecto combinado” de todos los incrementos anteriores puede impulsar la inflación a una cifra anual de 3.5% para 2016, además de que va a restar el avance de 1.5% que tuvo el poder adquisitivo en los últimos 12 meses, dijo el director general del IDIC, José Luis de la Cruz.
El problema es que en los últimos 30 años la capacidad de compra de una persona se mermó, porque el salario que recibe actualmente un trabajador equivale a 25% de lo que recibió hace tres décadas, expuso.
Con el entorno actual, los mayores aumentos de precios se van a registrar en los giros donde hay un bajo valor agregado y el margen de ganancia es mínimo, por ejemplo en alimentos, como granos y en industrias como la textil, explicó.
En productos de la canasta básica pudieran verse alzas de precios si no es que ya se dieron algunas por el aumento de los costos al productor.
Hay industrias que van a tener afectaciones porque los precios de las materias primas a escala internacional van al alza, por el tipo de cambio y a eso se le suma el hecho de que “sale más caro el transporte por kilómetro de combustible y también está el aumento de la electricidad. Por eso la inflación puede cerrar con 3.5% del año”, expuso De la Cruz.
Sin embargo, solamente la inflación que mide los alimentos pudiera registrar aumentos de 4% a 4.5%, por las presiones que existen en el mercado, añadió el economista.
Impacto en producción. Al respecto, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera Vega, expuso que los aumentos a los precios de los energéticos, el tipo de cambio actual y el alza de precios de las materias primas tienen un “impacto negativo en los costos de producción”.
Desde hace un año, el Índice Nacional de Precios al Productor registró un incremento de 5% a 25% en los costos de diversas industrias derivado del tipo de cambio. Al que hoy se le suman “dos ingredientes adicionales que generan más presión” los energéticos y los precios de las materias primas.
“Con mucha preocupación decimos que un factor que nos ayudó a que el tipo de cambio no impactara en los costos de producción fue la baja de los costos de la energía eléctrica y también la disminución de los precios de los commodities. Pero hoy estamos viendo un escenario en el que las materias primas se recuperan y, si la energía eléctrica sigue elevándose, puede haber un impacto muy negativo en los costos de producción de las empresas que se puede trasladar a los precios. Hay que tener cuidado con esta compleja situación”, consideró Herrera.
El CEESP coincidió en que la inflación va a retomar niveles por arriba de 3% al cierre de 2016, por un ajuste en los precios al consumidor. El alza esperada “podría reducir la ganancia que ha tenido el salario real”.
En julio y agosto se registraron aumentos de precios de las gasolinas y de las tarifas eléctricas, lo que para el sector industrial y comercial significa aumento en los costos de producción.
Además de que el tipo de cambio aumenta los precios de materia prima y maquinaria de importación, y ello mantiene un aumento del Índice Nacional de Precios al Productor, pues en junio se ubicó en 5.6%, lejos del 2.54% de los precios al consumidor.