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El primer mensaje que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) deberá enviar a empresarios nacionales y extranjeros es el de certidumbre jurídica, una vez que inicie sus funciones; de lo contrario, el nuevo regulador se arriesga a perder credibilidad ante los inversionistas, comentaron analistas.
A pesar de que aún no se conforma el pleno del nuevo organismo regulador, que habrá de sustituir a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), expertos del ramo coinciden en que dependerá de Ifetel abrir el apetito de los inversionistas internacionales, con el fin de generar competencia en el ramo.
“El Ifetel va a tener una agenda muy apretada, y va a tener que dar una señal a los inversionistas en el sentido de que se están tomando las decisiones adecuadas y de que sus inversiones van a tener seguridad jurídica a corto, mediano y largo plazo”, dijo Gabriel Sosa Plata, analista del sector.
A partir de esta semana el Senado de la República cuenta con 10 días naturales para ratificar o rechazar los aspirantes a conformar el pleno del Ifetel, previo visto bueno del Ejecutivo federal.
En caso de rechazar algún nombramiento, el Ejecutivo deberá de enviar de nueva cuenta una propuesta para el cargo. En caso de que ese candidato vuelva a ser rechazado por los senadores, el Ejecutivo enviará una propuesta definitiva.
“El principal reto que tiene el Ifetel es detonar las inversiones para que haya muchas empresas nacionales y extranjeras y que vean atractivo el sector de las telecomunicaciones en México”, comentó Abel Hilbert, ex comisionado de la Cofetel.
A decir de Sosa Plata, el Ifetel deberá de establecer una agenda de trabajo que incluya las obligaciones que están establecidas por mandato constitucional, así como una serie de asuntos que no están incorporados, pero que tienen que ver con el desarrollo del sector.
La primera prueba
Según el texto constitucional, al constituirse el Ifetel los concesionarios que presten servicios de televisión radiodifundida están obligados a permitir a los concesionarios de televisión restringida la retransmisión de su señal, de manera gratuita y no discriminatoria, dentro de la misma zona de cobertura geográfica, en forma íntegra, simultánea y sin modificaciones, incluyendo la publicidad y con la misma calidad de la señal que se radiodifunde.