Emprender es un camino solitario, duro y para el que se necesita tener piel gruesa. Cuando emprendes, tu vida por completo cambia. No sólo la laboral, sino también la personal. Tienes que reajustar gastos, horarios y metas; hablarlo muy bien con tu familia para evitar, en la mayor medida, problemas.
Pero estos no van a desaparecer por más que lo intentes así que tienes que tener muy claro qué es lo que puede pasar y a qué estás dispuesto a enfrentarte al fundar una empresa.
En México, muchos trabajadores quieren embarcarse en esta aventura. De acuerdo con una encuesta realizada por la bolsa de trabajo Trabajando.com, 81% asegura haber pensado en emprender alguna vez. Si bien dicen que un empresario puede nacer —pensemos en Steve Jobs o Elon Musk, por ejemplo— o hacerse a costa de trabajo y esfuerzo, es una actividad que quizá no a todos nos vaya bien.
“Emprender no es para todos, tiene que ver con jugarle un poco al riesgo. Vas a pasar hambre, todo aquel que emprende, a menos que seas multimillonario, no sufre por el dinero. Mientras que arrancas tu proyecto tienes que darte cuenta que no vas a ganar dinero y tendrás que sufrirle”, explica Alejandro Lomas, director de Start- cups, una incubadora con presencia en varios estados del país y con sede en Aguascalientes.
¿Estás dispuesto a pasar algunas dificultades de dinero? ¿A la incertidumbre económica de los primeros meses? Un proyecto de emprendimiento debería planearse lo más realista posible, y dentro de esta planeación debería contemplar el sueldo del emprendedor, pero la realidad es dura en este sentido, porque aquellos que fundan una empresa viven austero y al menos en algún momento, se truenan los dedos, así que si no estás dispuesto, ni lo intentes.
Este aspecto está relacionado también a qué tanto eres adverso al peligro, porque riesgo puede ser un sinónimo de emprender. Si bien la planeación y el trabajo que se le invierta al proyecto pueden hacer la diferencia, en ningún lugar está escrito que no vas a fracasar y que no vas a perder el tiempo y el dinero que invertiste. En México, 75% de las empresas que se abren dejan de existir durante los primeros cinco años, de acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
La posibilidad de naufragio es muy alta. “Vas a fracasar no una sino 10 veces hasta que te pegue el proyecto, es raro que a alguien le funcione por primera vez, aunque te incubes, no todas son exitosas”, explica el experto.
¿Estás preparado para fracasar e intentarlo una y otra vez? Quizá nadie esté realmente preparado para el fracaso, pero es un escenario que se tiene que contemplar si se quiere emprender. En este sentido, hay una cualidad que deben tener los emprendedores y que es muy importante y es la resiliencia. Se le llama así a la capacidad de sobreponerse a las adversidades y de enfrentarse a los riesgos.
¿Qué tal te va con eso? Analiza cómo has enfrentado a lo largo de tu vida los fracasos, y considera si estás dispuesto a arriesgar, perder —porque esa posibilidad existe—, volver a levantarte y empezar de nuevo. Eso es lo que hace a un emprendedor exitoso.
Prácticamente ninguno ha llegado a la primera, han enfrentado muchas adversidades y les han dicho que no y que están locos muchas veces.
¿Sabes enfrentar un no?
Por supuesto que a nadie nos cae bien el rechazo, pero si quieres convertirte en emprendedor debes tener en mente que este siempre va a ser un elemento de vida. A la hora de buscar inversionista, validar tu idea o vender. Todos son momentos en los que vas a ser rechazado una y otra vez y más vale que lo tengas en cuenta.
Steve Wozniak, el cofundador de Apple, junto con Steve Jobs, fue rechazado cinco veces por sus jefes a la hora de presentarles el diseño original del Apple 1. Wozniak diseñó el hardware, los diseños de los circuitos y el sistema operativo de la Apple 1 en sus tiempos libres, y cuando terminó el diseño, se lo llevó a quien era su empleador en esos momentos, HP.
Wozniak asegura que él no tenía planes de convertirse en emprendedor, que no quería sacar dinero de su invención sino que más bien quería hacer buenos diseños. Después conoció a Steve Jobs, poco a poco fueron concibiendo la idea de Apple, y el resto es historia. El rechazo vendrá una y otra vez, ¿estás preparado?
Otro aspecto a tomar en cuenta y sobre el que te tienes que cuestionar es el de la vida personal. Si estás joven es probable que no estés casado y que hasta vivas todavía con tus papás, lo cual hace las cosas más sencillas en este tema.
Sin embargo, si ya eres más grande, estás casado, tienes hijos y todas las obligaciones que conlleva, tendrás que consultar la idea con alguien más. Si estás dispuesto a lanzarte a trazar un camino en el emprendimiento, considera que tendrás que cambiar rutinas, metas, hábitos e ingresos, y que si tienes familia, tendrás que hablarlo muy bien con ellos para que después no haya inconformidades.
¿Estás dispuesto a esperar? Esta es otra pregunta que te tienes que hacer antes de empezar una empresa, porque las cosas no se concretan de una noche a la mañana.
“Una startup tarda un año o dos en ser validada, otros dos años en que ya que lo valides, vendes, y luego te tardas otro en lo que tu empresa sobrevive”, explica el especialista de Startcups. Esta no es una carrera de corto plazo y, si consideras la cantidad de empresas que fracasan en el camino, mucho menos fácil.
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