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La meta de crecimiento económico para 2015, de 3.5%, podría afectarse si no se alcanza el objetivo de expansión de Estados Unidos, si no se instrumentan políticas públicas y si no hay ajustes fiscales que promuevan la inversión, el empleo y el desarrollo, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani.
En entrevista con EL UNIVERSAL, rechazó que el gobierno federal vaya a descartar el decálogo de acciones para promover el crecimiento que presentará el sector privado a principios de año, aunque habría que analizar el margen de maniobra que se tendrá para hacer ajustes tributarios ante la caída en los ingresos públicos por la baja en los precios del petróleo.
A pregunta expresa de si será una carta a los Reyes Magos, afirmó que “no se va a poder todo, pero sí se pueden tener avances sustanciales”.
Reconoció que las expectativas de crecimiento son mayores para 2015 con respecto al año previo, y advirtió que “el asunto es mantener el círculo virtuoso que teníamos -crecimiento y bajo déficit- para generar, en poco tiempo, cambios sustanciales”.
¿A pesar de la negativa del gobierno a reducir los impuestos, cree el sector privado que habría posibilidades reales de que se modifiquen, como ustedes lo pedirán de nuevo en el decálogo que elaboran?
—Sí, no se va a poder todo, pero sí se pueden tener avances sustanciales en política pública y medidas fiscales.
Aunque hay que ver el margen que se tendría para el próximo año. Lo central es crecer, generar condiciones de crecimiento para que la gente tenga dinero y las empresas crezcan.
Lo que queremos es que haya crecimiento que se traduzca en bienestar, oportunidades, mayor recaudación y que esta sea positiva.
¿No sería como hacerle una carta a los Reyes Magos?
—Sí, no siempre te traen todo, pero siempre traen algo. No tanto lo que sea, pero habrá cosas que estén dentro del decálogo.
¿Qué peticiones se plantean en el decálogo?
—Estamos por acabar, pero pasa por política pública y propuestas de cambios fiscales que empujen crecimiento, inversión, empleo y ahorro. En esos elementos nos vamos a enfocar.
Este decálogo se presentará a las autoridades a principios de 2015.
Al iniciar el sexenio el sector privado le presentó al Ejecutivo federal 65 acciones a realizar en la llamada Agenda por México. ¿Qué se ha hecho y qué falta?
—Ya se concretaron 35 de ellas y falta básicamente la parte de fortalecimiento institucional del Estado, que son cinco ejes: justicia, seguridad, Estado de derecho, democracia y corrupción e impunidad. Como ejemplo, mandos únicos, juicios orales, gobernabilidad, acceso a la justicia, tener acciones de anticorrupción.
Ello requerirá en algunos casos cambios legislativos, pero en otros se necesita que los gobernadores se comprometan a aplicar la reforma de justicia que se aprobó en 2008.
También está pendiente que haya una homologación en el registro contable de estados y municipios, porque cada quien lleva una contabilidad diferente y eso no permite auditar nada.
Lo que ya se cumplió es básicamente la parte económica. Las reformas estructurales son el avance más importante que se ha tenido. Se pidió también estabilidad macroeconómica, cuidar el déficit, que no haya mayor endeudamiento y generación de crecimiento.
El gobierno federal incrementó el déficit de la cuenta pública y, a pesar de que gasta más, no se acelera la expansión del país. ¿Qué pasa?
—Si es un déficit controlado entonces puede llegar a ser positivo, sobre todo si el recurso se mete a generar riqueza, infraestructura y educación.
El tema es que no se complique el déficit con bajo crecimiento y recursos que el Estado mexicano ya tenga comprometidos. El asunto es mantener el círculo virtuoso que teníamos, crecimiento y bajo déficit, para generar, en poco tiempo, cambios sustanciales
¿Qué parte de la ecuación falló si en este año se ejercició más rápido el gasto público, se gastó más, pero no se aceleró el crecimiento?
—Se está gastando mucho dinero, y hay que ver cómo se está gastando. Hay que ser muy puntual en los efectos que tiene el gasto en la calidad de vida de los mexicanos.
Hay mucho gasto social que no tiene el impacto que debe tener en la sociedad y que no se maneja de manera tan eficiente ni transparente.
Es importante que ahora que en 2015 el sector público tendrá recursos escasos por la baja de precios del petróleo, hay que hacer de manera cuidadosa una revisión de qué, cómo y cuándo se está gastado, y en base a eso, atender prioridades. Es un ejercicio que tiene que hacer ya el gobierno.
¿Considera que en 2016 se complicará el escenario porque no se podrán adquirir las coberturas petroleras a los niveles en que se compraron en 2015, de 79 dólares?
—No necesariamente complicado, porque si fortalecemos el mercado interno, impulsamos el sector exportador y promovemos la aplicación de las reformas e integración de Norteamérica, podremos tener un buen año, pero si no hacemos la , se nos puede complicar.
Para la economía mexicana, el ingreso por el petróleo no representa un gran porcentaje, pero sí lo es para los ingresos públicos.
Si generamos los cambios hacia adentro y seguimos promoviendo y apoyando a los que están en sectores exportadores y diferentes clusters exitosos, como automotriz y aeroespacial, México tendrá posibilidades de no vulnerabilidad ante choques externos y, segundo, se generará crecimiento como lo hace Estados Unidos por las condiciones que se presentaron.
¿Cuál es la propuesta que está haciendo el sector privado para incrementar los salarios mínimos en 2015?
—Vamos a hacer un esfuerzo para dar un aumento por arriba de la inflación, y en el corto plazo haremos un análisis para la homologación de las áreas geográficas salariales A y B.
Se considerará tanto la inflación en la que se terminó 2014 como la que se tendrá en este año de aproximadamente 3.5%.La idea es estar significativamente por arriba de la inflación.
¿A cuánto podríamos aspirar en mejoras la competitividad?
—Imagínate lo que logró Estados Unidos de ser importador de gas y de petróleo, hoy ya producen energéticos a precios bajos, y eso se traduce en crecimiento económico y en competitividad para las empresas.
Algo así queremos hacer en México, y por eso impulsamos mucho la integración energética de Norteamérica, porque seremos un bloque muy sólido
¿Cuánto podríamos mejorar en competitividad las reformas estructurales, considerando que estamos en el sitio 61 del ranking del World Economic Forum?
—No es un tema de un año, pero si lo vamos haciendo e implementando, vamos a ir ganando lugares. Entonces ya hay cosas adicionales, que no necesariamente tienen que ver con lo económico; está la corrupción e impunidad, que tienen efectos negativos en cuanto inversión, multiplicación de las empresas, competitividad de productos.
Si se combate la corrupción e impunidad, vamos a dar un paso brutal, que es un paso previo a la competitividad, y si se hace una buena implementación de las reformas, serían pasos decisivos para volver al país mucho más competitivo.
Tenemos dos México: el exportador, que de 2000 a la fecha incrementó su competitividad en 10% anual, pero en la misma proporción casi decrece la pequeña y mediana empresa, y esa misma desvinculación es la que hay que romper. Hay que generar encadenamientos de valor más eficientes para que los negocios pequeños también sean productividados y competitivos.
¿Cómo hacerle este año para que no se vuelva a repetir la baja en el crecimiento que se vio en 2014? A principios del año se esperaba 3.4% de aumento del PIB, y terminaremos en alrededor de 2%.
—Como número uno, se debe fortalecer el mercado interno; crear condiciones que nos ayuden a tener mayores niveles de inversión y crecimiento.
Para lograr el crecimiento de 3.5% esperado en 2015, hay que esperar que nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, mantenga un crecimiento sólido, y que los dos pilares crezcan, el de exportación y que el mercado interno se fortalezca.
Pero, si no hacemos las modificaciones que se requieren para promover la inversión, empleo y crecimiento, y EU tiene un efecto negativo, tendríamos un escenario en el que las expectativas se tendrían que bajar.