México recompró su propia deuda para tratar de enviar una señal positiva al mercado y proteger la calificación soberana, opinaron especialistas.
El gobierno federal, a través del Banco de México (Banxico), recompró 97 mil 954 millones de pesos en deuda pública que tenían bancos, casas de bolsa, entre otros intermediarios.
El gobierno se comprometió por ley a reducir la deuda pública cuando recibió 239 mil millones de pesos de remanentes por parte de Banxico.
La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece en su artículo 19 Bis que 70% de los remanentes de operación que reciba el gobierno de parte del banco central, deben utilizarse para reducir el déficit fiscal y la deuda pública.
El gobierno recompró 60 mil 703 millones de pesos en bonos gubernamentales y el resto en instrumentos indexados a la inflación (Udibonos).
Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda, afirmó que la operación se tradujo en una reducción de la deuda pública de 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), derivado de los recursos recibidos como remanentes de operación de Banxico.
“Este proceso de responsabilidad implica que se está privilegiando como país, antes que ninguna otra cosa la estabilidad, porque hay que decirlo, en medio de una caída del precio del petróleo y en un entorno internacional complejo México está creciendo, se está generando empleo con baja inflación y estabilidad”, consideró.
César Elías, subdirector de análisis económico de Multiva, dijo que el gobierno trata de proteger la calificación de la deuda soberana de México, enviando una señal al mercado de que reduce sus obligaciones financieras.
El 31 de marzo, Moody’s rebajó de “estable” a “negativo” el panorama de calificación, la cual ubica en “A3”.
El ajuste implicó que a partir de esa fecha y en los siguientes 12 meses, la calificadora evalúa los progresos en consolidación fiscal y la aplicación del recorte al gasto de Pemex, para mover o no la calificación de México.
Elías prevé que se cumpla el objetivo de déficit fiscal para este año e incluso pueda ser menor.
En los Precriterios Generales de Política Económica 2017 se prevé un déficit público de 3% del PIB este año, sin considerar remanentes de Banxico.
En opinión de Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector, el uso de recursos del remanente para bajar la deuda pública debe contribuir con las metas de consolidación fiscal, es decir, estabilizar la deuda y reducirla a mediano plazo.
El 11 de abril, cuando se comunicó la determinación del remanente, Banxico aseguró que “cualquier impacto monetario que genere el uso del remanente de operación por parte del gobierno federal, será esterilizado con operaciones de mercado abierto”.
Muñiz opinó que la recompra de deuda pública puede presionar a la base monetaria, y si el banco central considera necesario esterilizar, lo hará mediante la colocación de Bondes D o Cetes a su cuenta, es decir, registrados en el balance de Banxico y sin que se contabilice como deuda pública.
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional expresó su preocupación por el ritmo de endeudamiento público y recomendó al gobierno usar los remanentes de Banxico para reducir el déficit fiscal.
Alejandro Cervantes, economista de Banorte, ve factible nuevas convocatorias del gobierno para recompras de deuda pública en el futuro cercano, debido a que el monto vendido fue menor a lo recibido del remanente.
El banco central anuncia hoy su decisión de política monetaria, para la cual se descartan ajustes en la tasa referencial de 3.75% anual.
Sin embargo, Cervantes dijo que Banxico puede adoptar un tono más sesgado a subir tasas que en marzo, lo que puede ayudar a “esterilizar” el impacto de la recompra de deuda.