Si quieres mejorar tus finanzas, sacar las tijeras y empezar a recortar gastos puede ser una gran opción. Esta es una de las formas en las cuales puedes mejorar tus finanzas, ya que te ayudará a hacer más eficiente la manera en la que gastas. ¿Cómo se logra? Primero haciendo una revisión profunda de a dónde se está yendo tu dinero. No te asustes, no se trata de vivir demasiado apretado, se trata de que cada peso vaya a donde tiene que ir para que en conjunto con una buena estrategia de ahorro e inversión, te ayude a alcanzar las metas financieras que quieres lograr.
Ten en cuenta una máxima: los recortes que decidas los tendrás que realizar tras una reflexión para hacerlos acertadamente. No se trata de recortar sólo por gastar menos, sino que tienes que ver la manera en la que gastas tu dinero de manera más efectiva y puedas seguir disfrutando de la vida que tú quieres.
Así se empieza
El primer paso es hacer un presupuesto, si es que no lo tienes hecho. Partamos de que no lo tienes y de que quieres empezar ahora.
Rastrea tu dinero para saber a dónde se va cada quincena. Siéntate con papel y lápiz en la mano, tu teléfono inteligente y tu computadora para revisar tu banca móvil y tu banca en línea y empieza desde cero. En esto también puede ayudarte descargar una app para controlar gastos, hay muchas de descarga gratuita. Primero anota en el papel tus ingresos y después, tus gastos fijos. Es decir, la renta, colegiaturas, hipoteca, servicios y demás gastos que tengas mes con mes y de los cuales no te puedas salvar (aquí debe de ir también tu ahorro). Ahora, súmalos y después réstalo a tus ingresos.
Ahora, aquí viene la primera tijera. Para ahorrar en tus gastos fijos, Luis Pita, especialista en finanzas personales y autor de Ten peor coche que tu vecino, recomienda que una vez al año instaures “el día de las facturas”, ya sea a principio o a final del año. Ese día te vas a sentar con todas tus facturas del año y las vas a ordenar de mayor a menor. El truco es reducir dos o tres facturas de cada año, ya sea un seguro, un gasto del hogar o una suscripción.
Pero no te limites a escribirlos sólo una vez. Analiza cada rubro de tus gastos fijos y considera de qué manera puedes recortar en cada uno. ¿Tienes plan de celular? ¿Es justo lo que estás pagando? Si estás consumiendo más datos es prudente que analices cambiarte de plan a uno que estés pagando menos.
Haz lo mismo en el resto de suscripciones. Cuestiona qué tanto usas esos servicios de streaming o de televisión de paga que contrataste. Si no los usas demasiado, córtalos ya. Pregúntate cosas que te lleven a determinar si gastas en lo que debes hacerlo.
Revisa también los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito porque en muchas ocasiones a la hora de contratar la cuenta accediste a que te cargaran un seguro de vida o de robo del cual ni siquiera te acuerdas y mucho menos necesitas.
En este sentido, es necesario también que revises los contratos de todos tus productos financieros en general, porque podrías también tener algún seguro de gastos médicos o de cualquier tipo duplicado. Revisa coberturas y si tienes algún seguro que se duplique, cancela el que menos te convenga.
Analiza tu gasto corriente
Eso que quedó después de sumar tus gastos fijos (acuérdate que aquí va el ahorro también) y restárselos a tus ingresos, es tu gasto corriente y a ese también te toca darle seguimiento, porque así vas a saber en qué se te está yendo el dinero quincena a quincena.
Saca tu cartera y busca todos los comprobantes que tengas ahí. Enlista todo aquello en lo que gastaste este mes y cotéjalo con la cantidad final. Ingresa en tu banca móvil y ahí podrás darle seguimiento a los gastos que hayas hecho con tus plásticos. Suma todas estas cantidades y agrúpalas en distintos rubros.
Supermercado, salidas con amigos, comidas fuera de casa y gastos hormiga (cafés, cigarros, dulces, taxis por no salir a tiempo y demás gastos de este tipo), entre otros. Ahora, súmalo todo y revisa si coincide con la cantidad que resultó luego de restarle los gastos fijos a tu sueldo. Muy probablemente te falta dinero y no sabes ni en qué te lo gastaste.
Es angustioso pero si sigues con esta práctica sólo tendrás que percibir este hueco en el estómago que estás sintiendo sólo una vez porque el siguiente mes ya tendrás más control sobre lo que ganas. A partir de hoy, lleva este control en la app para registrar gastos que descargaste y también es recomendable que lo lleves en algún documento de Excel.
Ahora bien, te toca hacer un análisis de cada rubro en lo que estás gastando. ¿Notaste que en esta quincena (y lo sabes bien, no es la primera) te excediste y saliste demasiado a comer fuera y salir con tus amigos? Entonces te toca recortar gastos en este rubro.
Luis Pita tiene otro consejo para disminuir tus gastos en ocio y es la táctica del sobre. Decide cuánto quieres gastar esta quincena en salidas —que sea una cifra retadora, por favor—, saca esa cifra del banco y métela en un sobre. A la hora de salir con amigos o familia, paga con dinero de ese sobre y cuando se acabe el dinero, también se terminaron las salidas de la quincena. Así vas a llevar un control de los gastos en este rubro. Seguro no será tan divertido, pero es necesario para el bienestar de tu cartera.
Así como lo estás haciendo, tienes que revisar cada rubro y empezar a recortar gastos en cada uno. ¿Qué tal te va yendo al súper? La manera de hacer la compra de tus alimentos importa porque puede hacer que estés gastando de más. Aquí van varios consejos que puedes seguir: Haz un menú semanal que emplee los mismos ingredientes para que los puedas aprovechar bien y nada se desperdicie, haz una lista y apégate a ella, no vayas con hambre, aprovecha los días de descuento de cada supermercado, compra en mercado o tianguis porque es más barato que si lo compras todo en el supermercado, compara precios en distintos establecimientos y date tu tiempo para comprar cada grupo de productos en el lugar más barato. Comer en casa siempre será más barato que hacerlo fuera de ella.
Cuidado con los malos hábitos
Los llamados gastos “hormiga” o “fuga” son todo un tema a la hora de hablar de finanzas personales. Se relacionan con los hábitos de consumo que tenemos, por lo que es importante decir que erradicarlos costará trabajo pero es posible hacerlo. Cabe señalar que los malos hábitos ya han hecho camino en tu cerebro, según cuenta Charles Duhigg, un periodista autor de varios best sellers, en su libro El poder de los hábitos, por lo que tendrás que sustituir esos “caminos cerebrales” por unos nuevos.
Duhigg hace una infografía en la que explica cómo cambiar un hábito y esta empieza así: Cuando sientas la urgencia de realizar el hábito, pregúntate ¿qué hora es? ¿Dónde estás? ¿Quién más está alrededor? ¿Qué acabas de hacer? ¿Qué emoción estás sintiendo? Identifica cuál de todas se queda inamovible cuando sientes la urgencia. El siguiente paso es determinar qué deseo está satisfaciendo este hábito. Ahora, prueba sustituyendo este hábito por otra recompensa. Por ejemplo, cuando sientas ganas de comer una galleta, prueba sustituyéndola por una taza de café negro. Y así, hasta que encuentres qué puede sustituirlo. Y ahora, ya que lo identificaste, es hora de empezar una nueva rutina.
¿Qué sientes al comprarte un café de una de esas cafeterías caras? ¿Al tomar un taxi cuando vas tarde? Si te haces todas estas preguntas, entonces podrías cambiar estos hábitos.
Con el tiempo, la conducta se volverá automática y te levantarás cinco minutos antes a prender la cafetera y echarás el café en un termo y te estarás ahorrando unos considerables pesos al mes y al año, ya verás.