Durante el mes de diciembre de 2013, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su homólogo de Turquía, Abdullah Gül, acordaron iniciar los términos de referencia para un tratado de libre comercio entre ambas naciones y elevar la relación a un marco de Cooperación Estratégica y Asociación para el Siglo XXI.
En este escenario es conveniente revisar la situación económica y social; así como el desempeño que ha venido mostrando en los últimos años el intercambio comercial entre ambos países.
Partiendo de la base económica, Turquía es una economía terciarizada. De acuerdo con datos hallados en el portal de la Red de Oficinas Económicas y Comerciales de España en el Exterior (http://www.oficinascomerciales.es/icex), el sector servicios es el más importante, con una participación del 57.6% del PIB, en tanto que el sector industrial representa el 32.9% del PIB, y el resto, 9.5%, le corresponde a la Agricultura. Lo anterior significa que hay oportunidades para invertir en el área de comercio, servicios e industrial. De hecho se han identificado como prioritarios para la inversión extranjera en Turquía los sectores de la energía, bancario, construcción, industria auxiliar del automóvil, agroindustria y el sector turístico.
Es un país con una superficie territorial de 774.815 km2 cuya población asciende a 75, 627 mil 384 habitantes (último censo de 31 de diciembre de 2012). La población turca es una población joven, ya que el 25% de la población tiene menos de 15 años y sólo un 7.5% es mayor de 65 años. La esperanza de vida en 2013 fue de 74.7 para hombres y 79.2 para mujeres. En estas circunstancias contar con una población joven y con una esperanza de vida similar a la de México representa una oportunidad mayúscula en términos del mercado para poder vender y comercializar productos mexicanos en aquella región.
Por su parte, México, al igual que Turquía, es una economía terciarizada. De acuerdo con datos del Banco Latinoamericano de Comercio Exterior (Bladex), la distribución del PIB de México se reparte en sectores de la siguiente manera: la Agricultura con 4.0%, teniendo como principales productos maíz, trigo, soya, arroz; la Industria con 34.2%, teniendo como principales productos alimentos y bebidas, tabaco, químicos, hierro y acero; y el sector servicios, con 61.8%.
Información de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Inegi, apunta que nuestro país tiene una superficie territorial de 1,964,375 km2 con una población de 112,336,538 de habitantes (según el último censo de población realizado en 2010). A diferencia de la turca, el 63.5% de la población mexicana se ubicaba entre 15 y 65 años de edad y sólo un 7.5% es mayor de 65 años. La esperanza de vida en 2013 fue de 68.5% para hombres y 79.2% para mujeres muy similar a la turca.
En cuanto las relaciones comerciales entre ambos países en los últimos años sea registrado un aumento creciente del déficit comercial de México con Turquía, es decir, le compramos más de lo que le vendemos. Desde el 2004 y hasta el primer semestre de 2013 las cifras han crecido sustancialmente. Tan solo de 2003, cuando las importaciones a Turquía se registraron por un monto de 97,614 miles de dólares, en 2004 ascendieron a 168,253 miles de dólares.
En cuanto a los principales productos importados de Turquía se encuentran varillas corrugadas, pantalones, minerales de zinc y concentrados, biseladoras, flechas o cigüeñales, suéteres, películas, fundas para ejes traseros y trenes de laminación.
Por su parte, México le exporta más bienes a Turquía, entre ellos: garbanzos, P.V.C., hulla bituminosa, multiplicadores de salida digital o analógica de módems, repetidores digitales de interconexión, conmutadores de interfaz, tubos de entubación, unidades de control o adaptadores, unidades de memoria, circuitos modulares, tequila, tractores, desodorantes corporales cintas magnéticas, etétera.
Ante esto, un acuerdo de libre comercio pudiera ser una oportunidad para ambos países, cuya estructura económica es similar; aunque, en términos comerciales nuestro país le vende más productos a Turquía, esto no significa una gran ventaja, ya que en los últimos 20 años el comercio con Turquía ha sido deficitario.
Académico de la Universidad del Valle de México, campus Lomas Verdes.