El director general de Banco Azteca, Alejandro Valenzuela, es claro sobre la visión de su negocio en México ante la victoria de cualquier candidato en las elecciones de julio próximo. En su opinión, ninguno de los tres punteros representa un cambio radical para el país.
En entrevista con EL UNIVERSAL, comenta que la firma financiera, enfocada en crédito a la población de ingresos bajos, ha sido de las más golpeadas por la inseguridad, particularmente a raíz de los saqueos que se dieron a principios de 2017 como protesta por el gasolinazo.
¿Cuáles serían los puntos positivos que ocurrieron para el sector financiero en este sexenio?
—El sector se vio beneficiado tanto por la reforma financiera, con una visión de aumentar la inclusión en el país. En ese sentido, la reforma fintech va a coadyuvar a que México siga fortaleciendo su crecimiento financiero donde todavía estamos rezagados en comparación con países con grados similares de desarrollo.
Cuando comenzó esta administración la penetración financiera como proporción del PIB estaba en los 20 bajos, y hoy en día está en los 30 altos, pero no es suficiente. México requiere llegar a una penetración a lo que tiene Chile, que está arriba de 80%. Han sido seis años muy buenos en términos de estabilidad macroeconómica, de una mayor penetración financiera, pero los faltantes son muy grandes.
¿Cuál es el principal pendiente?
—No estamos creciendo lo suficiente. Estamos creciendo a tasas promedio de 2%, cuando México requiere hacerlo a 4% o 5%, y eso no lo digo yo, sino los planes nacionales de desarrollo que han hecho los últimos presidentes de México.
En segundo lugar, la inseguridad. Tenemos un problema muy fuerte y es triste la cantidad de gente que lastimosamente está siendo afectada.
En el Estado de derecho tenemos niveles de impunidad y de ejercicio discrecional de la ley que son lamentables, y la gente quiere ver que esto funcione.
Parte del pendiente es darnos certidumbre económica y jurídica para que el país pueda trabajar.
En el segmento que operan ustedes, ¿cuáles son las necesidades específicas de financiamiento?
—Los clientes que atendemos buscan más servicios financieros. Pero todavía hay muchas disparidades, lugares donde el sector financiero no ha podido llegar. Es lastimoso saber que la mitad de la población económicamente activa no tiene cuentas de ahorro formales, además que muchos están en la economía informal.
Es una deuda que debemos saldar y se requiere una visión de largo plazo. En el sector financiero, para llegar a los niveles de Chile se necesitan de 15 a 20 años haciendo las cosas bien.
Cuando se habla de que México tiene una baja bancarización no es en el sector de ingreso medio o alto. Es el mexicano que no ha tenido oportunidades, el que vive en la pobreza, que no hemos tenido la capacidad de darle servicios para sacarlo de esa crueldad. Ahí tenemos todos una deuda con el país y con esa gente.
¿Qué ha faltado en ese tema?
—Es un poco de todo. Si se arregla uno por uno, se irá saldando esta deuda, pero hay que hacerlos todos. Se requieren políticas sociales que detonen esto con mayor velocidad. Pero se necesita transparencia. La gente está hastiada y quiere soluciones.
El 2017 fue un año históricamente bueno para los bancos. ¿A qué lo atribuye?
—La banca mostró su fortaleza en la crisis de 2008. De hecho, muchos de los bancos extranjeros en México las subsidiarias fueron las que mantuvieron a las matrices a salvo. Eso demuestra la fortaleza de la banca mexicana y los aprendizajes que tuvimos durante las crisis de 94, 97 y la propia de 2008 ha llevado a que la relación entre los banqueros y el regulador se fortalezca de tal forma que tengamos bancos mejor capitalizados, índices de liquidez mucho más robustos, una oferta de productos mucho más sólida, mayor transparencia en la relación entre el banco y el cliente. También se han fortalecido muchos de los derechos de los clientes.
Se tiene que trabajar mucho más en la culturización de la gente para que entienda mejor lo que son los bancos y lo que son los servicios financieros. En los jóvenes el tema de la digitalización es una normalidad su uso, en la gente de mayor edad todavía hay mucha resistencia.
¿Cuál es el principal reto en 2018?
—Seguir creciendo de manera sólida, con una oferta en el mundo físico y digital para que nuestros clientes puedan interactuar con nosotros en cualquier momento a través de la multicanalidad.
Ampliar nuestras capacidades físicas con más sucursales, dar una mejor experiencia a los clientes y fortalecer la seguridad de las sucursales. En nuestras sucursales en Elektra hemos tenido mucha delincuencia y buscamos darle seguridad a nuestra gente.
¿Este factor de inseguridad ya se refleja en sus números?
—El año pasado fue difícil. Este también comenzó difícil.
Las cosas no se han mejorado, pero no podemos hablar de que ya vemos una tendencia. Esperemos que con lo que se está trabajando encontremos una mejora.
Con las fusiones que se esperan este año en el sector, ¿cómo reaccionarán los bancos?
—Es una industria de escala. En los 90 vimos como consecuencia de la propia crisis una consolidación muy importante y luego se extranjerizó parte de la banca en el país al no haber inversión doméstica para poderla arropar. Pero hemos visto un crecimiento. Hay bancos de nicho y también tradicionales.
La industria de las Afore, de las aseguradoras se ha venido consolidando, pero hay que tener cuidado con eso. ¿Hasta dónde la consolidación es buena? Afortunadamente están las instancias que están checando eso, pero tenemos que encontrar el equilibrio entre la dominancia y la escala.
¿Están los bancos en su mejor momento?
—Tenemos un sector financiero mucho más sólido que apoya a que México tenga más avenidas para desarrollarse en el futuro, todavía con grandes pendientes, pero ya no somos parte de una crisis.
¿Cómo ve a otros competidores?
—Fuerte veo a Coppel, a Famsa, a Bancomer, y a otros bancos que buscan crecer. Ellos no nos toman a la ligera y hay una sana competencia.
¿Una institución como esta puede seguir planes de negocio aun con un cambio político económico?
—No vemos ningún cambio radical con ninguno de los candidatos. Leímos el libro que presentó el candidato [de Morena, Andrés Manuel] López Obrador y la verdad es que muchos de los temas atacan los problemas que tiene México, otros me parece que son debatibles, pero nada que nos deba quitar el sueño. Lo mismo los otros candidatos.
Tenemos las instituciones, una democracia que se fortalece, y qué bueno que estamos viendo una sana competencia entre candidatos.
Me gustaría ver más propuestas que acusaciones, porque estamos para elegir propuestas. Es un poco ver quién es el menos malo, y yo prefiero ver quién es el mejor, y yo creo que todos los mexicanos están esperando eso.