Las adecuaciones presupuestarias que hace la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cada año con toda discrecionalidad llevan a México a tener un gasto ficticio.
Una muestra es que la Cuenta Pública de 2015 arrojó una gran diferencia a lo que se planteó; en lugar de un recorte, el gobierno federal no solamente gastó 221 mil millones de pesos adicionales sino que hay 694 mil 368 millones que acabaron en un lugar diferente al originalmente asignado.
Así lo planteó el especialista Leonardo Núñez durante el seminario “Presupuesto de Egresos Ficticio: el gasto real del gobierno en la Cuenta Pública”, organizado por el Instituto Belisario Domínguez en el Senado, al presentar una investigación sobre lo que ejerció México en 2015, en donde destacó que es uno de los pocos países que hace adecuaciones sin pedir el aval de la Cámara de Diputados.
Los mayores cambios se observaron en Comunicación Social y publicidad en donde se ejerció casi tres veces lo aprobado. Se autorizaron 2 mil 695 millones de pesos y reportaron en Cuenta Pública 7 mil 618 millones.
Otro caso destacable fue el de remuneraciones al personal de carácter transitorio, cuyo gasto fue 400 veces más al aprobado por los diputados.
Por dependencias, señaló a las secretarías de Energía y Turismo como las que gastaron por arriba de lo asignado, al igual que la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, así como la Presidencia de la República, cuyo gasto en servicios generales tuvo un incremento de 65.8% respecto a lo aprobado para cumplir con giras y en tiempos logísticos y operativos, y vinculación con diversos sectores sociales.
En cambio, el presupuesto estuvo debajo a lo considerado por diputados en las secretarías de Medio Ambiente, Salud y Agricultura. En un punto medio se encuentra la Secretaría de Relaciones Exteriores, que si bien gastó menos, casi 50% de su presupuesto se movió de un rubro a otro.
No son ilegales. Para que el trabajo que presentó el especialista fuera sustentado con mayor información, empleó el método de análisis de Nodos Decisorios, mediante el cual entrevistó a funcionarios clave involucrados en el ejercicio del gasto.
Las frases que más escuchó a las preguntas por las adecuaciones al presupuesto fueron: “Son necesarias, no son ilegales, a veces se necesitan en función de la racionalidad económica y otras de la racionalidad política”.
Dijo que el argumento más común es “para cumplir con el Plan Nacional de Desarrollo” que al final de cuentas se convierte en sólo buenas intenciones para mover el dinero del presupuesto a otro lugar.
El experto dijo que se requiere que la SHCP tenga un verdadero contrapeso en el proceso presupuestario.