“El trabajo como lo conocemos, está muerto. El futuro del trabajo está en la libertad. La libertad para trabajar en donde quieres trabajar”. Ésta es una de las sentencias de Jacob Morgan, un autor, orador y futurista que se ha dedicado a escribir libros y a explorar cómo será el entorno laboral en un futuro.
Morgan asegura que en el largo plazo los trabajadores independientes ocuparán la mitad de la población mundial, lo que permitirá que los empleadores busquen y contraten a aquellos que tengan el mejor talento.
En esta prospectiva, el éxito de las empresas no sólo se medirá en dinero, sino también por el compromiso que sus empleados tengan con estas organizaciones.
En la realidad, esta situación es en sí preocupante a nivel mundial: sólo un muy bajo porcentaje de empleados se encuentra realmente comprometido con su labor y con la organización para la que trabaja.
Apenas 13% de los trabajadores está comprometido con el lugar en el que trabaja, de acuerdo con una encuesta de la consultora Gallup.
Aquí entra uno de los diagnósticos de Jacob: las organizaciones están haciendo mal las cosas al contratar gerentes en vez de líderes que sean capaces de generar este compromiso de sus colaboradores.
Y, de hecho, esto se ve reflejado en la motivación de los empleados; ésta, dentro de las empresas, se pierde rápido. Según un estudio llamado Por qué los empleados pierden motivación , la gran mayoría entra feliz y entusiasta a un nuevo trabajo. Sin embargo, en 85% de las empresas, esta felicidad y motivación declina después de los primeros seis meses y se continúa deteriorando con los años.
Es por eso que la gente abandona las organizaciones, desapegada e incluso harta de la relación laboral que lleva.
“Las compañías se llevan a gente que es buena para seguir reglas y llevar un buen presupuesto, y es a quien promueven. En vez de eso deberíamos de fijarnos en la gente que es buena en generar compromiso e inspirar a otros y después lo convertimos en gerente al enseñarle a manejar presupuestos, por ejemplo”, asegura en entrevista a propósito de su visita a México con motivo de la cumbre organizada por la Revista de Negocios de Harvard (HBR por sus siglas en inglés).
El futurista hace la diferencia entre gerentes y líderes. Mientras que los primeros se dedican a llegar temprano, seguir órdenes y a manejar números, los líderes se encargan de mover a la gente y de hacer que estén en una organización no porque tengan que estar para pagar hipotecas y rentas, sino porque quieren realmente trabajar ahí.
“Hoy tenemos a las personas incorrectas ejerciendo el poder. Es por eso que muchas personas no están comprometidas con su empresa”, afirma.
Más allá de enseñar el liderazgo, en sí la enseñanza de éste es una tarea difícil, y el objetivo debería de ser la contratación de líderes capaces de inspirar en vez de gerentes hábiles sólo para seguir y dar órdenes, asegura el especialista.
¿Cómo hacerlo? Los consejos son variados. Construir una marca personal y sobre todo, salirse de la propia zona de confort son los mejores pasos que se pueden seguir para desarrollar capacidades de liderazgo.
Es claro: no todos somos líderes y tampoco no todos quieren serlo, pero es una realidad que estas habilidades son sumamente útiles para enfrentar el mundo laboral y las necesidades del trabajo del futuro.
En la realidad hay más gerentes en el campo laboral que verdaderos líderes. ¿Es posible enseñar liderazgo a los gerentes?
—Es muy difícil enseñar liderazgo, enseñar integridad, cómo construir confianza y compromiso, cómo enseñar inspiración e inspirar a otro, todas habilidades propias de un líder.
Cada compañía tiene líderes al interior de su organización, que son buenos generando compromiso, confianza, pero desafortunadamente las empresas no promueven a esas personas ni les enseñan a ser gerentes.
¿Este compromiso está relacionado directamente con liderazgo?
—Sí, por supuesto, una de las principales causas por las que las personas dejan su trabajo es por su jefe, porque no se llevan bien con él.
Entonces tenemos que tener a la gente correcta en posiciones de poder para que hagan todo lo que hace un líder, esto haría una empresa mejor.
La gente debe de ser capaz de hacer las dos, el buen gerente debe de ser capaz de manejar números y riesgos pero la misma persona debe ser capaz de hacer que sus colaboradores se muevan con él, no porque él lo ordene, sino porque la gente quiere moverse. De eso carecen las empresas.
La gente que ponen a la cabeza es la que es buena dando órdenes, pero de eso no se trata.
En nuestro país, una realidad
De hecho, en México la principal causa de renuncia es una mala relación con el jefe que se tiene.
Según una encuesta del portal Trabajando.com, 50% de los profesionales sostiene que el motivo principal de su renuncia es su jefe, debido a que genera un mal clima y estrés.
Además, también es un factor importante si de buscar empleo se trata. De acuerdo con este mismo ejercicio, 10% aseguró que su jefe era uno de los aspectos más importantes a la hora de buscar nuevo trabajo.
Así, tener un buen o un mal jefe pega directamente en la motivación de los empleados.
En México el problema quizá es más duro por la situación económica. La gente está en empresas que no quiere sólo por el dinero.
—Sí, es una situación difícil, pero no está bien. Muchas de estas personas saben que si tuvieran una opción no estarían ahí, pero estántrabajando porque necesitan el dinero.
Estamos empezando a ver muchas oportunidades para generar riqueza, eso está forzando a las organizaciones a cambiar cómo tratan a sus empleados, porque tienen que crear un ambiente en donde los empleados quieran estar.
Ya no tienes que trabajar para una compañía, ya puedes hacer tu propio negocio más fácil.
¿Cuál sería la recomendación para aquéllos que están bajo el mando de un mal jefe?
—Hay varias cosas que pueden hacer; la primera es abrir el canal de comunicación y decir, “mira, por esto estoy infeliz”.
La gente siempre dice: “ah, a mi jefe no le importa”, pero nunca puedes asumir eso, siempre tienes que decirle a tu jefe cómo te sientes, porque si asumes que a nadie le importa, eso no va a ayudar a nadie.
Lo segundo es que puedes proponer cosas con las que te sentirías más comprometido y feliz con la compañía, ya sea programas flexibles de trabajo o cambiar la manera en la que eres evaluado. Lo tercero que puedes hacer es buscar que te transfieran a otra área de la firma.
La última opción es dejar el empleo, porque la vida es corta y no quieres estar en una empresa en la que te sientes miserable.
¿Cuáles son las diferencias entre líderes y gerentes al enfrentar el conflicto?
—La forma estereotípica que conocemos es la de un gerente dictando una orden, tú estás mal, tú bien, esto es lo que vamos a hacer.
La forma de un líder es tratar de entender los puntos de vista desde todas las perspectivas. El líder se va a poner en la línea para sacrificarse, resolver el problema y que sus empleados estén felices. Un gerente nunca hace esto.
¿Es posible que las demás personas puedan desarrollar habilidades de liderazgo?
—Claro, no todo el mundo es un líder y no a todo el mundo le importa serlo, mucha gente sólo está interesada en recibir su paga y ya está. Creo que la mejor forma de desarrollar estas habilidades es salirse de su zona de confort.
Haz lo contrario de todo lo que te hace sentir cómodo. Si no te gusta hablar enfrente de la gente, hazlo.
Si estás en una junta y todos preguntan siempre, menos tú, haz preguntas. Si tú estás siempre de acuerdo con la gente, busca un contrapunto para hacer una comunicación inteligente. Si siempre le das vueltas al problema, ve directo.
Todo esto te hará crecer, cometerás errores en el camino, pero esto te enseñará cómo llegar a la posición que quieres llegar.
Si revisas quién es un líder, son aquellos capaces de construir confianza, de hablar con la gente, intercambiar ideas. Si eres muy cerrado, ábrete, eso te enseñará a ser vulnerable, que es una habilidad importante de ser líder.
Usualmente si no eres líder y sigues órdenes, entonces ahora deberías tratar de resaltar por tus ideas.
Necesitas mirar las cosas que estás haciendo y salirte de tu zona de comodidad.
¿Hay otra manera de desarrollar capacidades de liderazgo?
—Para que exista un líder debe tener seguidores. Entonces ¿cómo lo haces? Si tu empresa usa tecnología, redes internas, usa esas redes, comenta con la gente, intercambia ideas, que la gente te empiece a ver y a respetar tus ideas y contribuciones. Es una forma de construir liderazgo.
Tienes que construir tu propia marca personal, dentro y fuera de la empresa en la que estás.
¿Cómo construir esta marca personal?
—Hay muchas formas, blogs, redes sociales, vídeos, todas éstas son buenas formas de construir liderazgo, porque si tienes una buena idea pero nadie lo conoce, entonces se muere.
Necesitas compartir tus ideas y salir lo más posible, aunque estén equivocadas.
Vas a tener muchos errores y la gente no estará de acuerdo contigo, pero eso está bien porque es parte del proceso de crecimiento.
Cuando la gente deja de estar de acuerdo contigo, sabes que vas en la dirección correcta.