La inflación repuntó en el penúltimo mes del año y reportó el segundo incremento anual más elevado en 16 años, como consecuencia del aumento de precios en productos energéticos como gas, gasolina y electricidad, informó el Inegi.

El índice nacional de precios al consumidor registró un crecimiento mensual de 1.03% en noviembre de 2017, lo que significó una tasa anualizada de 6.63%, cifra sólo por debajo del dato de 6.66% que se observó en agosto.

De acuerdo con la información del Inegi, la inflación de noviembre de 2017 es la segunda más alta desde mayo de 2001, cuando entonces se ubicó en 6.95%.

Los bienes y servicios que subieron y tuvieron una mayor incidencia sobre la inflación fueron las tarifas eléctricas, con un alza mensual de 24.69%, debido a la conclusión del subsidio que se aplica en algunas entidades; el gas doméstico, con un aumento de 6.32%, y la gasolina de bajo octanaje, con 0.69%.

También se sumaron transporte aéreo, vivienda propia, servicios turísticos en paquete, huevo, loncherías y tomate verde.

Canasta básica, por las nubes.

En ese contexto, el índice de precios de la canasta básica se incrementó 2.17% en el penúltimo mes de este año, obteniendo una tasa anual de 9.35%, el nivel más alto desde mayo de 2000, cuando alcanzó una tasa de 9.54%.

En este grupo, el Inegi mide más de 80 genéricos que comprenden bienes y servicios de consumo indispensable para las familias.

El índice de precios subyacente, que no incluye bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, reportó un alza mensual de 0.34% y una tasa anual de 4.90%.

Al interior del índice de precios subyacente, las mercancías aumentaron 0.34% en el mes y 6.19% respecto al mismo periodo del año anterior, con lo que rompió dos meses de bajas consecutivas.

Comportamiento preocupante.

El director de estrategias de mercado de Finamex, Guillermo Aboumrad, advirtió que es preocupante el comportamiento de la inflación subyacente, el cual ha mostrado un nuevo impacto por la depreciación de la moneda.

Explicó que este factor revela una clara generalización de las presiones inflacionarias, “ya que los genéricos con aumentos superiores a 4% pasaron de 84% en la quincena previa a 87% en la segunda mitad de noviembre, aun con el efecto de El Buen Fin.

“Pese a los descuentos con motivo de El Buen Fin en algunas mercancías, la reducción en precios este año fue menor a la de 2016 en artículos que tienen un peso significativo, como pantalones, zapatos y tenis.

“Además, otras mercancías no alimenticias, cuyo precio se determina en los mercados internacionales, pudieron comenzar a resentir el efecto de la depreciación del peso frente al dólar en los dos últimos meses”, comentó Alejandro Saldaña, analista económico de grupo financiero Ve por Más.

El índice de precios no subyacente se incrementó 3.06% mensual, alcanzando una variación anual de 11.97%, la tasa más alta desde diciembre de 2000.

Mientras los productos agropecuarios alcanzaron un alza anual de 8.84%, el de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se acrecentó 13.94%.

Desaceleración tardía.

De acuerdo con analistas financieros, la desaceleración de la inflación ha sido más lenta de lo previsto, por lo que prevén que el objetivo de una tasa de 3%, con variabilidad de +/- 1% puede darse hacia finales del próximo año.

Esta previsión se debe a la incertidumbre que genera la aprobación de la reforma fiscal en EU, la renegociación del TLCAN, así como la normalización de la política monetaria, lo que puede presionar el tipo de cambio.

Los expertos en materia económica consideran que bajo este escenario la autoridad monetaria puede responder con un incremento de 25 puntos base de la tasa de interés en la junta del próximo 14 de diciembre, dejando la tasa en 7.25%.

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