Diariamente, Petróleos Mexicanos (Pemex) recibe en promedio 19 llamadas en su teléfono 01 800 228-9660 para denunciar robo de combustibles y tomas clandestinas.
Desafortunadamente para la petrolera, 98.2% de esas llamadas confirman la presencia del crimen organizado operando en ductos o realizando una toma clandestina.
Información proporcionada por la empresa productiva del Estado a través de la Plataforma Nacional de Transparencia del gobierno federal, revela que en 2016 Pemex recibió 6 mil 969 llamadas para alertar sobre la presencia de grupos o personas ajenas a la petrolera en los ductos realizando actividades ilícitas.
Los registros de Pemex Transformación Industrial y Pemex Logística señalan que el año pasado se habría alcanzado el número de perforaciones más alto en la historia, al sumar 6 mil 848.
Un año antes, en su Informe Anual, Pemex alertó sobre el notable crecimiento de este ilícito. Tan sólo entre 2014 y 2015, el número de tomas clandestinas había aumentado 43%.
En 2014, Pemex registró 3 mil 674 perforaciones ilegales en su infraestructura de transporte o sistema de ductos. Un año después, en 2015, se reportó un total de 5 mil 574 casos, de manera que al cierre del año pasado el incremento fue de 22%.
Otro de los aspectos que sobresalen de la información que proporcionó la petrolera es que una vez que el crimen organizado perfora un ducto, pretende dejar instalaciones (como niples) para regresar a extraer hidrocarburos, lo que se conoce como “tomas clandestinas herméticas”.
De hecho, de las 6 mil 848 tomas que se reportaron el año pasado, 4 mil 825 tenían este tipo de instrumentos sellados o soldados al ducto.
Es decir, en siete de cada 10 tomas clandestinas el crimen organizado busca regresar para continuar robando, colocando sus válvulas para extraer nuevamente gasolina y diesel.
Las cinco entidades en donde Pemex recibe la mayor parte de las llamadas de alerta son Puebla, con mil 589; Guanajuato, con mil 323; Tamaulipas, con 942; Veracruz, 674, y el Estado de México, con 513. Ello es un reflejo de los sitios en donde el crimen organizado tiene más presencia.
Datos relacionados con el quebranto ocasionado por la comisión de los delitos de robo de hidrocarburos por entidad entregada por Pemex vía acceso a la información pública con fecha de 13 de febrero de 2017, muestra que en volumen (fundamentalmente de gasolinas y diesel), éste se mantuvo constante entre 2014 y 2015, con el robo de 11 millones de litros.
Para el cierre de 2016, la empresa productiva de Estado refiere que el crimen organizado sustrajo de la red de ductos un volumen aproximado a 7.8 millones de litros, 3.2 millones menos que en los dos años anteriores.
Respecto del valor de los hidrocarburos robados a Pemex, la información emitida por los sistemas jurídicos institucionales de Pemex precisa que en 2014 ascendió a 313 millones 19 mil pesos, en 2015 ascendió a 164 millones 122 mil, y el año pasado ascendió a 11 millones 654 mil. La disminución tiene que ver con la caída en los precios del petróleo.
Pemex ha argumentado que desde 2015 se puso en marcha una serie de medidas para disminuir la actividad ilícita en sus instalaciones, entre ellas la vigilancia fija, con el fin de movilizar estas fuerzas en el patrullaje de las zonas con mayor tasa de criminalidad en materia de hidrocarburos.
Se continúan inspeccionando los derechos de vía y las instalaciones a través de un total de 10 millones 812 mil 470 kilómetros patrullados en 2015, a un promedio de 29 mil 317 kilómetros por día por vehículos y 306 kilómetros por día a pie, en comparación con los 26 mil 588 kilómetros por día por vehículos y 593 kilómetros por día a pie durante 2014.
Estas actividades se llevan a cabo en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina-Armada de México y otras autoridades gubernamentales.
En su último reporte anual (2015), la empresa señaló que trabaja en la integración de 379 válvulas de aislamiento al sistema de control y adquisición de datos (SCADA) como parte de su proyecto que incluirá 47 ductos, de las cuales 203 ya fueron instaladas y se presumía que las restantes 176 válvulas deberían haber quedado integradas en noviembre de 2016.
Esta estrategia de detectar y sellar una mayor cantidad de tomas tiene como resultado la obtención de información, con la cual se propusieron mejores estrategias para el combate al robo de hidrocarburos, toda vez que mejora el despliegue del patrullaje en el terreno para la identificación inmediata de las tomas clandestinas.