La economía de China ha experimentado un gran dinamismo en sus vertientes de comercio internacional, finanzas y producción en general. El PIB, en particular, ha rondado el 10% en los últimos años y esto le ha motivado a ser considerada como una de las principales locomotoras de la economía global. De acuerdo con instituciones como el Banco Mundial, este dinamismo impulsó al país de oriente lejano a alcanzar tan solo hace algunos años su sitio como la segunda economía más poderosa del planeta. Sin embargo, los contrastes están a la vista.

Está por darse —en un lapso de dos décadas— una declinación de dicho indicador. Mientras el registro del PIB en 2008 y 2011 superó 9%, en 2012 alcanzó un 7.8% y según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, al segundo semestre de 2013, el índice ha llegado en promedio al 7.5%. Incluso, el Ministro de Finanzas —Lou Jiwei— declaró hace dos meses en una reunión en Washington que a finales del año, el PIB llegaría a un 7%. Esto tiene varias explicaciones.

La situación económica internacional es uno de ellas. La compleja coyuntura financiera por la que atraviesa la Unión Europea y la lenta recuperación económica de los Estados Unidos son dos elementos que influyen en la demanda de exportaciones de China, que a pesar de ello, cuantificó su comercio exterior en unos 3.64 billones de dólares. En este sentido, el sector exportador enfrenta un reto para proseguir con una mayor diversificación de sus segmentos productivos y de mantener la inercia de su crecimiento ante la prioridad que se enfoca hacia el mercado interno.

En otro orden, se plantea también que la reducción en el crecimiento del PIB obedece a una variación en el modelo económico, en el sentido de fortalecer el mercado interno y en donde el consumo es considerado el nuevo eje de crecimiento. Este último aspecto, planteado en el más reciente Plan Quinquenal, da prioridad a la demanda interna para apuntalar la expansión económica ante la situación crítica que enfrentan sus principales socios comerciales en el mundo. Para encauzar este otro aspecto, deberá fortalecerse a las empresas, por lo que sería necesario transformar el área financiera (posiblemente una reforma), para dar mayor eficiencia al mercado de capitales, específicamente para los proyectos de inversión y en donde las empresas pueden garantizar una mayor participación en el mercado. Esto, sin duda alguna, garantizaría un círculo virtuoso en el sector privado que debe complementarse con otras medidas.

Sin embargo, a pesar de ello persiste una preocupación en el impacto negativo del PIB en la economía china y eventualmente a nivel mundial. El ritmo de trabajo, además de la fuerza que se imprime en los sectores productivos, han llevado a forjar una gran economía de mercado y por ende a contrastar con los resultados de las políticas de apertura y reforma de hace 30 años.

Se estimaría que para evitar una mayor declinación en el PIB sería necesaria la intervención gubernamental para dar paso a medidas que estimulen con mayor vigor la economía de la segunda potencia mundial. En este sentido, podría valorarse que se incluyan otras directrices, como un mayor gasto en el área de construcción y desarrollo de ferrocarriles, así como contemplar la eliminación de algunas deudas. El tiempo dirá. A pesar de ello, el nivel de crecimiento del PIB seguirá siendo muy alto comparado con el que se experimenta en los Estados Unidos y en general en la Unión Europea.

Los retos y desafíos de la economía china se centran en la forma en cómo se superará de manera efectiva el problema de la desaceleración, un eventual impacto inflacionario, algunas burbujas financieras, la necesidad de materias primas para la industria y otros factores directamente correlacionados con la producción. El gobierno de Xi Jinping tiene el desafío de impulsar un aterrizaje suave en esta encrucijada, en la cual la apuesta a salir adelante es muy alta, porque a pesar de todo, el vigor de la economía china aunada a su poder demográfico y la estrategia nacional, podrán ser capitalizadas en un sentido de fortaleza financiera, comercial y productiva.

Maestro y académico de la Universidad del Valle de México, campus Querétaro.

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