Difícil es ir contra la realidad, normalmente termina por imponerse, aún contra nuestros deseos. El inicio de 2014 es otra muestra de ello. Hace un año México había recibido una señal de lo complicado que es ir contra la inercia si no se emprenden acciones transformadoras. Las expectativas positivas no son suficientes cuando el pasado ancla a nuestra economía y sociedad a una dinámica de bajo crecimiento y aumento de la pobreza.
Durante el 2013 México pasó de su “Momento” a su realidad. Un crecimiento de solamente 1.1% terminó por demostrar la necesidad que el país tiene de implementar profundos cambios estructurales que verdaderamente lleguen a la vida diaria de los mexicanos.
Más allá de las reformas aprobadas debe trabajarse para reconstruir a México, se debe transformar una realidad en donde la pobreza y precariedad merman las capacidades con las que el país cuenta. Ellas son necesarias para generar una etapa de mayor progreso y desarrollo.
Además, durante el primer bimestre del año la actividad productiva y las expectativas de empresas y personas siguen mostrando una tendencia negativa, un síntoma que no debe desatenderse. Para el mes de febrero el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó un retroceso anual de 11.4% en la confianza del consumidor y de 0.7 puntos en el Índice de los Pedidos Manufactureros. En el primer caso se tuvo un retroceso en los cinco componentes del indicador y en el segundo en 6 de sus 7 elementos.
En lo que se refiere a la Expectativas Empresariales del Sector Manufacturero se tuvo una contracción en 6 de sus nueve componentes, siendo la producción y la utilización de planta y equipo dos de los que señalan una posible moderación de la producción en los meses por venir. Las Expectativas Empresariales del Sector Comercio indican una situación más heterogénea, hay un incremento en compras e inventarios pero una baja en personal, ventas e ingresos por consignación y/o comisión. Una muestra de que el mercado interno sigue desacelerándose.
Si bien en la parte de construcción hay una mejor expectativa ello es producto de la precariedad en la que se encuentra el sector, un verdadero problema estructural. Seguramente en 2014 tendrá mejores resultados que el año pasado, solamente una crisis generalizada podría llevarlo a un nivel más bajo.
Lo descrito influyó es la caída de 5 puntos en el índice de Confianza Empresarial: manufacturas retrocedió 5 puntos, construcción 1.6 y comercio 5. Ello muestra que durante los primeros meses del año se tendrá un desempeño del PIB inferior al 3.9% estimado para todo el año. Basta ver lo que comienza dibujarse en la prospectiva de la mayoría de los analistas, nuevamente van a la baja. La encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado que el Banco de México realizó durante el mes pasado, marca que entre enero y febrero el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó de 3.4% a 3.2%. Además la prospectiva correspondiente al primer trimestre pasó de 3.02% a 2.53%.
La moderación en la estimación de crecimiento muestra que el desempeño observado en las exportaciones y el mercado interno es inferior a lo calculado originalmente. En el primer caso Inegi reportó una caída de 1% en enero. En el segundo la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (a tiendas iguales de 2013) señaló una disminución de 1.7%. En conjunto resumen que el inicio del 2014 ha sido complicado.
Dicha dinámica llegó al empleo formal, en enero únicamente se tuvieron poco más de 20 mil nuevos registros de trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Sin lugar a dudas ello marca que será necesario aplicar estrategias distintas, explorar alternativas en base a un diagnóstico integral y profundo de la economía, uno que vaya más allá de la coyuntura. De no ocurrir así el 2014 podría volver a darle un revés al “Momento Mexicano”.
Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico