Un probable cierre de las fronteras estadounidenses al azúcar mexicano crearía una crisis en el mercado de edulcorantes de América del Norte, porque hay un equilibrio entre el endulzante que vende México a EU y la fructosa que se importa de ese país, dijo el secretario de Economía Ildefonso Guajardo.

Por ello, el gobierno mexicano busca un acuerdo de suspensión por el cual se eliminen las cuotas compensatorias que estableció el gobierno de Estados Unidos la semana pasada de entre 2.99% a 17.01% a las exportaciones de azúcar mexicano, además de que se negocia para que se suspendan las investigaciones por subsidio, explicó.

Otra acción en la que se trabaja es la posibilidad de que se use la caña para producir etanol, algo fundamental para lograr la estabilidad de los mercados, porque en el mundo hay una tendencia a que hayan excedentes en la producción de azúcar internacional para consumo humano, precisó el funcionario en la inauguración del Foro GSFI Focus Day Mexico.

Para alcanzar un balance en el sector, una buena alternativa es utilizar caña en la elaboración de combustibles, porque así se dará futuro a la industria cañera mexicana, aseguró.

Afirmó que los problemas que se dan entre México y Estados Unidos se pueden resolver vía el diálogo constructivo para evitar el riesgo de entrar en “guerras comerciales severas”.

En la amplia gama de productos que se comercializan en América del Norte hay oportunidades para los mexicanos y cuando hay un conflicto se trata de casos específicos que tienen una salida basada en el derecho comercial, como es el caso del transporte transfronterizo de carga, las reglas de etiquetado de carne y otros más, donde existe la capacidad de resarcir los daños causados.

Controles antipiratería

La Secretaría de Economía analiza extender las medidas de combate a la piratería al sector textil y confección, tal como se hizo con la industria del calzado, en donde se impusieron controles aduanales y se frenó la baja arancelaria.

Guajardo Villarreal explicó que en los últimos 24 meses se incrementó de manera exponencial la entrada de mercancías subvaluadas y que incurrían en prácticas desleales del sector textil, calzado y vestido.

Por ello, en la industria del zapato se tomaron medidas de control a las importaciones y también se frenó la baja arancelaria, porque “era necesario congelar transitoriamente el proceso para dar un respiro y ajustar políticas públicas de control y supervisión aduanal”, comentó.

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