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A pesar de la percepción de problemas de ingobernabilidad que existe en el extranjero sobre México, en este sexenio se espera aumentar el promedio de Inversión Extranjera Directa a 30 mil millones de dólares, aseguró el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
El funcionario afirmó que si bien no tiene un pronóstico sobre cuánto del capital que podría llegar es producto de las reformas, advirtió que en materia energética no habrá un flujo constante, porque los proyectos están fuertemente ligados con los precios.
Indicó también que a largo plazo las grandes inversiones llegarán por el lado del sector manufacturero, más que por telecomunicaciones o energía.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Ildefonso Guajardo dijo que la Comisión Nacional de Productividad y el Comité para el Crecimiento y Desarrollo son dos “pilares” con los cuales el Ejecutivo se coordina con el sector privado, pues éstos se desdoblan en grupos de trabajo y ahí se discuten las políticas sectoriales específicas.
Abundó que se trabaja en un eje de protección al comercio ilegal, por el cual se frena la entrada de mercancía subvaluada o pirata y dio a conocer que al igual que en septiembre se pusieron controles a la entrada del calzado, a finales de noviembre se anunciarán las mismas medidas con el ramo textil-confección.
Destacó que la administración actual logró reposicionar a México en el contexto comercial internacional; “por ejemplo, en la Alianza del Pacífico el país ejerce un liderazgo; se logró recomponer la relación comercial con Argentina y se retomaron las negociaciones con Europa”.
Al inicio del sexenio se comentó que se iba a dar a conocer la política industrial, pero no se ha lanzado algún documento o estudio
—Lo estamos viendo de facto, no es un gran anuncio de bombo y platillo, ni de decir esta es la política industrial del gobierno, pero se materializa en acciones muy concretas. Seguimos una estrategia, como el eje de protección contra competencia desleal, subvaluación, triangulación y contrabando y, se fijo una política para frenar la ilegalidad.
Hay acciones transversales y sectoriales. Hay dos pilares en los que el Ejecutivo se coordina con el sector privado: uno es la Comisión Nacional de Productividad y el otro el Comité para el Crecimiento y Desarrollo que encabeza el presidente con todo el sector privado, éstos se desdoblan en grupos de trabajo y se discuten las políticas sectoriales específicas.
Una de las nuevas teorías sobre política industrial aseguran que ésta no es otra cosa más que la intensificación del diálogo con los actores productivos y la definición de soluciones expeditas a los problemas que están enfrentando, dentro de una estrategia de fortalecimiento y de apoyo para mejorar sus cadenas de valor.
Por ejemplo, en el sector automotriz, el gran éxito exportador no se reflejaba en la estrategia de fortalecimiento, ni en el mercado interno. Nos sentamos con la industria y los distribuidores y vimos en la agenda terminar con la importación masiva de vehículos chatarra vía amparos y la extensión del financiamiento.
Para el sector aeroespacial, la certificación de nuestras piezas todavía depende de la certificación de Estados Unidos, y lo que hicimos fue definir una estrategia de acreditación para poder hacer la certificación de calidad de las aeropartes que se están produciendo en México.
¿En la estrategia de combate a las prácticas desleales hay acciones para frenar importación de calzado y cuándo será para el textil?
—En calzado se impusieron controles a la importación, pero hay una explosión de importaciones subvaluadas, por eso la Secretaría de Hacienda se fue en contra de los abusos, lo que significa ponernos las pilas en los sectores donde nos están haciendo un gran daño, con esas prácticas desleales. Controles similares se impondrán al sector textil a fines de noviembre.
¿Se va a alcanzar la meta de incrementar la Inversión Extranjera Directa a 30 mil millones de dólares anuales?
—Estoy casi seguro que este sexenio vamos a tener en promedio 30 mil millones de dólares.
Una de las grandes fortalezas del país es que pudimos transitar, en el Ejecutivo, de un partido político a otro y que las políticas de libre comercio e integración global no han cambiado. Eso manda una señal clara a los inversionistas que le apuestan a la estabilidad y a la congruencia en una política exterior como la que iniciamos en 1994, y eso es lo que te explica los volúmenes de Inversión Extranjera Directa y los monstruos de plantas que la industria automotriz ha puesto en México.
¿Las reformas, cuánto van a dejar? Para la parte energética se ha dicho que cuando menos habrá 50 mil millones más.
—Depende mucho del cálculo que se haga, pero no tengo una cifra. Lo que sí es que a 20 meses de que inició el gobierno actual, ingresaron casi 50 mil millones de dólares, eso muestra que los extranjeros toman riesgos y con eso se manda una señal. Además de que esa cifra da un promedio anual de 30 mil millones, y esa cantidad se va a consolidar sin problemas.
En la parte energética, se va a lograr que haya inversión extranjera, pero ¿cómo lograr que los analistas entiendan que mucha de ésta no va a ser constante?
—En las inversiones en energía los precios son los que definen la rentabilidad. Por eso no es un flujo constante, sino que tiene elementos de acumulación y de simplicidad ascendente y va a llegar a un punto de estabilización, cuando ya tengas colocado una parte importante de lo que vayas a exportar.
Actualmente se observa que las exportaciones intensivas en energía, van exponencialmente creciendo, está demostrando que la ventaja comparativa que tenemos y vamos a tener en México dentro de la región de Norteamérica, es el exceso de energía abundante y competitiva, y eso dará una ventaja impresionante porque hay otros países que pagan 3 o 4 veces más lo que se paga en la región por gas.
Independientemente de las inversiones del sector energético y de telecomunicaciones en el largo plazo la gran dinámica de la inversión va a venir por el sector manufacturero en los próximos 10 años.
El modelo económico de nuestro país apostó a manufactura, pero el crecimiento no da, para este año se esperan apenas 2%. ¿El modelo económico está funcionando bien o hay que cambiar algo?
—El problema no es el modelo, es la mala implementación de la política. Hace 20 años no se hicieron las reformas, y una economía no puede dar todo si la traes amarrada de una mano y de un pie. No la liberas en su energía o en su sector financiero, si tiene mercados poco competitivos, cómo se podrían desparramar los beneficios del crecimiento, si las pequeñas y medianas empresas no se pueden incorporar a las cadenas de producción.
Con estas reformas ¿México se pone al día o apenas nos vamos recuperando del letargo de 20 años?
—Si se hacen las cosas como se debe, al implementar habrá recuperación y se pondrá al país en el mejor nivel posible.
¿Qué sigue ahora?
—La competencia, la democratización de las oportunidades, todas las reformas tienen como su base democratizar el acceso al financiamiento. Cada una de las reformas trae implícitamente el objetivo de emparejar el terreno de juego. El hecho de que Telmex haya tenido una concentración de mercado, provocó que no se hayan desarrollado innovadores de apps con acceso más barato a la banda ancha.
¿Es decir que el letargo de nuestro país y lo que nos tardamos, fue lo que llevó a que se generaran monopolios?
—La generación de monopolios es consecuencia de la concentración de mercados, pero son muchos los factores que se alinean para impactar en lo mismo, como educación y problemas de financiamiento. Hay varios problemas, está el geográfico, que está muy ligado a una situación donde la pobreza, la falta de gobernanza, y de seguridad generan un círculo pernicioso muy grave.
Sin duda hay una consternación, un compromiso y un esfuerzo, por tratar de dar las mismas condiciones de seguridad y justicia para todos los mexicanos, pero hay un reconocimiento de que hay 2 o 3 entidades que se están quedando rezagadas, y es necesario garantizar las mismas condiciones que las que tiene el resto del país.
Hasta el Banco de México y los analistas ya estiman un impacto por la violencia.
—Acabo de estar en Canadá, en Washington y Australia, y los inversionistas son demasiado sofisticados, los que invierten en el clúster del Bajío, en Tijuana, en Chihuahua, en Nuevo León están analizando justamente los microsistemas o ecosistemas que tiene para sus negocios en esas zonas.
Lamentablemente, no vas a poder atraer inversión cuantiosa en ciudades que están teniendo una fragilidad en sus esquemas de gobernanza, y eso se refleja en que hay un círculo vicioso: falta de inversión, de oportunidades, mayores problemas de inseguridad.
Es decir que al estar focalizado en 3 entidades, ¿no va afectar?
—Digamos que de alguna manera los inversionistas tienen una visión muy balanceada del país, y saben qué entidades les ofrecen garantías, estabilidad, seguridad, que a veces son mejores índices que los mismos que tienen en sus localidades.
¿Y qué tanto le preocupa al gobierno federal la imagen que se está teniendo en el exterior de nuestro país?
—Al gobierno federal le preocupa la realidad de lo que está sucediendo en ciertas regiones de nuestro país, y esa realidad tiene un impacto en la imagen internacional; no es un sólo tema de imagen, es la realidad y cómo esa realidad te impacta en la imagen internacional del país, y en eso sin duda tenemos que hacer un gran esfuerzo, porque las noticias negativas son muchísimo más difíciles, puedes hacer 100 cosas bien, pero una mala noticia te contamina una imagen de una manera profunda.
¿La mala imagen tiraría las reformas?
—No creo que las tire, aunque sería un tema más de análisis del risk assessment de los inversionistas. Cuando hacen sus análisis de riesgo, obviamente anotan este tipo de problemas en la parte de sensibilidad y puntos de observación, pero el balance sigue siendo positivo, tienen la decisión de seguir tomando riesgos en el país.
¿Cuál es la estrategia del gobierno para que el inversionista se sienta seguro pese a este tipo de acontecimientos?
—Lo importante es que hoy en día, los jugadores globales ya están en México, y son los principales embajadores de la historia-éxito-país de sus inversiones.
La mejor difusión es la experiencia vivencial de los inversionistas extranjeros que han tenido historias de éxito en México.
¿Cómo ve el crecimiento de la economía para éste y lo que resta de la administración? Porque las buenas expectativas se están ajustando.
—La economía mexicana está abierta y en estos 20 años, la proporción de comercio exterior sobre PIB, se transformó profundamente, de 38%, hoy representa más de 68%, eso te dice que en los momentos difíciles, cuando ha habido crisis internacionales te impacta el motor externo.
La mala noticia es que el proceso de consolidación de la economía alemana y francesa van para atrás, con estimaciones acortadas para este próximo año. La buena noticia es que la economía norteamericana está teniendo una autonomía de crecimiento muy interesante. Confiamos que este crecimiento de la economía de EU siga.
Los empresarios han dicho que la reforma hacendaria tuvo un impacto fuerte tanto en el consumo como en la generación de empleos, y sin embargo, el Ejecutivo hizo un pacto de no aumentar ni modificar los impuestos
—En ese terreno, creo que estamos en la misma sintonía de que no hay reforma fiscal de que alguien le guste, sobre todo a quienes lo pagan.
Cuando el secretario de Hacienda terminó su draft, me lo mandó con algunos días antes de finalizar, y nosotros empezamos el análisis con actores claves y hubo una buena flexibilidad para cambiar cosas como se hizo en la industria maquiladora.
La base de recaudación es baja.
—No sólo está el tema de la informalidad, también los que supuestamente siempre pagan, no necesariamente están pagando. Traemos un problema muy grave de evasión de responsabilidades fiscales.
¿Cuál es la estrategia en materia de comercio exterior? ¿México recupera su liderazgo?
—La agenda fundamental con América del Norte es bajar los costos de transacción de lo que ha pasado de ser una zona de libre comercio a una de integración productiva. Hacia el sur es hacer un reposicionamiento continental del país con países de perfiles similares en materia de comercio e inversión.
Con Europa tenemos 14 años de envejecimiento de nuestro acuerdo por las limitaciones de acceso en el mercado agrícola y servicios y necesariamente se modernizará el tratado, sobre todo ahora que negocian con Estados Unidos un convenio de libre comercio.
Se relanzó la relación con China y con Asia porque irresponsablemente no la atendimos por muchos años.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) representa dos cosas: una modernización del TLCAN y, el poder establecer una estrategia.
¿El acuerdo del TPP, puede llegar a quitar algún beneficio de lo que ya se tiene con el TLC?
—Uno de los elementos fundamentales de la estrategia de planeación mexicana, es conservar el posicionamiento que tenemos, manejar un esquema de integración de valor regional que nos permita capitalizar esta integración productiva. Implica alinear una serie de factores que eran importantes, y actualizar otros que ya eran obsoletos; pero el tema es estar adentro porque tienes que hacer una defensa estratégica de lo que representamos.
¿No se corre el riesgo de perder algún beneficio que ya teníamos?
—No. De hecho, una de las cosas que negociamos y que es importante en la parte legal del texto, es que un exportador mexicano que envía sus productos a Canadá o Estados Unidos, podrá decidir si exporta bajo la “sombrilla” del TLCAN o si lo hace bajo la del TPP. Y si exporta bajo la del TLCAN, se aplican las reglas de origen de este acuerdo. Se diseña un lenguaje que permite la coexistencia de los acuerdos, estando conscientes de una cosa muy importante, que aquellos temas que no existían en el TLCAN van a estar regulados por el acuerdo más nuevo.
Se tienen unos frentes abiertos con Estados Unidos, el tema del azúcar y el autotransporte transfronterizo
—La industria mexicana ya terminó su negociación. El periodo de consulta tiene que ocurrir por ley, la expectativa es que el acuerdo se mantenga porque los interlocutores del otro lado estuvieron involucrados.
Lo que pasa es que el sistema norteamericano le permite al sector privado, eventualmente, llevar a tribunales al gobierno por una acción y lo que se busca es que no existan esos incentivos.
En autotransporte el día 14 de octubre terminó el periodo de prueba piloto, viene un periodo de reportes que se llevará estos últimos meses de 2014, nuestro compromiso con la contraparte es que en el primer trimestre de 2015 lleguemos a la operabilidad plena del programa como lo manda el TLCAN, que es libre tránsito, cumpliendo con los estándares de seguridad.
¿Los autotransportistas mexicanos reclaman a EU indemnización por el incumplimiento de apertura de fronteras?
Lo que a mí me preocupa es que ellos se den por satisfechos con el pago de daños, lo que me interesa es el respeto a lo acordado, que es el libre tránsito y si no se logra habrá represalias comerciales.