Si quisiéramos establecer un fenómeno a partir del cual se aprecien claramente las tendencias e impactos que ha traído consigo la globalización a México, sin duda alguna sería la industria maquiladora de exportación. Desde que empezaron a establecerse este tipo de inversiones en el país durante la década de los sesenta, las maquiladoras se han convertido en sinónimo de transformación económica del país.
El Programa de Maquila de México, establecido en 1965 para atraer inversiones y crear fuentes de trabajo a lo largo de la frontera EE.UU. – México, se ha convertido en el mayor componente y el más dinámico del comercio entre los dos países. Las maquiladoras han pasado por una evolución dinámica durante las últimas cuatro décadas. A mediados de los años noventa, consistían principalmente de operaciones básicas de ensamblaje, tomando ventaja de los bajos costos de la mano de obra mexicana. Empero, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, han asumido un rol principal en el proceso de integración regional. Cabe recordar que las maquiladoras importan la mayoría de sus insumos de los Estados Unidos y exportan la mayoría de lo que producen de nuevo hacia los Estados Unidos.
La apertura comercial ha sido uno de los pasos más importantes dentro de la estrategia económica asumida tras la crisis de los ochenta. Con ello, se esperaba un proceso de transformación interna en el que las empresas y sectores se verían obligadas a producir de manera competitiva para responder a las exigencias de calidad, precio y servicios por parte de los demandantes tanto nacionales, pero sobre todo extranjeros. Sin duda, la industria maquiladora ha sido y es ejemplo y punta de lanza de este proceso de “destrucción creativa” que generó la política de crecer con el impulso que representa el mercado externo.
Así mismo, contribuye con la mayor parte de las exportaciones de bienes manufacturados del país. Según información del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), los poco más de 195,490 millones de dólares que exportó la IMMEX en 2013, representan el 62 % del total de exportaciones manufactureras del país. Con ello es claro que la industria maquiladora de exportación es un núcleo del crecimiento y del dinamismo del sector externo no financiero.
Ahora bien, como apuntábamos, la industria maquiladora de exportación tiene un impacto mucho más visible a nivel regional, destacando las entidades de la frontera norte, pero también en entidades como Jalisco, Guanajuato, México, Puebla, El Distrito Federal y Yucatán. Realidad que también se refleja en las exportaciones de productos manufacturados que realizan estas entidades.
Recientemente el INEGI dio a conocer estadísticas de exportaciones a nivel de entidad federativa y por sectores productivos, lo que nos permite analizar con más detalle la interrelación con la industria maquiladora. Cabe señalar que las actividades de la IMMEX se concentran (por el nivel de aportación de sus ingresos) principalmente en seis sectores manufactureros: Ahora bien, según la información de INEGI, diez entidades federativas aportan el 85 % de las exportaciones mexicanas de los seis sectores manufactureros señalados: Chihuahua, Coahuila, Baja California, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, México, Sonora, Puebla y Guanajuato. Destacan enseguida Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes. No es de extrañar que estos estados que realizan la mayor proporción de las exportaciones manufactureras sean los que se localizan en la frontera norte, puesto que son los que concentran la mayor cantidad de establecimientos manufactureros de la industria maquiladora.
Cabe recordar que la productividad es esencial para alcanzar la competitividad ya que es un aspecto muy importante para generar excedentes exportables. Y los estados que más exportan, son los más competitivos, todos los estudios enfocados a este fenómeno así lo han señalado. Es claro que antes de proponerse ser competitivos es primordial elevar la productividad, pues solamente reforzando la estructura productiva local se pueden insertar los productos competitivamente en el mercado internacional. En este contexto, la industria maquiladora de exportación, ha contribuido con creces en esta tarea, pero todavía tiene mucho trabajo por delante, el camino es fortalecer las cadenas productivas de proveeduría, lo que permite agregar valor y a su vez contribuir en mayor medida con el producto nacional.
* Presidente de Consultores Internacionales, S.C. www.consultoresinternacionales.com