¿Necesitas un abogado? Hoy y en el futuro lo vas a seguir necesitando, porque es una de las profesiones que a pesar de las transformaciones en el mundo del trabajo, sigue y seguirá vigente. Resulta casi obvio decir que todos hemos necesitado más de una vez alguno por una u otra circuns-
tancia, es la profesión con más tradición y por hasta hora está bajo resguardo, porque los juristas no tienen que temer a su desaparición pero sí prepararse para desempeñarse en un mundo en el que la tecnología transforma el día a día.
Así, a pesar de ser una profesión que pareciera resistirse al cambio, hoy está siendo transformada por varios frentes. Uno es el tecnológico, pero también otros aspectos han hecho que la profesión haya cambiado notablemente en las últimas décadas.
“En los últimos años la profesión ha cambiado infinitamente más que en los 400 años anteriores”, explica Carlos de la Pedraja, General Manager IE Law School y Vice Dean IE Law School, una de las mejores escuelas de derecho a escala mundial. A partir de la crisis económica que detonó en 2008, como consecuencia de los recortes presupuestarios, las empresas comenzaron a externalizar sus asuntos, y esto hizo que las comisiones disminuyeran para los abogados y que empezara una “guerra de precios” que desembocó en una “batalla por el cliente”.
“El cambio más radical es ‘el poder que adquiere el cliente’. El cliente manda y su poder de negociación crece exponencialmente”, explica el abogado. De esta manera, los juristas hoy tienen que centrarse en ser más eficientes, productivos e innovadores.
Las firmas se han visto frente a la necesidad de enfocarse de manera especial en qué es lo que necesita el cliente y trabajar a partir de ahí. Esta situación ha sido tan patente que prácticamente hoy se vive en la era de la microespecialización, es decir, que cada vez más, las firmas se ven ante la necesidad de especializarse en pequeños nichos para garantizar su supervivencia.
“Las firmas legales necesitan profundizar y mostrar expertise en subáreas de distintos sectores en específico. Estas subespecialidades de forma típica van a volverse mas importantes con el tiempo. Los abogados inteligentes e informados, que estudien y sepan realmente sobre las industrias de sus clientes, serán los ganadores”, explica una firma de Seattle, llamada FirmEvolution, la cual reseña la primera reunión del recién inaugurado Legal Institute for Forward Thinking, una institución que fue creada para discutir tendencias en esta industria.
“Saber mucho derecho no es garantía de éxito, El conocimiento del cliente es una de las competencias clave, ser un verdadero partner de las empresas”, explica el general manager de la IELaw School.
Los legalistas no tienen de qué preocuparse, porque hay profesiones que van a ser más demandadas en el futuro, tales como desarrolladores de software, constructores, enfermeras o carpinteros, y de manera indirecta, hay otras que también van a verse tocadas por esta demanda, entre estas, los abogados, contadores, profesionales dedicados al servicio al cliente.
En general, aquellas que requieren un mayor nivel de estudios y de especialización, están en un “punto de inflexión” debido a la competencia global, a la escasez emergente de habilidades y a los cambios demográficos que obligan a las empresas a usar su talento mejor remunerado de manera más efectiva, sostiene otro estudio de McKinsey.
¿Qué necesitan los abogados para ser competitivos en el mundo de hoy? Las habilidades llamadas “suaves” son sumamente necesarias para cualquier profesionista, y de esto no se escapan los profesionales legales.
“Cada vez son más importantes, la negociación, la comunicación, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la organización del trabajo, el branding personal”, explica Carlos de la Pedraja. Este tipo de aptitudes cobran cada vez más relevancia porque a lo largo de los últimos años los empleadores se han dado cuenta de que es incluso más sencillo enseñar todo aquello relacionado con lo técnico, que todo lo que toca a las habilidades interpersonales.
Por supuesto, hablar inglés sigue siendo esencial para estos y en general para todos los profesionales a lo largo del globo. “A consecuencia de la globalización, cada vez es más frecuente que los abogados corporativos en México se vean en la necesidad de leer, resumir y redactar documentos jurídicos en inglés, de interactuar en lengua inglesa con clientes externos e internos, y de efectuar presentaciones orales y redactar reportes sobre aspectos de su trabajo en ese idioma”, sostiene la Universidad Iberoamericana en un documento sobre este tema con relación a un curso de inglés especialmente para abogados que imparte en la frontera norte.
El mundo legal no es una excepción. A pesar de que la abogacía es una ocupación que requiere altos niveles educativos y de experiencia, y las profesiones que tienen estas características tienen menos potencial de automatizarse, según explica el estudio “Puestos perdidos, trabajos ganados: Transiciones de la fuerza de trabajo en un momento de automatización, realizado por el Mckinsey Institute, la tecnología está incidiendo desde distintos ángulos esta profesión.
Quizá la referencia más inmediata es la inteligencia artificial. ¿Será esta capaz de sustituir a un abogado? No y no lo hará pronto. Sólo 22% de las actividades que hace un abogado y 35% del trabajo paralegal podrá ser automatizado. Sin embargo, no sólo la inteligencia artificial sino la tecnología en general es un motor de cambio.