El desarrollo global del sector de telecomunicaciones ha sido tan veloz que su impacto se nota de manera tangible e intangible de muchas formas. Entre ellas destacan internacionalmente las innovaciones en equipos, las inversiones, el incremento a gran escala en las industrias relacionadas con el manejo de servicios, la información, procesamiento y difusión de datos. Dicho sector se asocia con la facilitación de actividades económicas y la promoción de un mejor estatus de las sociedades, pues contribuye sólidamente en la formación de capital humano, económico y mejora educativa. Es sin duda un sector que se ha convertido en uno de los soportes de competitividad a nivel internacional, cuyos indicadores disponibles en instituciones multilaterales miden el nivel de desarrollo de las naciones.
En este sentido, el estudio de la OCDE sobre Políticas y Regulación de Telecomunicaciones en México, publicado en 2012, y las opiniones de distintos analistas detonaron en su momento un debate nacional sobre el panorama actual del sector y las necesidades de una reforma. Son aspectos clave de la discusión la mayor competencia, la oferta de mejores servicios y tarifas, facilidad de un entorno de negocios para las empresas y usuarios e incrementar el bienestar en la población del país.
Por ello se puede interpretar que hay muchas deficiencias que deben corregirse y muchas prácticas y operación que deben mejorarse. Por ejemplo, en los estudios de competitividad que destacan el acceso de la población a los servicios de telefonía fija, móvil y de banda ancha, entre los 34 países de la misma OCDE, México se ubica en las posiciones 34, 33 y 32. Señala incluso que la pérdida de beneficios para la economía durante los años 2005 a 2009, fue de 129 mil 200 millones de dólares, equivalente al 1.8% del PIB anual.
Asimismo, datos del año 2010 de la Unión Internacional de Comunicaciones exponen que México se encuentra entre los más rezagados de entre 64 países.
Por ello, las recientes discusiones en materia de reforma y leyes secundarias de telecomunicaciones han definido una idea del panorama que se depara en telecomunicaciones en el corto plazo. El sector se transforma a una velocidad vertiginosa y las condiciones de regulación y operación en el país requieren una actualización y flexibilización inmediatas.
La necesidad de contar con una plataforma competitiva de telecomunicaciones caracterizada por nuevas empresas, tarifas más accesibles y mayores inversiones es ineludible y permitirá dar un salto en los próximos años hacia nuevos estándares de operación y un mayor acceso de usuarios. Esta circunstancia está alineada a la prioridad de empatarse globalmente con los requerimientos de conectividad, comunicación y manejo de información para fortalecer la competitividad del país en este rubro, a través de la eficiencia y eficacia de los servicios que se ofrecerán en el corto plazo.
Vale la pena señalar que entre los beneficios potenciales a partir de enero de 2015 se destaca la eliminación del cobro por servicios de llamadas de larga distancia en telefonía fija y móvil, que equivale al ahorro de entre 2 mil y 4 mil pesos anuales. También se otorgará la portabilidad de una compañía a otra en un plazo máximo de 24 horas, sin necesidad de comprar un equipo a otra compañía o pagar multa por recisión de contrato, con lo que el usuario se ahorra entre 500 pesos y 10 mil pesos. Aunado a ello, la eliminación de cobro por consulta de saldos y la bonificación de saldos por fallas en el servicio.
Otro factor importante está en la transición hacia la televisión digital a finales de 2015, por la posibilidad de compartir la infraestructura entre compañías, así como el acceso de inversionistas extranjeros al 100% en el marco de la comunicación satelital, que siempre da oportunidad a generación de empleos.
El mercado requiere de mayores equilibrios, mejores actores, regulación institucional y un nuevo marco legal que lleve al sector hacia nuevos horizontes. A final de cuentas, innovación, mayores inversiones, más participantes y un mercado más abierto impulsarán una nueva vertiente de competitividad para el país en su conjunto a partir de 2015. Es una oportunidad única.
Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Querétaro.