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Si sudas sólo de pensar en tener una tarjeta de crédito, esto puede interesarte. Tener una no es sinónimo de deudas ni de sufrimientos, como es común pensar. Sin embargo, sí lo es de mucho control y análisis de tus propias finanzas.
Úsala bien y te ayudará a adquirir bienes de una manera mucho más sencilla. Por supuesto, primero tienes que aprender a usarla y saber que, por más triste que sea, tener una no es para todos.
“Hay personas que son muy desordenadas o que no pueden contener sus ganas de comprar, y para ellas no es una tarjeta de crédito. Debes ser una persona ordenada y cautelosa”, señala Sonia Sánchez, autora del libro Diario de una oveja financiera.
Así que si eres alguien cuidadoso y que puede contener sus ganas de consumir, estás del otro lado.
Al tener una o si ya la tienes, toma en cuenta que no es una extensión de tu sueldo, porque ese dinero lo vas a tener que pagar tú. El banco, por supuesto, no te regalará nada sino que te prestará y si no pagas a tiempo, te cobrará con intereses.
¿Cómo debes ver a tu plástico?
Exclusivamente como un medio de pago. Lo que quiere decir que con ella puedes hacer compras sin cargar el efectivo en la bolsa, según explica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Así que lo ideal es que la cantidad que cargues con ella la tengas, no que estés esperando a que ese dinero llegue en un futuro.
“Tu tarjeta de crédito no es dinero extra, sino un préstamo que llegada cierta fecha, tendrás que pagar. Así que ojo, antes de usarla es importante que conozcas tu capacidad de pago, es decir, la cantidad de la que podrás disponer cada mes para pagar tus deudas sin salirte de tu presupuesto”, explica esta institución en su “Conduguía”.
La capacidad de pago es esa cantidad que te queda como resultado luego de que ya restaste todas tus deudas, ahorro, el pago de tus servicios, renta, transporte, alimentos y todos los gastos que tienes de forma mensual.
Pero antes de contratar una, tienes que saber cuánto cuesta el dinero que te están prestando, o sea, todo lo que vas a pagar por tenerla, como cuál es la tasa de interés, cuánto te van a cobrar si te atrasas (intereses moratorios) y cuánto te va a costar al año, explica Sonia.
Hay tarjetas que no tienen anualidad pero hay otras que lo tienen y el precio que cobran es muy alto, por ejemplo. Suma todas estas cantidades y te darás una idea.
Si tienes todos los cuidados, tu tarjeta de crédito es un maravilloso medio para pagar. Puede ofrecerte más de 30 días de financiamiento gratis si pagas a tiempo y liquidas toda la deuda siempre, pero para ello, tienes que conocer tu fecha de corte, esto es el día que termina el mes para tu plástico y la fecha de pago, es decir, el día límite en el que podrás pagar.
“Estos días de financiamiento gratis empiezan a partir de tu fecha de corte, por ejemplo, si corto el día 19, si compro algo el 20, tengo hasta el siguiente mes poco antes de la fecha de pago para pagarlo sin pagar intereses”, explica la experta.
Antes de escoger un plástico debes de contestarte para qué la quieres. Si la deseas como medio de pago para gastos corrientes del hogar, puedes buscar una que cobre comisiones y costos de transacción bajos; si la quieres por seguridad pero no la usarás tanto puedes escoger una con una anualidad baja; o si quieres una para financiarte debes escoger la de tasa más baja.
Sin embargo, esta opción es la menos recomendable ya que es una de las opciones de crédito más caras, recomienda la reparadora de crédito Resuelve tu deuda.
En este sentido, debes de analizar entre el mar de opciones con este punto bien resuelto. Existen tarjetas que te dan millas, puntos, recompensas, y si sabes para qué la quieres, podrás escoger mejor.
Recuerda que estos beneficios no serán gratis, el banco te lo cobrará a través de la anualidad, cargos moratorios o la tasa de interés.
¡Paga!
En México hace falta mejorar nuestra cultura financiera. Según la Condusef sólo 30% de los usuarios de tarjetas de crédito las utilizan en condiciones “óptimas”, es decir, sin pagar un solo peso de interés, mientras que el 70% restante, lo hace en condiciones “altamente costosas”, lo que significa que acumulan intereses que crecen su deuda.
Lo que debes de destinar a pagar tu plástico debe representar no más de 30% de tus ingresos totales, según lo que recomienda la empresa Resuelve tu deuda.
Prográmate para convertirte en “totalero”. Así se le llama a aquellos tarjetahabientes que cada mes pagan el total de sus deudas, lo que les permite mantener un historial crediticio limpio.
Al respecto, recuerda que un plástico no es la única manera de hacer historial crediticio, basta con que tengas cuentas telefónicas qué pagar para que esto suceda.
Así que si sientes que una tarjeta de crédito no es para ti pero te han dicho que deberías sacar una para comenzar a hacer historial, no necesitas tramitarla, hay otras opciones que pueden funcionarte mejor.
Una bola de nieve
Suele haber un mal entendido cuando llega el estado de cuenta. Hay un recuadro que dice “pago mínimo”. Éste es esa cantidad que establece cada banco para que pagues sin generar intereses por morosidad.
Pero como lo dice, es la cantidad más pequeña para no generar este tipo de cobros que son adicionales a la tasa de interés. O sea, que si sólo pagas esa cifra, tu deuda continuará generando intereses.
Éstos son acumulables y se sumarán a los que se generen el siguiente mes si es que sigues pagando esta mínima cantidad.
Condusef da cifras que dan cuenta de lo dañino que puede volverse el pago mínimo para tus finanzas. Puedes llegar a pagar hasta 500% más de la deuda, a diferencia de los que liquidan todo.
Recomendaciones
Antes de firmar lee el contrato. Tienes que tener presente qué es lo que pasará con la deuda si falleces o si te llegan a clonar o a robar la tarjeta. Otro consejo es tener cuidado con los meses sin intereses. “No compres a meses algo que dure menos que las mensualidades, por ejemplo, una comida o los regalos de navidad, porque se vuelve desgastante”, aconseja Sánchez.
En este mismo sentido, no pongas más de dos cosas en esta modalidad ya que en el momento en el que no pagues, se comenzarán a generar intereses.