Aunque el objetivo de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no debiera ser que alguien abandone la discusión, debe haber conciencia de que si alguien lo hace, habrá daños para los tres países socios, dijo la presidenta de American Chamber México (AmCham), Mónica Flores.

Flores, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, así como el representante del Cuarto de Junto del sector privado en la renegociación, Moisés Kalach, coincidieron en que deben encontrarse soluciones que mantengan el pacto con Estados Unidos y Canadá.

“Esperamos que las posturas unilaterales (...) no prevalezcan sobre los intereses de la nación”, dijo Castañón al término del evento de la AmCham, y horas antes de que se llevara a cabo la cena inaugural del noveno diálogo empresarial méxico-EU, que concluirá hoy en la noche.

Afirmó que los empresarios estadounidenses están en la misma disposición que los mexicanos para que permanezca el Tratado, ya que beneficia a los tres países.

“Nos conviene más estar unidos que separados y esperamos que los negociadores en la cuarta, quinta y sexta ronda puedan encontrar soluciones a las posturas de los tres países que lleven a la unidad”, explicó Castañón antes de dirigirse a la reunión con representantes de la cúpula empresarial en donde se definieron las posturas que tendrá la iniciativa privada en la cuarta ronda de renegociación del TLCAN, a llevarse a cabo desde hoy y hasta el 17 de octubre en Washington.

Si Estados Unidos o alguno de los socios deja el tratado, sería como un divorcio, según Flores, pues “todos perderían, no habría un ganador (...) Por eso, se tienen que seguir buscando propuestas para crecer juntos”.

En entrevista al término del evento en el que participó como invitado Thomas Donohue, presidente de la Cámara de Comercio estadounidense (US Chamber of Commerce), Flores reiteró que es mejor mantener el acuerdo comercial.

Dijo que si bien es necesario defender el tratado y resistir, “se tiene que aguantar al límite de lo congruente, no se pueden aceptar en la negociación de un tratado tripartita posiciones de soberanía. Hasta ahí podemos llegar. El foco no es cuando me paro, sino generar propuestas para seguir. Si alguien sale, sería un desajuste para los tres países”.

Por su parte, Kalach explicó que la postura que se lleva a la mesa de renegociación del acuerdo comercial tiene que ver más con la visión de la Casa Blanca, que con lo que quiere el sector empresarial.

Visión Trump.

Para el subjefe de la negociación original del TLCAN de 1994, ahora asesor del sector privado en la renegociación, y vicepresidente ejecutivo de la consultora IQOM, Jaime Zabludovsky, se vive un escenario diferente.

Cuando se negoció el acuerdo trilateral, “todos compartíamos el resultado que se quería de la negociación, lo que se tenía que definir eran los calendarios de desgravación y los montos para la reducción de aranceles”, recordó.

Lo que se vio hasta la tercera ronda es que hay propuestas inaceptables por parte de Estados Unidos, porque parten del hecho de que el presidente Donald Trump quiere revertir el déficit comercial de su país con México. A pesar de ello, el gobierno mexicano afirma que busca encontrar un acuerdo comercial con sus contrapartes, manifestó.

“Actualmente, con la administración Trump, no sabemos si es una estrategia de negociación o realmente es cómo percibe el mundo, y eso hace que lleguemos a esta situación”, añadió.

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