En la industria de la construcción cada obra es un reto, con sus propias características y satisfacciones, asegura el director general de la empresa ACSA Contratista, Alejandro Cabrera Sigler. “Lo que más me gusta (del sector) es que cada obra es un reto, ninguna obra es igual, todas son diferentes. No es como en la industria de la transformación, o el sector manufacturero, que siempre haces lo mismo, aquí todas las obras son completamente distintas”, afirma.
Destaca que parte de ese reto es que dentro de esa diferencia, cada proyecto debe cumplir con los mayores estándares de calidad que demanda el mercado. “El reto es terminar en tiempo y forma”, expone.
Alejandro Cabrera es originario de San Luis Potosí, aunque la mayor parte de su vida ha residido en Querétaro. Es ingeniero mecánico administrador, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Querétaro, y cursó una especialidad en Michigan, Estados Unidos.
Al terminar sus estudios profesionales, cuando tenía entre 20 y 21 años de edad, comenzó a trabajar en la empresa familiar.
“Me integré al negocio, fuimos trabajando y fuimos avanzando. La compañía estaba muy pegada a lo que era mantenimiento industrial, (nos dedicábamos) a darle servicio a las empresas de lo que es líneas de producción.
“Empezamos a avanzar poco a poco hasta llegar a construir naves industriales, llegamos a hacer las naves industriales ya instaladas, con todos los servicios que requiere una planta de producción”, comenta el ingeniero, quien si bien tenía considerado desde un principio trabajar a lado de su padre, esto no significó una zona de confort para su desempeño profesional.
ACSA Contratista se dedica principalmente a la obra industrial, esto es, a la construcción de naves y plantas industriales, así como al mantenimiento de estructuras. También, participa en algunos casos en obra pública.
“Nosotros (en la familia) tenemos dos empresas y yo soy director de ACSA Contratista, y mi hermano junto con mi papá, ellos tienen otra compañía, así que de alguna forma separamos equipos para poder fortalecernos, aunque a veces nos apoyamos, hacemos intercambio de maquinaria, etcétera”, comenta.
Dice que uno de los mayores retos cuando comenzó su actividad profesional, fue impulsar el crecimiento de la firma familiar en Querétaro, ya que su padre tenía varios años participando en la industria minera.
“Cuando mi papá comenzó la empresa no era un negocio grande. Él trabajó mucho tiempo en la empresa Peñoles, él es ingeniero en minas, y cuando yo salí de la carrera, el negocio estaba muy enfocado a dar mantenimiento a obras de ese sector, así que uno de los principales retos fue que la compañía familiar creciera aquí en Querétaro”, refiere.
La industria de la construcción es una de las principales actividades en el estado. Representa aproximadamente 12% del Producto Interno Bruto (PIB) de la entidad y genera alrededor de 13 mil empleos directos en el sector formal de la economía.
De hecho, ACSA, como varias de las compañías del sector, apoya la participación de trabajadores que provienen de municipios como Toliman y Jalpan de Serra, y de las entidades del área metropolitana de Querétaro.
Cabrera Sigler recuerda que cuando comenzó a trabajar, tenía que andar en las obras, además de estar en contacto con los clientes, para asegurar una buena calidad del producto y del servicio. Porque “sabemos que el cliente es primero, y la seguridad y la higiene es fundamental”.
Además, una lección que le dio su padre, es siempre tener en cuenta que “una sola obra, un solo cliente, no te hace rico”, por lo que se deben cuidar los números, para que los resultados se den de forma positiva.
Cúpula empresarial
Actualmente, Alejandro Cabrera es presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en el estado. Su ingreso a las filas del organismo empresarial se dio hace 10 años, cuándo trabajaba de forma activa con distintas coordinaciones.
“Prácticamente desde que entramos a la Cámara estuvimos participando en distintas coordinaciones, en alguna vicepresidencia, en jóvenes empresarios, y ya posteriormente pudimos cumplir con ciertos requisitos para buscar la presidencia”, menciona Cabrera.
Dicha experiencia le ha permitido empresario constructor, entre otras cosas, conocer e interactuar con muchas personas, así como atender las demandas y retos del sector, lo que representa una gran responsabilidad.
“Hemos conocido a muchas personas, nos da una buena relación, hay buena interacción y esto te ayuda a hacer las cosas. Y esto representa una gran responsabilidad (además), el estar al frente de la Cámara, porque ya que somos la cuarta economía a nivel global, y producimos 12% del PIB estatal”, menciona.
También, el ingeniero busca desde su trinchera, promover entre las autoridades estatales y federales, así como entre los inversionistas privados, el potencial de trabajo que tienen los constructores queretanos afiliados a la cámara de la construcción, ya que son quienes contribuyen al erario público de manera formal, y generan empleos de calidad y bien remunerados.
“Los otros presidentes (de la CMIC) han impulsado el sector y nosotros queremos seguir fortaleciéndola, y cada día convencer a las autoridades y a los inversionistas que los socios de la Cámara somos los mejores, somos los que pagamos impuestos, los que generamos fuentes de empleo en el sector formal. Sabemos lo que es ser una empresa formal, bien constituida, cumpliendo con todos los requisitos de ley”, puntualiza el ingeniero.
A futuro, Alejandro Cabrera espera continuar con los éxitos, tanto en el plano profesional y empresarial, como en el ámbito familiar, donde, por qué no, podría continuar la tradición de la actividad de la construcción.