Nike, McDonald's, Mac, Google. Seguro imaginaste una paloma negra, una M amarilla, el doodle multicolor de las letras de Google y, por supuesto, una manzana, porque un logo bien hecho se queda impreso en la mente de los consumidores.
Es un elemento esencial, ya que se convierte en un ícono de lo que la empresa significa para los clientes. O eso sucede con logos bien hechos.
Su importancia radica en que debe ser un “integrador” de los esfuerzos de marketing realizados por la marca para posicionarla. Es decir, tiene la función de comunicar los beneficios de la empresa, así como de diferenciarla de otras, y ambas son funciones “críticas” en la supervivencia de un negocio.
Así, un buen logo sirve para “identificar, diferenciar y asociar positivamente con la marca”, según lo define el estudio The Power of a Good Logo publicado en la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT Sloan Management Review.
Pero, ¿qué es exactamente? Gareth Hardy, un diseñador de logos del Reino Unido entrevistó a Milton Glaser, el diseñador que se encargó de realizar la campaña original de I love (un corazón rojo en vez de las palabras) New York que luego se replicó en muchos lugares del mundo y éste lo definió así: “Es una serie de palabras o una imagen que intenta representar a una institución o a un individuo en una forma simbólica… algunos logos son abstractos, otros usan letras. Buscan condensar a un individuo o a una institución de una forma que visualmente se entienda”.
Un logo conjunta numerosos elementos que hacen que realizar uno efectivo no sea una tarea fácil. De hecho, no existen reglas infalibles pero sí lineamientos que se deben seguir para hacer uno que realmente comunique lo que el creador de la empresa desea.
Pero primero, hay que buscar asesoría. “Cuando se inicia una nueva empresa, muchos emprendedores están tentados en crear sus propios logos, pero buscar asistencia profesional es siempre un sabio movimiento”, explica la guía para diseñar logos Smashing Logo Design: The Art of Creating Visual Identities.
Un punto clave que debe lograr el diseñador que contrates es la sencillez. No necesita tener colores neón e incluir demasiadas imágenes que luego puedan dificultar la comprensión.
“Menos es más. El logo tiene que ser lo más sencillo posible para que sea lo más fácil de digerir, de identificar y de reconocer”, explica César Enríquez Morán, director de la American Marketing Association (AMA).
Es común pensar que si se tiene una tienda de servicio, habrá que ponerle como imagen un carrito de súper, por ejemplo, sin embargo, así no funciona. ¿A poco Walmart tiene un carrito de súper en su logo? No, de hecho, tiene una estrella, la cual es más significativa aunque no tenga que ver directamente con el producto, porque otra de las características esenciales de un logo es el de ser memorable, es decir, fácil de recordar. El marketing se encargará del resto.
“No tiene que estar relacionado con tu marca, sino que sea fácilmente identificable y distinto a los demás. El logo de Nike no tiene que ver con tenis ni el de Apple con computadoras pero era algo fácilmente identificable y no se parecía a nada más. La mercadotecnia se va a encargar de hacer esa relación entre el logo y tu marca y de venderlo”, explica Enríquez.
Lo que sí es que éste tendrá que relacionarse con los valores de la marca.
Por ejemplo, el logo y el nombre de Nike fue inspirado en el ala de la diosa griega de la victoria, Niké y tenía el objetivo de inspirar movimiento.
Éste es considerado como el logo más identificable del mundo, así que logró triunfar como Niké.
El siguiente paso es probarlo con el público al que va dirigido. Más que a ti, debe de gustarle a quien va dirigido, así que tienes que preguntárselos.
“Luego hacen un logo que les encanta y que según todos lo entienden, pero nada más lo entienden los de la empresan y no a quién va dirigido, entonces hay que probarlo con quien lo va a ver para ver si transmite lo que se quiere transmitir, no con tu prima ni los hijos”, explica el especialista. Una opción para probar su aceptación es la de redes sociales.
Cuando el diseñador presente el logo, que no te lo venda y que simplemente te muestre el producto final, esto para que puedas interpretar libremente la imagen sin necesidad de apoyo.