En días pasados el Ejecutivo federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público entregó al Congreso Federal el paquete económico para 2015: La iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto de la Federación y los Criterios Generales de Política Económica (CGPE). En los CGPE se proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2015 de 3.7%. Es una cifra menor a la estimada por Hacienda hace pocos meses, en abril de este año, y también menor a la que se presentó en el escenario macroeconómico de los CGPE de 2014. El año pasado se previó un crecimiento del PIB para 2015 de 3.8%. No es una gran diferencia, sin embargo debe destacarse que la proyección se realiza una vez aprobadas el conjunto de las denominadas reformas estructurales, incluidas las respectivas leyes secundarias.

La distancia entre las previsiones sobre el curso de la actividad económica y los hechos ha sido notable en años recientes. A finales de 2012 la administración federal estimó, en los CGPE para 2013, que el PIB aumentaría en 3.5%. No obstante, el comportamiento desde el primer trimestre de ese año fue notoriamente diferente, con apenas un incremento de 0.6%. El trimestre de cierre del año el PIB aumentó en 0.7%, alcanzando un comportamiento en el año de 1.1%. A finales de 2013, en los CGPE para el año siguiente, se presenta una estimación de crecimiento de la economía que dista mucho del comportamiento habido hasta el final del segundo trimestre del año. Según Hacienda en 2014 el crecimiento del PIB sería de 3.9%. En el primer trimestre del año el aumento fue de 1.9% y en el segundo de 1.6%.

A la fecha se estima un incremento del PIB en el año del orden de 2.4%. La diferencia es relevante y es imprescindible considerar que las previsiones de la administración federal para definir la política económica en 2014 partían de un comportamiento del PIB tomando en cuenta, como se señala en el documento presentado ante el Congreso de la Federación, “el efecto de las reformas estructurales aprobadas y en consideración por el Poder Legislativo”. También, según Hacienda la considerable mejoría en el comportamiento de la economía en 2014 seria el resultado de “…una aceleración en la generación de empleos, un incremento elevado del crédito, un aumento en la inversión pública y una mayor confianza de los consumidores y productores” (CGPE 2014: 66). Los acontecimientos han sido diferentes y la economía crece con dificultad, se mantienen altos niveles de informalidad laboral, la inversión pública no es motor del crecimiento fuerte y sostenido y el crédito tampoco ocupa un lugar destacado en el financiamiento de las actividades económicas.

La estimación de crecimiento del PIB para 2015 se corresponde con un incremento aún mayor para los años siguientes. De acuerdo con Hacienda en 2016 la economía crecerá en 4.9% y en los siguientes cuatro años en 5.2%. Son datos mayores a los incluidos en el escenario macroeconómico del año anterior. Sin embargo, no se aportan elementos que permitan sostener que son cifras alcanzables. Por ejemplo, en páginas previas del documento de CGPE 2015 se advierte que en el periodo de 2014 a 2018 el incremento en la plataforma de extracción de petróleo será gradual, considerando la reforma aprobada. El aumento previsto, considerando el cierre de 2014, es de 50 mil barriles diarios (mbd) en 2015. Para 2018 se estima un incremento de 500 mbd. Teniendo en cuenta que la nueva producción de petróleo, como gran parte de la que realice Pemex utiliza maquinaria importada y que se destinará al mercado exterior su impacto en la economía del país será limitado y difícilmente compatible con un crecimiento cercano o superior al 4%.

En 2015, como sucedió en 2013 y está aconteciendo en 2014, el incremento de las importaciones es muy superior al de la formación de capital. Gran parte de las inversiones realizadas en el país es resultado de la importación de maquinaria y equipo. Además, las grandes empresas exportadoras tienen incluida en su estrategia de crecimiento la importación de insumos para completar el ensamblaje de los productos que venden preferentemente en EU. Mantener el funcionamiento de la economía bajo estas condiciones no es compatible con crecimientos del PIB del orden de 5% y menos aún mayores.

* Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

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